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Opinión
Rememoremos el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y su Abolición
24 de agosto de 2021
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Alejo García Sierra
El origen de la esclavitud está estrechamente asociado a la guerra entre los Estados. En esa práctica inhumana los amos incluían el abuso y la crueldad entre sus hábitos para tratarlos. En ocasiones excepcionales los esclavos recibían trato más humanitario al considerarlos como bienes valiosos. En esa época la esclavitud era algo común para el desarrollo de la economía y en la sociedad. En algunos lugares como en Mesopotamia, la India y China empleaban a los cautivos en sus hogares, en el comercio, en las construcciones de obras y en la agricultura. La misma era normal en la edad Antigua (4.000 años a. C -476 d.C.), en Egipto, Grecia, Roma y en casi todas las naciones de entonces del viejo mundo. Surgió con motivo del uso de la mano de obra de los cautivos de una guerra, de habitantes de los pueblos conquistados y en ciertos casos por deudas.
A las personas prisioneras eran obligadas a laborar en actividades militares o civiles, desempeñar funciones de mano de obra de construcción, ingeniería, agricultura y cualquier oficio practico por sus amos. Además, de los consecuencias de la guerra, los vasallos padecían abusos de los delincuentes y varias obligaciones cotidianas de los hogares donde vivían. En la Edad Moderna (1492-1789), los países triunfadores en las guerras contra sus vecinos, la esclavitud era común ejercerla por los victoriosos. En determinadas ocasiones, los vencedores vendían a sus cautivos a las colonias o a los Estados que los necesitaban para emplearlos en diferentes actividades.
En las colonias hispanoamericanas la servidumbre fue ejercida por las clases sociales dominantes en lo político, económico y abolengo. En el proceso de la emancipación de Venezuela nuestro Libertador Simón Bolívar, dada su notable vocación humanitaria y social para frenar y acabar esa crueldad social, expresó en ciertas oportunidades su atención y propósito para eliminarla. En ese aspecto hizo varios intentos durante su gestión como militar, político y gobernante para suprimida. Así actuó al arribar a su país en 1816 y en el discurso ante el Congreso de Angostura en 1819 asomó su ideal para erradicarla definitivamente en la sociedad venezolana. Semejante inclinación filantrópica tropezó con los intereses de la clase política del momento y de la ambición de los terratenientes que explotaban sin contemplación a sus siervos. Al final en las deliberaciones del congreso los parlamentarios denegaron la petición de El Libertador. Después en el congreso del Rosario de Cúcuta en 1821, insistió nuevamente en suprimir la esclavitud. También desechada su anhelo de la libertad de los esclavos del dominio de los poderosos patriotas. Fracasados esas dos intenciones humanitarias del Padre de la Patria, finalmente después de un largo periodo, el 24 de marzo de 1854 en el mandato del presidente José Gregorio Monagas, por la ley del Congreso de la República de Venezuela derogó la esclavitud.
Como consecuencia de la insurrección de la población de la localidad de Saint-Dominique en la isla La Española en cercanía de Haití y República Dominicana en 1791 y en conmemoración de esa aspiración natural de libertad, la Conferencia General de la Organización de los Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) proclamó el 23 de agosto como el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. En la Resolución 29/640, expresó: “El 23 de agosto se conmemora el aniversario de la Insurrección en 1791, de los hombres y mujeres sometidos a la esclavitud en Saint-Dominique, la parte occidental de la isla La Española, que al proclamar su independencia, recuperó su nombre amerindio original Haití. Esta revuelta comporta una reivindicación universal de libertad, que vas más allá de cualquier límite de tiempo y espacio. Apela a toda la humanidad, sin distinción de origen ni religión, y sugiere recordando hoy con la misma fuerza mediante el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y su Abolición, la UNESCO desea recordar la importancia fundamental de la transmisión de la historia para poner de relieve la lucha contra las formas de opresión y racismo que existen en la actualidad. El efecto expansivo que provocó la revuelta de 1791, ha marcado el curso de liberación de los pueblos y de los movimientos de defensa de los derechos humanos y civiles, desde hace más de 200 año. Cristaliza los desafíos, los conceptos y los principios que son imprescindibles conocer en la lucha actual contra la esclavitud y la trata de personas. Creemos que la enseñanza de esta historia puede colocar a los ciudadanos de mañana en el camino de la paz y la dignidad”. UNESCO.
A pesar del exhorto de la UNESCO a los gobiernos y a los diversos sectores de la sociedad en el hemisferio, todavía hay indicios de esclavitud en pequeñas proporciones en unos cuantos países. Donde más se nota la transgresión de los derechos humanos y fundamentales de las personas, son en las naciones donde existen gobiernos totalitarios. En naciones como Mauritania, África tiene pequeño porcentaje de escalaros y para deshonra de la libertad Corea del Norte, sigue con una cantidad lamentable de siervos. En países como Eritrea, la República Centroafricana, Sudan del Sur y Afganistán, hay alrededor de 40 millones de personas víctimas de la denominada esclavitud moderna, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la ONG australiana Walk Free. Esta ONG describe a la esclavitud moderna como paragua que conlleva a los trabajos forzados, tráfico de personas y la esclavitud en su sentido más estricto. Al conmemorar un aniversario más de tan importante y preclara conquista de las personas sometidas al desatino de la esclavitud, añoramos que esas costumbres aberrantes e inhumanas se acaben y sean liberados todos los sometidos.
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