8 meses se perdieron en un diálogo que es la continuación de otros diálogos que en su oportunidad tampoco llegaron a nada. El Gobierno ganó tiempo a lo largo de todos los diálogos, enfrió la calle, paró las marchas previstas a Miraflores, logró que la propia oposición hiciera renunciar a sus diputados de Amazonas con la promesa de celebrar nuevamente elecciones, que por cierto nunca se dieron, y con ello la oposición contribuyó a que se perdieran las 2/3 partes, que era la mayoría, para poder imprimir cambios reales.Condiciones electorales es una de las cosas que la extinta oposición MUD pide, condiciones que el Gobierno nunca garantiza, ya que ello sería admitir el fraude que lo mantiene. El Gobierno convoca unilateralmente elecciones nuevamente sin condiciones de transparencia y sin veeduría internacional independiente. La reacción lógica de la comunidad internacional es dar por finalizado el acompañamiento del diálogo, haciendo un señalamiento certero: “la sola convocatoria hecha por el Gobierno es garantía de que no existirá transparencia”.
Luego del aumento de las sanciones de la Unión Europea, con 28 países que la componen, a donde 7 funcionarios de Gobierno quedan con sus bienes congelados y sus familiares junto a ellos con prohibición de permanencia en esos países, se suma a las sanciones de EE.UU., más el anuncio de que faltan por los menos tres rondas más de sanciones, ahora con el Grupo de Lima, que decidió también no seguir acompañando el diálogo, suman 42 países que no reconocen ni la ilegal ANC ni el resultado electoral. Para la oposición, las elecciones frente a un Gobierno totalitario deben contar con un objetivo, que el fraude electoral sea capaz de desbordar y precipitar una crisis mayor. Esto es lo que no se ha cumplido, lo que no se ha hecho y dificulto que ya se haga. La razón es sencilla, la oposición no ha podido acreditar el fraude y cuando como en el estado Bolívar lo hizo, no tuvo la fuerza para reivindicar su triunfo. Por otro lado, en promedio las elecciones revelan la desestructuración de los partidos de oposición, que no han logrado contar con un 48 % de testigos y miembros de mesa. Incluso la tarea electoral está mal hecha desde el objetivo para lo que sirve y como medio para desenmascarar el fraude. Tiempo de coherencia, es tiempo que la oposición venezolana coincida con la posición de la comunidad internacional y marchen juntos en una misma estrategia internacional y nacional. Pasa sin lugar a dudas por acompañar la dureza del discurso internacional de no reconocimiento de elecciones y por tanto no acudir a ellas. He sostenido que el Gobierno comenzó con la disolución de los partidos, primero los divide y luego los desaparece, haber aceptado la decisión de la ANC de validarse nuevamente fue un grave error, se exponen a que el ciudadano no los acompañe por tantos desatinos y perdieron la posibilidad de levantar la voz señalando que se ilegaliza a los partidos, instrumentos de la democracia; así, el Gobierno avanza al modelo de partido único. Ya sacó del juego a la MUD, a VP y PJ. La crisis de Venezuela se tiene que ver como un problema regional y no solo de Venezuela. Ya en Cúcuta se instalará un campamento de refugiados el 2 de febrero de este año. Todo por una sola causa, el comunismo por el que nadie votó.
La coherencia comienza por ser consistentes con nuestros discursos. Lo más importante, y debe ser objetivo trascendental y estratégico, es hacer coincidir la estrategia internacional y la nacional en la salida del comunismo de Venezuela, como primer paso.
Carlos Casanova