Venezuela se convirtió en el primer país exportador de petróleo debido a las facilidades que se le dieron a las empresas petroleras. Luego el presidente Medina estableció el “fifty-fifty” que se estaba debatiendo desde López Contreras, y donde la mitad de las ganancias se quedaban en casa. En 1960 nos convertimos en fundadores de la OPEP. En 1976 se produce la nacionalización petrolera que trajo como consecuencia la contracción de la producción. A partir de entonces se habla de la montaña rusa de los precios petroleros. Ante la falta de recursos propios para continuar incrementando la producción y la baja de los precios que llegan hasta los $7 por barril, durante la segunda administración del presidente Caldera se produce la apertura petrolera, que pretendió que hoy estuviéramos en al menos 6 millones de barriles. En el periodo “revolucionario” se comienzan a desconocer los acuerdos alcanzados, se cancelan contratos y se da un giro de 180 grados a la forma como nos relacionamos con las petroleras. A pesar de que los precios superan los $100 por barril, el negocio en Venezuela se hace menos rentable que en otros lares y las empresas dejan de invertir. La política de corte marxista trae como consecuencia la baja de unos 3.700.000 a 1.100.000 barriles, aunada a una inmensa corrupción. Y al despido de 20 mil trabajadores que tenían 15 años promedio en la industria y entre los que se encontraba el liderazgo y el relevo.
Hoy el PIB per cápita llegó a niveles de 1947. La producción bruta está en la del año 1950 y si la contabilizamos per cápita hemos retrocedido 91 años a la de 1927.
El año pasado, Venezuela dejó de pagar los $65 mil millones adeudados a los tenedores de bonos. El único bono que se honra es el Pdvsa 2020, que tiene como garantía a Citgo, que podría ser ejecutada si también este bono entra en cesación de pagos. En los últimos años la importación de alimentos y medicamentos ha bajado más del 70%. Siendo una de las caídas más estrepitosas en la historia a nivel mundial. La pobreza llegó al 87%, pasando la extrema del 61% según Latinobarómetro.
Las cifras son las de un país en guerra que no la ha tenido. Y lo peor es que vienen los fondos buitres a cobrar. Que ya se están agrupando, ante un gobierno en ruinas que no produce para pagar.
Oscar Arnal