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21 de mayo de 2024
Porfirio Parada
Después del mediodía el transporte y las personas, como es habitual, transitaban en el centro de San Cristóbal. Lo que están reportando especialistas, analistas y locutores desde la radio, que la calina estará por estos días por el cielo de la ciudad. Se suma, mareas de arena proveniente del polvo de Sahara, que ya en el 2023 marcó en el mapa digital de la geografía nacional. El sol que en estos días se ha vuelto fatiga corporal, registra temperaturas inquietantes, sofocantes, que invita al humano a desesperarse en sus quehaceres. Algunos hombres hablaban a tempranas horas de la mañana del lunes, sobre Los Tiburones de la Guaira, nuevos campeones del béisbol profesional venezolano. Hazaña que no alcanzaban hace 37 años. La rumba y los tambores en Catia La Mar. El tráfico arriba en el viaducto, y abajo repicando las aguas con las rocas y piedras del riachuelo, caudal gris, que pasa y bordea los barrios 8 de diciembre y 23 de enero.
Pasó las ferias sin saber si hubo remate por la zona de los pabellones y ASOGATA. Mucha gente del centro de la ciudad no subió a las ferias por estar trabajando, otras personas sí subieron y con más razón trabajan para empezar a recuperar lo gastado. Otros comerciantes, estuvieron pendientes de otras cuestiones por esos días. El director técnico del Deportivo Táchira, ofrece rueda de prensa a los medios sobre el inicio de la temporada, habla sobre algunos jugadores, ofrece sus primeros estudios e impresiones, dice que hay equipo para pelear partidos. Habla sobre la Liga FUTVE. Una anciana sostiene una carretilla. La carretilla está cubierta de bolsas de distintos colores cada una. Unas sujetas otras sueltas. Levanta la cara con el sol atiborrado y ve el vidrio frontal de una buseta ENCAVA invadiendo el paso peatonal. No es primera vez esa situación de invasión, la anciana en un abrir y cerrar de ojos, prosigue con cajas y corotos, chucherías, el chofer con las manos en el volante, la observa callado.
Pasada la una de la tarde, los semáforos marcaban verde en la séptima avenida, como quien viene del viaducto pasando por la esquina del Sofitasa, llegando a la esquina del Banesco. Una mujer ejecutiva logra un descanso para salir y tomarse un café en la panadería, y aprovechar (entre el plan y breve escape) y realizar una llamada. Espera que la luz verde cambie a rojo. De repente, se apaga el semáforo, y todos los semáforos que siguen en las próximas cuadras no muestran nada. Varias emisoras que transmitían la realidad del equipo aurinegro se quedaron sin fluido eléctrico. El ruido característico de la radio sin señal se escuchó en las radios de las líneas de transporte público, como en las radios con audífonos desde el celular, o pequeñas cornetas con puesto USB en los puestos de vigilancia de instituciones públicas. La gente entendió que no solo se fue la luz sino que, al rato, ya especulan que era un apagón.
En eso se monta dos chamos en en un bus de Pueblo Nuevo, suben y piden una colaboración con unas chupetas que van ofreciendo, dicen que no van a robar y no están pendientes de los celulares. Dicen venir de Valencia y que están reuniendo para una habitación. Mientras baja uno, se sube una joven que grita desesperada, sumergida en pánico, parece tener trastornos y tics, corre gritando, acelerada y agitada por el pasillo del bus. El chofer no acelera, más bien lo contrario, deja al bus sin freno, que se mueva lentamente por inercia. Sube su mamá o abuela, desgastada, cabello canoso y despeinada, ya sin edad, recurre al auxilio, con la voz temblando, aguantado llorar. Dice que viene del Hospital Central y que le faltan tantos miles de pesos para completar el tratamiento para calmar a la niña. No pide, ruega con la voz y con la mirada. La gente está conversando, otra agobiada, otra en silencio, otra en otra parte, ven a la señora, y con lo que pueden colaboran, algunos la ven con tristeza, con suma pena mientras el sol transforma en lentitud el momento y el desespero. Cuando logran bajar las dos, uno de los chamos que ofrecía chupetas vio todo lo que acontecía en el bus desde la calle. Quiso verlas y tropezarse con ellas en el instante asoleado. Le dio una chupeta a la muchacha desconsolada y alterada.
La mujer ejecutiva cruza apresurada la avenida. Ya sabiendo que no hay luz, se dirige hacia la panadería, pero sigue derecho porque la cafetera no sirve, llega a otra panadería que tiene planta eléctrica. Llama a su mamá, pero viendo el WhatsApp, reconoce los mensajes de un pretendiente que le escribe desde temprano. Entre incendios de vegetación e incendios forestales han estado marcadas algunas montañas, y hectáreas de San Cristóbal y algunos municipios del Táchira por el sol inclemente. Así se lee en el periódico del lunes, después de las ferias, en el Diario La Nación. También se lee en una nota cultural, donde la bella y talentosa profesora y directora de coro Merly Martínez, que pertenece al Sistema, Núcleo- Tamá fue seleccionada luego de una audición para participar en el “World Youth Choir” y representar de esta manera a Venezuela en el mundo de la música, el arte y la dirección coral. Este coro mundial reúne a directores de coro de todo el mundo, jóvenes, con ellos hacen una gira en diferentes países de Europa. Felicitaciones para ella. La luz empezó a llegar después de las cinco de la tarde. Antes de llegar la noche, el cielo se suavizaba con algunos violetas.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio
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