Pasión por el Táchira…institucionalidad democrática…urbana

El reforzamiento de la institucionalidad democrática es fundamental para el ejercicio de la democracia como sistema. Esa institucionalidad puede variar, se puede adaptar y se pueden crear nuevas instituciones en función de garantizar el fortalecimiento de esa democracia, acorde a los nuevos tiempos y a las circunstancias coyunturales y características propias de cada país.

Lo cierto es que el concepto general de democracia hace relación a un sistema político en el que el poder soberano reside en el pueblo, pudiendo este participar en los procesos de decisión y fiscalizar la ejecución de las decisiones. Para ello, las instituciones existentes deben ejercer sus funciones, teniendo como meta fortalecer esta participación, haciéndola más clara, más fácil, menos desgastante.

Personalmente he visto, con sorpresa y agrado, la organización que tienen los 3 Consejos Comunales  cuyos ámbitos incluyen el Parque Quinimarí, trabajando con ahínco en la defensa de sus espacios, y en el caso particular del Parque, denunciando los abusos que ejerce una empresa privada, sobre este espacio público social. Y aquí enlazamos con nuestros dos primeros párrafos.

Un poder popular organizado que no está siendo apoyado, lo suficientemente y de manera frontal, por las instituciones a las que les corresponde, ya sea porque estas instituciones, no tienen la credibilidad…porque la perdieron, porque no son reconocidas, porque existen intereses particulares y relaciones que imperan sobre el deber ser…son muchas las causas. Lo cierto es que este es un caso importante para ilustrar lo que debe ser un trabajo estrecho, racional e inteligente en relación a los espacios urbanos y su legislación, entre las comunidades organizadas y los poderes elegidos.

La alcaldía, la fiscalía, el consejo municipal, y todos los entes a quienes les corresponda, deben demostrar que es posible que la institucionalidad funcione, en base a alianzas de ejecución, uso y fiscalización de esos espacios, con las organizaciones de base, elegidas y en ejercicio.

En tiempos normales el funcionamiento y uso correcto de los espacios públicos sociales es fundamental. En tiempos de pandemia, más aún. La institucionalidad democrática “reside en que ella puede regular la convivencia social sobre la base de la equidad y la justicia”, y en este caso esto está fallando. Y está fallando porque el estado de derecho o el conjunto de leyes y normas, que para este caso, están representadas en nuestra ordenanza municipal, para regular la convivencia social no están siendo aplicadas. Y cuando se intentan aplicar, no se toman en cuenta, en este caso, por la empresa privada, que se ha ido apropiando de forma abusiva de ese espacio público social que es el Parque Quinimarí, con tradición de uso por su comunidad inmediata. Las instituciones en este caso, deben unirse y demostrar independientemente de su pensamiento político, que el objetivo común, es la defensa de ese espacio, por y para la comunidad organizada.

Y dependiendo de si se logra hacer valer, o no,  este conjunto de leyes y normas, para el Parque Quinimarí, esto puede replicarse de forma afortunada o desafortunada para otros espacios de nuestra ciudad. Espacios públicos, sociales, que conforman parte del quehacer diario de los ciudadanos sancristobalenses.

Y sin ir más lejos, lo podemos constatar, en la apropiación indebida de aceras y calles por vendedores ambulantes, que si  bien se comprende su necesidad de generación de ingresos en momentos difíciles, que todos vivimos,  están pasando por encima del derecho del otro, al que privan de áreas de circulación, de aparcamiento, de acceso a sus espacios de trabajo y vivienda, sin control de medidas de bioseguridad, y un largo etcétera.

Definitivamente, es el momento de plantear nuevas formas de administrar, gestionar y construir nuestras ciudades, nuestros espacios, nuestras relaciones sociales. Quizás la más importante, sea la que generemos como activadores productivos, dejando de ser revendedores de mercancías, sin aportar valor agregado, a nuestra vida y a nuestra economía.

Continuaremos. Esperamos con alegría y gratitud, sus comentarios a [email protected]