Carlos Orozco Carrero
A veces es necesario conocer el significado de algunos términos para no pecar de ingenuo en esta vida. Y más, si uno es cantante de serenatas a altas horas de la noche. Recuerdo que una chica cantaba Tierra Tachirense con mucha afinación y cuadratura. Ella decía en su interpretación “…Borotá y suruma” y todos sabemos que Chucho Corrales se refería a la bella población de Borotá y su bruma. Otro amigo cantaba un verso del tema mexicano “Llorona”, de origen popular en Veracruz y de autor desconocido por los aportes que todos sumaban a la pieza en cuestión. Este caballero jamás supo que significaba huipil. “…Hermoso huipil llevabas, llorona, que la virgen te creí…” Una noche se armó una sampablera en plena serenata a la morena Alcira Villasmil. El cantante se inspiró en la canción Las Brumas del Mar, de nuestro poeta Balbino García y en unos versos dijo: -“…Ay, mi novia, tan blanca y tan blanca…” Explotó la risa del guitarrista al recordar que la dueña de la serenata era morenita. El novio de la chica arrancó con lo que quedaba del litro apoyador y se suspendió la tertulia musical esa noche. Tan bonita que estaba quedando, caramba.
Me sorprendió en los últimos días del nefasto año pasado el servicio de una enorme hallaca que traía entre sus ingredientes un gran muslo de gallina con todo y hueso. Pensé que era un rezago del día de los inocentes que querían jugarme los amigos de esa calorosita casa, ubicada entre las serranías del páramo De La Negra, vía El Delgadito, más abajo del callejón Del diablo. Con razón me llamó la atención un enorme corral donde reposaban unas 38 gallinas echadas y sin patas. Claro que estaban vivas y tranquilas. –Esas van a servir para el año entrante, carreto. -Ahí les van creciendo los muslos un poco más flacos que parecen zancos largos, dijo la señora Digna Valdivieso.
Va agarrando cuerpo la investigación que realiza Gerardo Pérez Duque sobre la tierra hermosa que vio nacer a sus padres. San Bartolomé del Cobre tiene mucha historia propia y Gerardo está escudriñando para traerla en franca regalía a sus paisanos y amigos. El compendio de este trabajo contiene el fruto de mucho esfuerzo intelectual realizado por nuestro amigo para que quede el recuerdo de sus ancestros en tierras de agricultores y soñadores de siempre. Los pobladores de El Cobre y sus hijos agradecerán siempre este regalo para la historia eterna todo lo que significa este tolete de tierra cultivaba desde el principio de sus tiempos. Un día de estos vamos con el Doctor Gerardo Pérez todos los miembros del equipo supervisor de libros que tiene su sede en La Ermita. Tendremos que llevar el cuatro para dedicar una canción a esas serranías que semejan colchas andinas secadas al sol paramero.
La Vuelta al Táchira no es lo mismo sin la etapa a Pregonero y lo que implica para los habitantes del municipio más lindo y productivo. Tendrían que arreglar la carretera completa y ocurriría lo mismo que en el año 1966, en la primera edición del evento más importante del ciclismo venezolano y el ganador no sería un pedalista, como Martín Emilio “Cochise” Rodríguez en aquella infernal etapa, sino los chacaritos que aprovecharon la “patroleada” que recibió la vía desde La Grita hasta el pueblo de mis amores. Hoy día la carretera está en peores condiciones que hace 58 años.
Toda la afición al béisbol en Venezuela rinde tributo a Ronald Acuña Jr por hacer el esfuerzo de venir a jugar en nuestro país. El mejor pelotero de Las Grandes Ligas confundido con sus amigos en cada turno y jugada que le vemos en manifestación de agradecimiento a la tierra que lo vio nacer, cariños. ¡¡Tiburones…Pa´ encima!!