Opinión
Los héroes del silencio: Instituto de Estudios Humanísticos (IEH)
12 de agosto de 2020
Pedro A. Parra
Tengo necesidad de rendir homenaje a través de estas líneas, a un grupo de mujeres y hombres, de distintas profesiones, dirigidos por una persona incansable y siempre dispuesta a dar la mano amiga, como lo es el Dr. Omar Pérez Díaz, Coordinador del IEH para esta entidad tachirense, el cual tiene su sede principal en Colombia, con nodos activos en las ciudades de Bogotá, Cúcuta, Medellín, Barranquilla y Pasto.
El objeto principal de este Instituto es, realizar de manera efectiva y real todas las actividades que sean necesarias para la solución de problemas de carácter social, cultural y humanitario, incidiendo este esfuerzo, en aquellos más vulnerables de la sociedad, como los ancianos y los niños, en unión a todos aquellos que sufren hambre y necesidades, producto del abandono en el cual se encuentran.
Trabajan como las hormiguitas: no tienen sede propia ni vehículo, ya que la sede funciona en el Núcleo Universitario “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez” en San Cristóbal, en las oficinas del Dr. Pérez Díaz, en su condición de Coordinador Académico de esa Casa de Estudios.
Pero, cuando la alarma suena porque algún ancianato o refugio de niños y niñas, necesita medicamentos, comida, útiles de limpieza, traslado a algún centro asistencial si fuese el caso, todos se activan, y, cual si fuesen los de la serie “rápidos y furiosos”, comienzan a llamarse y van apareciendo un vehículo por acá, insumos por allá, los muchachos scout, siempre dispuestos, la gente de la Cruz Roja, de los Bomberos, de Protección Civil, de la Gobernación, de la Alcaldía, todos, absolutamente todos, son movilizados con cariño, prontitud y amor, desde sus propios celulares, por estos gladiadores del servicio humanitario.
Celebran con los ancianos y comparten desayunos y hasta almuerzos con ellos, rememorando alguna fecha en especial, y, le organizan a los niños veladas para su propia diversión; por un lado, le cierran alguna puerta, pero, por el otro, se abren muchas que colaboran con ellos en estos menesteres.
Tienen un concepto muy amplio y alto de lo que es la ayuda humanitaria, identificándola como la asistencia proyectada para salvar vidas, mitigar el dolor y sustentar y preservar la dignidad de las personas, en prevención o condiciones de emergencia. Están siempre dispuestos, y, no hay pandemia que los detenga, cuando tienen que dar una respuesta cuando la seguridad, los derechos y el bienestar de determinadas personas o comunidades, grupos o colectivos están en riesgo.
Están siempre presentes para priorizar la ayuda, y el respeto guía todas sus actuaciones, ya que, su principio de responsabilidad es doble: ante las personas que precisan de asistencia y ante las personas donantes o entidades que han aportado recursos.
Cómo quisieran poder hacer más, sobre todo ahora, sí, ahora, cuando nuestro país está pasando por una gran crisis que abarca lo económico, lo social, y lo moral.
¡Amigas, amigos! Qué decirles sino ¡Dios les pague!