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Porfirio Parada
Son de las personas que a simple vista da la sensación que no hablan mucho. Tampoco tiene pinta de gritar de lo que pueda comunicar. Pausado y tranquilo, eso también aparenta, cabello largo desde muchos años, con cola. Vestido con ropa convencional. Unos jeans y franelas manga larga. De su vida se muy poco, mucho menos de su vida personal, sus gustos y disgustos, sus cosas favoritas o cosas que le repugnan. No me acuerdo cuando fue la primera vez que lo vi, pero cuando nos empezamos a saludar, la amistad se hizo agradable al menos en el saludo. Bueno se que no le gusta tomar licor y que actualmente trabaja en el Museo del Táchira.
De los primeros recuerdos que tengo de Osvaldo Barreto, fue hace años atrás, en una Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles ubicada en el Tennis Club. Por esa época intentaba ser poeta y escritor. En esa noche se estaba haciendo un homenaje al artista Freddy Pereira, que tenía poco tiempo de haber fallecido. Organizado en gran parte por su hermana Cristina, en ese encuentro cultural, se exhibieron obras del maestro, cuadros, dieron algunas palabras invitados especiales y familiares, y se presentó un libro póstumo de su obra poética por parte del multifacético creador. Entre los artistas que invitan para que hablen sobre la obra de Freddy Pereira está Osvaldo Barreto, diciendo algo que me marcaría la vida como persona y también si se puede decir como artista.
Entre las anécdotas comentaba que cuando él era más joven había incursionado en varias oportunidades en el mundo de la poesía, y que en su rebeldía de chamo había experimentado diversos lenguajes y formas experimentales en la creación poética. Y un buen día no solo conoce los poemas de Freddy Pereyra, siendo el mismo Freddy que les muestra la escritura y el estilo, Osvaldo impactado se encuentra no solo con muy buenos versos, sino que todo lo que había pensado que estaba rompiendo barreras y paradigmas sobre hacer poemas y demás, ya lo había hecho a su manera Freddy Pereira, con sus poemas que mucho de ellos están en “Abdominia” poemario póstumo del artista. Esa anécdota me marcó porque tiene algo de búsqueda de uno mismo y al mismo tiempo de reconocimiento por el otro.
Pasaron los meses y años, y entre más me vinculaba con el quehacer cultural de la ciudad más me encontraba con su saludo, contacto e influencia, no tan cercano, pero sí puntual, nunca cerrando puertas sobre ideas, encuentros o debates, hombre dispuesto al acercamiento de las ideas, sobre todo si se trata de la creación artística. Por ese tiempo supe de su recorrido y experiencia como miembro fundador de FundaJAU (Asociación de Jóvenes Artistas Urbanos) asociación que viene de muchos años atrás, incluso cuando yo era muy joven o niño. Hace poco hablé con él y como hace un año lo entrevisté en la radio y menciona la influencia del artista Diego Sarmiento en su trayectoria artística por esos años. Incluso, leyendo en una página en internet, hay una reseña de Osvaldo Barreto donde también lo menciona.
Llegó el año 2014, y yo estaba editando la revista El Recital, iba aprendiendo como todo en la vida, entre aciertos e imprecisiones. La revista era impresa, y estaba buscando el mejor diseño para la portada de la próxima edición. Pensé en Osvaldo Barreto y me dijo que sí, diciendo que iba a realizar la portada junto a la también artista y poeta Annie Vásquez (AVE) el resultado final me gustó mucho. El lobo y la oveja, lo débil con lo fuerte, lo suave contra lo feroz, unidos y separados al mismo tiempo, envueltos de forma circular como un ciclo sin romper. Y si no me equivoco, ese concepto y diseño ha sido desarrollado en otras obras de ellos dos o por separado, incluso en líneas de investigación que desarrollan con la Fundación Cultural Bordes, amigos de ellos, siendo Osvaldo miembro del equipo de trabajo.
Osvaldo Barreto tiene obras y esculturas en diferentes espacios de la ciudad. Por la avenida Marginal del Torbes, por la altura del barrio de Puente Real, donde uno se conecta para subir o bajar por la cancha de fútbol (el cuadro), bueno ahí, se eleva una escultura grande, entre piezas y rocas, adheridos unos con otros, influenciado por la coloración rojiza de las piedras y tierras de La Machirí. En otra parte, en el Velódromo J.J. y en esta ocasión para la Copa América 2007 también tiene una obra bien particular, que lo acompaña con otras obras de artistas, ganadores de un concurso. Recientemente Osvaldo Barreto fue homenajeado en el Centro Comercial Sambil, en unas fechas y encuentros de la moda y diseñadores de moda y el arte aquí en la ciudad.
Es reconocido como diseñador gráfico y como editor de libros. Osvaldo ha colaborado en una gran cantidad de proyectos, editoriales y creaciones de libros y otros tipos de publicaciones, desde literatura infantil hasta cualquier otro texto. Sabe muy bien el trabajo de la diagramación y de los espacios que debe existir en una portada, contraportada y su contenido interior. Lo buscan, le consultan, lo invitan. En alguna feria del libro en la ciudad, por muy grande o pequeña que sea, uno se va encontrar en los créditos a Osvaldo Barreto en alguna edición. Y en torno a los libros, Oscuraldo ha publicado cuentos y poesía, y realmente no sé si otro género literario. En Ciencia Ficción en el año 2021 obtuvo un premio de una convocatoria a nivel nacional. Sus trabajos en el cómics o historietas, fuente creativa que lo apasiona, esas historias de Omau, personaje ficticio, su soledad y la urbe, calles y avisos. Por cierto, cuando Osvaldo dicta talleres de cómics, he visto el salón repleto de jóvenes entusiastas aprendiendo del artista.
Otro de los mejores rasgos que tiene Osvaldo en este transitar por la vida y específicamente en el arte, es su labor como curador y como ponente. Osvaldo Barreto lo buscan, lo llaman distintos artistas plásticos de la ciudad, desde los más consagrados hasta los más noveles, pidiendo sugerencias, asesoría, lecturas, ideas para su próxima exposición. La curaduría de la selección de las obras y dónde y cómo se van a exhibir. Lo buscan, les muestran su taller, lo invitan a conversar, les muestran el portafolio. Escribe los textos de sala, su constancia y su talento han hecho que muchos artistas depositen ciegamente su confianza en él. He ido como en tres oportunidades para su casa, y como escribí al principio, su trato es de un hombre pausado y tranquilo, por supuesto, solo en apariencia. De igual manera conversamos como panas.
Y como orador y ponente en torno a la cultura y al arte, es sin duda uno de los mejores que hay en la ciudad. Lo buscan de diferentes espacios para que aborde temas, es protagonista en conversatorios y debates. Su bagaje cultural es amplio, curioso, estudiado, documentado, y muy vinculado a su propia vida y la vida del mundo de las artes. Sabe viajar por los siglos antiguos, corrientes y tendencias artísticas, movimientos y expresiones y más. Lo puede ilustrar con imágenes de apoyo o simplemente con el poder de sus palabras, de su conocimiento fundamentado y experiencia personal. Ha estado en exposiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales. Estudió en Bogotá. No solo dibuja, pinta, hace esculturas, instalaciones, diseña, escribe, enseña, también está vinculado con la ciudad, con la sociedad, con la gente que sabe o no, de arte. Oscuraldo es de esas personas mitad artista, mitad promotor y gestor cultural, mitad humano, mitad historieta, mitad poeta, mitad pared, mitad metal, que debe existir en toda gran ciudad.
Lic. Comunicación Social
Presidente de la Fundación Museo de Artes Visuales y del Espacio del Táchira
Locutor de La Nación Radio
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