Carlos Casanova Leal
Todo venía bien, sin sobresaltos, hasta que los perdedores en EE.UU. decidieron jugársela con los socios que quieren un Nuevo Orden a partir de una guerra, y así dejarle un inmenso problema al ganador; en consecuencia, aún no sabemos cómo terminará el año, si concluirá en medio de una guerra nuclear, o si iniciamos el año 2025 en esa crisis.
La geopolítica está cambiando, se hace muy complejo en razón de que los cambios que promueve no son homogéneos para el mundo. Serán muy complicados estos cambios, ya que su evolución parte de países con desigualdades en lo social, económico, político y tecnológico.
Sin lugar a dudas el retorno de Donald Trump representa un peligro para los que apostaron por un Nuevo Orden Mundial, representa a los soberanistas, los que no conciben que el Estado Nación sea sustituido por las grandes corporaciones; evitará que sea América la vitrina de venta de productos chinos; los que apuntaron al multilateralismo al final jugaron a favor de la ruta de la seda donde China invirtió un billón de dólares, producen y venden, pero no compran.
Hispanoamérica debe definir su papel en la economía. Venezuela está en el aislamiento que no conduce a ningún lado, junto a Cuba. Otros actores internacionales quieren jugar en su propio juego con más agresividad, como son Irán, Corea del Norte que ya aparece aportando soldados en apoyo a Rusia y China que en silencio recoge frutos procurando que el nuevo orden le favorezca.
La guerra será siempre una posibilidad, ya que Irán está participando en la guerra por vía de sus grupos terroristas contra Israel, lleva un 60 % de uranio enriquecido; y Corea tiene un promedio de 50 lanzamientos de misiles balísticos.
El mundo está en un punto afrontando múltiples crisis simultáneas cuando la diplomacia puesta a prueba viene fracasando en la resolución de conflictos.
La Inteligencia Artificial incorporada a procesos de producción creará una brecha tecnológica bastante grande entre los países que tienen acceso a ella y los que no hemos llegado ni siquiera al uso de la robótica en estos procesos. Esa brecha tendrá efectos rápidos en la calidad y precios de los productos, también en la medicina (¿seguiremos nosotros con el modelo comunitario de salud?), las maneras de intervenir quirúrgicamente a los seres humanos cambiarán, pues las maquinas estarán en posición de tomar decisiones.
Mientras en todo el mundo se preguntan qué pasará con los empleos, resulta que en Venezuela, sin Inteligencia Artificial ya no los tenemos, en otros países se preparan para trabajar dándole mantenimiento ¿Y nosotros?
El debate actual es la desigualdad global, si se calcula que en diciembre de este año la cantidad de venezolanos en el exterior será de 9 millones, que migran buscando condiciones de existencia, con lo que dibuja la amplitud de la brecha en la que estamos.
Hay países celebrando la derrota de la inflación ¿Y Venezuela, qué celebra? La distancia que en otros países se abre entre ricos (que producen) y pobres es grande, en nuestro país es entre los nuevos burgueses (que no producen) y el resto, o sea los pobres.
Hoy se evidencia la crisis de las democracias y el auge del autoritarismo. Es de tal gravedad la situación que países como Estados Unidos, Alemania, Francia, España presentan erosión institucional; denominador común: la corrupción.
Cuando hablamos de erosión de la democracia hablamos del desgaste de la libertad en todas sus formas.
El año 2025 será un año para promover y seguir a los que tengan claridad de por dónde va la humanidad y cual rumbo escoger, es el tiempo de buenos políticos con solidez espiritual.
Si alguien encuentra a uno de estos dígale que el muro del comunismo hace años está derrumbado, que salgan de esa burbuja cognitiva y que afuera está el nuevo conocimiento, derrotero de prosperidad para los ciudadanos.
Dios con nosotros.