Mi tío Melquiades fue al médico. -Doctor, necesito que usted me indique algunas pastillas para que regrese mi vigor juvenil a la hora de contar un sencillo que tengo pensado con una pegota. –Amigo Melquiades, usted ya tiene 85 años y presenta algunas dificultades cardiopulmonares. -Deje la vida tranquila ya. -Bueno, doctor. Lo que pasa es que mi compadre Cosme, que es más viejo que yo, dice que él toma un medicamento y le resulta perfecto para eso. –Pues haga lo que hace su compadre. – ¿Qué hago, doctor? –Vaya por ahí hablando pendejadas también. Buej…
Este whisky sí está saliendo bueno, es el comentario de los pachangueros de ahora. Claro, esos precios obligan al secreteo conformista. –Ese kerosene no lo usaba yo ni para echarle a un quesillo- riposta Pulqueria.
La perversidad de los operadores políticos rojos raya en lo imperdonable, cuando señalan a una madre con cuatro muchachos y le niegan una caja de alimentos por no apoyarlos en sus intenciones partidistas. Se teje una madeja de odio y venganza muy preocupante. Revisen eso, camaradas.
Empezó la pelota en la mejor liga de la región. El Centro Latino se esmera en organizar un campeonato de gran categoría softbolera. -Claro, allá juega él, comenta el flaco Dionisio al grupito de resabiados que hacen vida en el palco de anotadores.
La señora Marucha pasa con cara de angustia. –Qué ocurre, doñita, pregunta mi tío. –Es que el carnicero me dice que aproveche y compre carne al precio de hoy, porque mañana le suben hasta al hueso rojo, y yo apenas puedo comprar algo de riñón, corazón y tripa. –Aguante, vecina, que Dios tarda, pero no olvida. –Ay, ojalá y no se tarde tanto, porque ya no aguanto más.
-Carreto, a usted le gusta mucho el ciclismo. –Claro, Ramones. Hasta llegué a competir en una vuelta juvenil. Lo que ocurre es que un día, por tirármela de fino y darle piruetas a mi cicla delante de unas muchachas, me di una rastrillada que dejé el pellejo en la calle. Como pude, acomodé el manubrio, me hice el pingo y salí rodando hasta la esquina, lejos de sus miradas. Todavía se acuerda Freddy tununino de mis revolcadas en esa acera.
Creemos que las 7 plagas de Egipto quedaron rezagadas frente a lo que le está pasando a Venezuela. Es como despertarse en las noches con pesadillas y sentir temblorina para salir a la calle a encontrarse con este cuadro de vida dantesco, caballeros.
El 15 de abril se celebra en el mundo de las Grandes Ligas el día de Jackie Robinson, al usar todos los protagonistas del juego el número 42 en sus uniformes. Es hermoso reconocer la presencia del primer jugador afrodescendiente en accionar sus capacidades para demostrar a la sociedad norteamericana que todos somos iguales. Gloria al gran Jackie y al hombre que se atrevió a desafiar todo el odio asentado en los campos de pelota. Me refiero a Branch Rickie, dueño de los Dodgers de Brooklyn, quien llevó al moreno defensor de la segunda base a hacer historia imperecedera en la lucha por los derechos civiles de todos. (Carlos Orozco Carrero)