Carlos Orozco Carrero
El jinete venezolano Junior Alvarado acaba de ganar el Kentucky Derby 2025. Es un regalito a los paisanos larenses este éxito extraordinario sobre los lomos de Sovereignty tras una remontada histórica que lo coloca en lo más alto, a pesar de su baja estatura. Recordamos a Cañonero II y a Gustavo Ávila, quienes abrieron pista en tan alto escenario ecuestre. Tampoco podemos olvidar a “Cantinflas”, cuando remató desde atrás con la yegua Josefina para ganar su emergente carrera. Claro, esto es otra historia, caballeros.
Preocupación en algunos sectores por el rendimiento académico en Venezuela. Titánica tarea corresponde a los responsables de nuestra educación. Y déjenme recordarles que es obligación de todos los venezolanos librar esta batalla tan importante, señores. Si dejamos las cosas como están ahora, recordaremos a mi compadre Miguel Duarte, cuando le recomendábamos que ingresara al liceo: -Qué vayan los que no saben-. Nunca le hizo falta una clase formal. Era demasiado inteligente como para encerrarse en un salón escolar.
Estaremos pendientes desde ya de la actuación de nuestro paisano Orluis Aular en el próximo Giro de Italia. Desde Cochise Rodríguez, Luis Gabino Rosales, José Ramón Sánchez, José Rujano y los cientos de pedalistas que nos arrancaron emociones cada año estaremos “pegaos” a la información desde esas tierras tan lejanas, cariños.
Cuando uno hace un recorrido por diferentes partes y lugares, incluidos sitios y parajes, nos encontramos con la historia pequeña de la cotidianidad que alimenta esta charloneria semanal. Bajar a pata desde barrio Obrero hasta la plaza Bolívar de San Cristóbal, en contravía a la dirección de los vehículos. nos ofrece perspectivas interesantes a nuestros recorridos callejeros. Intenten y verán la diferencia. Se los puedo garantizar.
Sigue la Inteligencia Artificial ofreciendo posibilidades de apurar nuestro desarrollo como habitantes de este terrón de planeta. También el corresponsal trae informaciones sobre lo inminente del dominio de las máquinas sobre el ser humano dentro de un tiempo chiquitico. Imaginen que vaya uno conduciendo un vehículo y se dirija a Pregonero y de repente un volantazo lo enrumbe a Tovar porque al carro le da la gana. Tendremos que buscar a Jorge Castro para un puntalito antes de salir hasta Guaraque para llegar al pueblo bonito por la vía de rio Negro. Sería interesante encontrarse con las momias desenterradas hace tiempo en esos parajes de Dios. Bello por ahí. En cada esquina una historia.