Alejandro Bautista González *
En el publicado artículo anterior fue ratificado, y así quedo entendido, que para Reconstruir a Venezuela se cuenta con un Proyecto País, cuidadosa y meticulosamente elaborado por el MID (Táchira), dado a conocer nacionalmente por la organización ANCO y la ONG La Rebelión de las Regiones Somos Todos. El mismo, a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional, ha ido sumando positivos comentarios de aceptación. Se trata de un proyecto integral que involucra doce ejes transversales y propone soluciones efectivas para la transformación, re direccionamiento y desarrollo de Venezuela. Proyecto político-técnico concebido para transformar a Venezuela en un país moderno y democrático, con la economía más pujante de América Latina, en un mediano postcomunismo. Se proyecta llevar al país a su máximo nivel de progreso, conforme a los enormes recursos disponibles. Pero, el objetivo del progreso no es solamente el crecimiento económico, también se obtendrá el correspondiente avance social-ético y el pleno desarrollo político, a través del fortalecimiento de una auténtica democracia, sin fraude ni populismo del ensayo seudorevolucionario en el siglo XXI.
El Proyecto País, con sus líneas maestras, ha de permitir Reconstruir a Venezuela. Del mismo se necesita conformar un plan integral, con orden de prioridades y objetivos, de corto, mediano y largo plazo. De ahí que tendremos que enfocarnos, primordialmente, en lograr un crecimiento socioeconómico sostenido que garantice el desarrollo completo y moral de todos los agentes productivos y políticos.
Las prioridades deben ser acometidas desde la inmediatez y el corto plazo. De manera que si el barco se está hundiendo, hay que tomar el bote salvavidas sin pérdida de tiempo; si al paciente lo afecta el hambre, hay que darle comida. Similarmente, esta comparación podría ser aplicada a remediar las dificultades presentes al inicio de la reconstrucción pregonada. Debemos entender que para enrumbarnos con éxito en la ejecución de las obras e inversiones en el mediano y largo plazo, el nuevo gobierno democrático que sustituirá a la dictadura, deberá enfrentar prioritariamente los problemas críticos que están literalmente matando a los habitantes del país.
Acorde con esta premisa, la mayor prelación es atacar el hambre y las más ingentes necesidades. Según investigación realizada, “…La pobreza por ingresos de los venezolanos creció 5,2 % en un año y pasó de 81,8 % en 2016 a 87 % en 2017. Eso significa que casi 9 de cada 10 hogares no tienen los recursos para acceder a los bienes mínimos necesarios. Entre 2014 y 2017, el porcentaje de hogares en situación de pobreza creció 38 %”. (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (ENCOVI 2017). UCAB-UCV-USB). Es decir: 9 de cada 10 venezolanos no puede pagar su alimentación diaria.
Siendo el hambre el mayor flagelo que afecta a los venezolanos, es ésta la primera opción que hay que subsanar. No se puede exigir rendimientos a una población carente de trabajo o que por insuficiencia de recursos no tenga acceso a adquirir lo indispensable para su subsistencia. Crear fuentes de trabajo remunerado es otra tarea inmediata que corresponderá al nuevo gobierno que se instale en Miraflores. Recuperar la producción de alimentos implica un extraordinario impulso al sector agropecuario y la agroindustria. Las tierras confiscadas o expropiadas a sus legítimos propietarios deberán ser devueltas, además, deberá otorgarse todas las facilidades y financiamiento adecuado para el reinicio y consolidación de los procesos productivos.
HAY QUE PONER AL PAIS A PRODUCIR DE NUEVO: REACTIVAR LA ATENCIÓN Y PRODUCCIÓN DEL SECTOR AGROPECUARIO Y AGROINDUSTRIAL ES UNA PRIORIDAD. AQUÍ SE GENERA UNA CUANTIOSA FUENTE DE EMPLEO Y RECURSOS.
Para poder recuperar la producción de alimentos, la industria nacional y las exportaciones no petroleras, se debe iniciar, de manera inmediata y paralelamente, la reconstrucción de toda la infraestructura de apoyo a la producción del país. Esto implica, entre otras acciones básicas: 1. Recuperar toda la red vial del país, incluyendo principalmente la vialidad agrícola y de penetración. 2. Decidir sobre cuáles de los innumerables proyectos paralizados de infraestructura, especialmente puentes y ferrocarriles deben ser urgentemente construidos en el corto y mediano plazo y cuáles deben ser descartados definitivamente 3. Debe ser iniciado un plan integral nacional de mantenimiento y conservación de la infraestructura vial y de servicios públicos. 4. Iniciar un proceso de modernización de los sistemas de transporte de carga y pasajeros urbanos y suburbanos. Modernización de terminales y creación de terminales multimodales. 5. Resolver el suministro de autopartes, repuestos, combustible y lubricantes para, así, activar el país en todas sus instancias.
Este tema no termina aquí: continuará la próxima semana.
Reconstruir Venezuela es un deber y emocionante proeza, constituye un reto para todos, gobernantes y gobernados: ¡Lo lograremos!
*Doctor en Cooperación Internacional. Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional