Carlos Orozco Carrero
Es bueno reseñar en las Repelencias de hoy el cumpleaños de nuestro amigo Ricardo Montoya, señores. Todo un caballero que goza del aprecio y respeto de todos sus conocidos. Ricardo, hombre gallardo, solidario con sus semejantes, nos regala permanentemente su sonrisa franca y contagia actitudes positivas para su familia y amigos, quienes nos reunimos para ofrecerle muestras sinceras de especial cariño y afecto en reciprocidad a tanta generosidad que nos regala cada día a todos los que tenemos la suerte de compartir con él tantos momentos de especial camaradería. Será una tertulia especial en el grupo de La Ermita, donde se conversa de música, pintura, libros y pertenencia sentida a esta tierra bendita. Un abrazo, profe.
Vamos cumpliendo religiosamente con las Paraduras de Niño desde que tenemos uso de razón. En mi pueblito hermoso aprendimos todo lo relacionado con esta festividad propia de los primeros días del año y dedicada fundamentalmente a la presencia de los niños de nuestra región andina. Estuvimos con Omairita Andrade, familiares, vecinos y amigos en el parque de Los Escritores para continuar con este evento tan esperado por todos. Ya es costumbre encontrarnos allí para no dejar que esta costumbre tan linda se quedé en el olvido. Voladores, aguinaldos, vino y bizcochuelo estuvieron presentes también. Me gusta eso, cariños.
Marco Antonio Rivera Useche es un ícono representativo de nuestra música nacional en su máxima expresión. Los tachirenses nos sentimos orgullosos de contar con sus composiciones de alta calidad, comparada con obras del acervo musical universal. El maestro Marco Antonio siempre será un tachirense de alto valor moral para sus paisanos.
Cuando vengan las invierneras propias de nuestra región debemos estar listos para recibirlas con todo el sistema de drenajes, alcantarillas, quebradas, barrancos y fallas naturales preparado para que no hagan de las suyas en estos bajaderos de Dios. Hemos tenido muchísimo tiempo y la comunidad agradecerá estas acciones de importancia capital para todos.
Es lo malo de construir los cementerios en sitios donde predomine una bajada en esos terrenos. Siempre se escuchan, tarde de la noche, algunos trotes, donde el arrastrar de huesos calle abajo no deja dormir a los vecinos de estos camposantos mal calculados para el descanso eterno. Casi siempre corren esos esqueletos acompañados de lamentos y alaridos que dan grifuras. Los he visto. Señores. ¡¡Uyy!!