Cierre de vías desde y hacia el centro de Caracas
10 de enero de 2025
Porfirio Parada
Ya estaba todo listo para la celebración de esta gran tradición que lleva años en Capacho con sus Reyes Magos. 108 años, un número enorme, patrimonio regional y nacional de los venezolanos. Muchas fotos, varias familias, diversas épocas y generaciones, mucha historia y gente involucrada en esto. Se había publicado en las redes sociales el diseño oficial con su programación. Cierran una de las calles principales de Capacho. Esas calles donde llegan a la iglesia, donde hay varias panaderías, licorerías, lugares para comer, abastos, venta de piñas, casas de familias, casas al estilo andino, con ese tejado tan particular de aquí. Llegó el fin de semana de los Reyes Magos de Capacho, y la gente que quiere hacer diligencias, buscar repuestos o comprar algunas cosas, lo tiene que hacer temprano porque para luego es tarde. El pueblo se para en algunos establecimientos comerciales, otros aprovechan esos días y salen y buscan, se rebuscan la vida vendiendo cosas, licor, comida, por esos días que parecen ferias. Gente de Capacho y de San Cristóbal, y de otros municipios vienen, asisten, como público, como vendedores, como turistas, como creyentes, como parranderos, como borrachos. En Capacho los días no terminan el 31 de diciembre, sigue la fiesta, la oración, sigue la pachanga, la celebración, pareciera 35 de diciembre, 36 de diciembre.
El sábado está la Guardia Nacional, y la policía, indicando el cierre de la calle y el desvío por la parte de arriba para bajar a San Cristóbal. La Iglesia, sus escaleras están llenas de personas sentadas, lugareños, propios y extraños, esperan, van llegando, para que inicié la representación teatral de los niños, por los Reyes Magos, antes del desfile del domingo. Hay cámaras de televisión, los organizadores dicen que están conectados por internet a todo el mundo, venezolanos que viven aquí y en el exterior pueden ver lo que pasa en Capacho en señal en vivo, por las plataformas digitales y redes sociales. Hay animadores, entre ellos Eymar Fuentes, el domingo creo que estuvo la gran Anna Capra, hay gente trabajando por esa programación desde hace meses, quizás años. Los niños con sus trajes, algunos disfrazados, están atentos a la hora de empezar la actividad cultural. Hablan y actúan sobre los Reyes Magos, sobre la tradición, aunque también en el guión incluyen párrafos modernos, con música actual, lo que está pegando en la radio, para que la gente también se divierta, se entretenga, viendo a los niños, a sus hijos, a los niños del pueblo. Una niña toma con sus manos a otro niño más pequeño, una niña como ángel con luces de colores en su espalda cubierta de plumas, lo sostiene y lo muestra al público, es el niño Jesús, la gente aplaude, otros sacan el celular y registran el momento.
Desde las escaleras de la iglesia, se ve el Monumento Cristo Rey, en el Cerro El Cristo, se ve iluminado entre la neblina, pareciera que fuese un protector de los habitantes de Capacho y sus alrededores. Termina el espacio teatral, y ya montando otra tarima, una tarima para la fiesta, porque luego de las 9 o 10 de la noche, lo que se escucha es diferentes géneros musicales, y la gente en la calle, disfrutando, seguidamente, empieza un desfile, entre carros adornados, entre gente caminando uniformada, pasan los Reyes Magos pero grandes, gigantes, cada uno de ellos saludando a la gente desde arriba, unos se acercan y se toman fotos, todo en un ambiente con luces, sonido, alto volumen, pólvora, la gente con la familia, con amigos, unidos y revueltos. Y las licorerías abiertas, y las casas que ofrecen sus baños, y la gente con sus negocios ofreciendo pinchos, de pollo y carne, vendedores ambulantes ofreciendo sombreros de feria, blanco con la cinta negra, vendiendo lentes, mesas en la calle vendiendo bebidas típicas, ponche crema. Y desde arriba, antes de empezar el desvío, la gente sigue bajando, agarrado de las manos con sus seres queridos, o la gente que viene de afuera pregunta dónde comer, qué hay de comer, hamburguesas, pizzas, parrillas, pasteles andinos, helados, arroz chino, preguntan, la gente del pueblo le responde.
Hay una tarima Polar, en la mitad de la calle cerrada, está como pegada a unas cuantas casas, la gente se acerca, se amontona ahí, baila, abraza, canta y sonríe, también beben. El animador hace lo suyo para que la gente no se duerma ni mucho menos se aburra, le pide a la gente que canten la próxima canción, echan bromas, chistes, regalan cervezas. El Dj de la tarima reproduce canciones que seguramente la gente disfrutará en esa noche, vallenato, rock, reguetón, música electrónica, venezolana, y más. Las familias que no le gustan tanto el alboroto y el bochinche pues se quedan en sus casas, disfrutan la tradición de los Reyes Magos a su manera, otras familias se limitan a visitar la Plaza Bolívar, llevar a los niños, registrar fotografías del pesebre que este año hicieron. Hay gente que estaciona carros con full sonido, con luces de neón, grupos de personas que crean como un club, están vestidos iguales lo representa un nombre, un carro, un estilo de vida, también hacen presencia en esos días. Y cuando llega las 12:00 de la medianoche, cuando la gente está feliz, otra prendida, otra en sus casas, arropadas, otras en el balcón viendo lo que pasa, otra revisando sus celulares, otra regresando a su hogar, bueno a esa hora se enciende y repica la quema de pólvora, el cielo se convierte en un espectáculo que no solo lo ven los habitantes de Capacho, se puede ver en otros sectores, otros pueblos y parroquias, en otras montañas, con la gente del campo. Hay una sensación de alegría, pero también de paz comenzando el año, un agradecimiento invisible por existir, por vivir en el Táchira, qué tierra tan especial juemadre. Era la primera vez que estaba así en la noche, en los Reyes Magos de Capacho, el domingo amaneció en San Cristóbal con lluvia y mucho frío, cuando me levanté y sentí el clima, pensé en Capacho, y en su paisaje andino.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio
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