Equipos criollos en intrincada tarea para aspirar a torneos internacionales
23 de abril de 2024
evisando recientes declaraciones de políticos, encontré una del senador Marcos Rubio, fechada el 26/04/18, en la que pidió la salida del poder de Nicolás Maduro, cuyo gobierno tildó de “dictadura”, y llamó a reconstruir el país con una iniciativa multilateral similar al Plan Marshall. Exhortó a Estados Unidos a persuadir a otros países del continente a “aumentar la presión contra el régimen”, “a aliviar la extrema crisis humanitaria”, y “a sentar las bases de iniciativas internacionales que reconstruyan una Venezuela libre y democrática pos Maduro”.
En la misma idea, en anterior artículo de mi autoría, intitulado “Después de Maduro viene la recuperación”, precisaba al respecto:
“Resultaría conveniente a Venezuela solicitar de la comunidad internacional de países amigos, la creación de un fondo especial para su recuperación, en el mismo sentido para el cual fue concebido por los EE.UU. el llamado Plan Marshall, que fue una iniciativa para ayudar a Europa Occidental, en la que los estadounidenses dieron ayudas económicas por valor de unos 13.000 millones de dólares. Los objetivos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo al continente”.
Y es que la Venezuela actual, luego de dos décadas pérdidas, sin haber padecido una guerra declarada, no obstante, presenta una visión de país devastado por el odio, el sectarismo partidista oficial, la incapacidad y desidia del régimen y su injerencia en el narcotráfico, constituyen el gran objetivo y distracción gubernamental que han hecho posible concebir la debacle de un país paralizado por la inexistencia de obras infraestructurales, una agricultura colapsada y arruinada (ahora casi todo se importa), la educación en crisis y abandonada (por vez primera en la historia se observa ausentismo de profesores y de estudiantes que migran); la Salud, por el piso: hospitales y centros de salud sin insumos, insuficiencia y hasta inexistencia de medicinas y material médico, altos costos de servicios, etc. y no se diga de la hecatombe petrolera, de una producción de más de 3 millones de barriles diarios (b/d) en el 2.000 a menos de 700 mil b/d en 2020.En las demás áreas de actividad pública, es igualmente negativa la tendencia.
De ahí que es de urgencia planificar la reconstrucción del país. La aplicación de un procedimiento de reactivación y desarrollo como el mencionado Plan Marshall, contribuiría grandemente en el rescatede la nación, pos Maduro. Así se inició la recuperación de Europa de la postguerra; ahora tenemos una Europa consolidada.
El referido Plan Marshall podría apuntalarse en dos vertientes:
1. A mitigar en la población las carencias directas de la ayuda humanitaria (alimentos, medicamentos y asistencia sanitaria), en los dos primeros años, luego del cese de la usurpación.
2. Propiciar en el país la acometida de grandes obras infraestructurales y de servicios que se paralizaron o se dejaron de hacer en las dos décadas pérdidas, consideradas vitales para el desarrollo nacional (vialidad, desarrollo eléctrico, industrial, petróleo y minería; impulso agropecuario, actualización del sistema de salud, impulso a la educación en todas sus áreas, programas de apoyo crediticio a la construcción y financiamiento de viviendas populares y clase media, etc.
Indudablemente, la ejecución del Plan propuesto para Venezuela ha de significar la redención del país que queremos, por su importancia y cuantía, habrá de generar gran demanda de mano de obra especializada, la cual propiciará el retorno de compatriotas emigrados.Bienvenidos sean a su patria.
Además de todo lo que implica la fuerza reconstructiva del Plan Marshall en la reconstrucción de Venezuela, también deben tenerse presentes otros aspectos de vital importancia en el manejo de un país moderno. No solamente recomendamos implementar nuevas políticas eficientes que resuelvan el caos actual, y nos coloquen en la senda del progreso económico. Se trata, además, de producir cambios fundamentales en la estructura del Estado, su auténtica descentralización administrativa, y en los valores que rigen la participación de los venezolanos en los asuntos públicos y privados.
En nuestro próximo artículo continuaremos con el Plan Marshall y algunas sugerencias para ser consideradas.
*Doctor en Cooperación Internacional, Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional
Alejandro Bautista González*
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