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26 de abril de 2024
Se inicia un nuevo período escolar. Venezuela está inmersa en una trama política sin precedente alguno. Y en lo económico,un significativo porcentaje de ciudadanos está al borde de la locura. Estos factores o variables, se han instalado en el sector educacional venezolano, los cuales hemos experimentado en estos últimos cuatro años del régimen de Nicolás Maduro y su séquito gubernamental. De igual modo, lo que lleva Maduro de presidente, por el despacho del MPPE han desfilado cuatro ministros: Maryann Hanson, Héctor Rodríguez, Rodulfo Pérez y Elía Jaua Milano. Todos dedicados a la política partidista. Incluso, operadores del PSUV. Pero lo que más llama la atención es que EJM, además de ministro de Educación, es vicepresidente de las Misiones Sociales y también constituyente. ¿Tiempo para dedicarle a las funciones educacionales? Vaya ud. a saber.
Para nadie es un secreto que nuestra malograda economía ha hecho aguas a las familias venezolanas. Obviamente que el sector educacional no escapa a esta realidad. Este año escolar los morrales de nuestros estudiantes que llevarán a cuestas, estarán vacíos. A pesar de que Maduro se empeñe en hacer una campaña de entrega de estos pertrechos. Esto dijo el presidente: “serán entregados tres millones de morrales a 3.000.000 de familias, llenos de libros, cuadernos, sacapuntas, colores y todo lo que nuestros estudiantes necesitan. Esos bolsos se van gordos para nuestros muchachos”. Además, aprobará un bono de inicio de clases de 250 mil bolívares. El soberano sabe que, en tiempos de elecciones, es una política ancestral la lluvia de ofertas a las masas populares por parte de sus gobernantes.
A todas estas, caben las interrogantes: ¿El sistema educativo en nuestra amada Venezuela es de calidad?¿Será de calidad con las regalías de morrales y un bono que apenas puede alcanzar para un par de zapatos y un par de medias? ¿Se puede hablar de calidad cuando en un año escolar se pierden cuantiosos días de clases? (Por ejem, caso “guarimbas”, celebraciones y elecciones). ¿Podemos llamar calidad de la educación cuando las madres (y docentes que abandonan las aulas de clase), tienen que incorporarse a las colas en los abastos y supermercados porque el camión ha llegado con algunos alimentos? He sido testigo presencial de esta lamentable situación. ¿Podemos hablar de calidad de la educación, cuando el salario de un docente no alcanza para satisfacer sus necesidades básicas: comida, ropa, calzados, pago de luz, transporte, cantv, medicinas, entre otras? ¿Se puede hablar de calidad de la educación cuando el pensum de estudio lo diseñan con un contenido socialista o pensamiento único? Que por cierto, el pueblo dijo NO al socialismo que, al parecer, el régimen intenta colar por la calle del medio, truene, llueva o relampagueé.
Finalmente¿se puede hablar de calidad de la educación si el modelo comunista colinda con los principios establecidos en nuestra Carta Magna? Repito una vez más, a decir del fallecido dictador Fidel Castro, “socialismo es igual a comunismo”. En mi opinión, para contar con un sistema de educación de calidad, los gobernantes deben desarrollar integralmente sus funciones y poder satisfacer a la comunidad de manera eficaz y eficiente para que haya efectividad. Lo contrario, redunda en la desidia, en lo mediocre, y por tanto, en el fracaso. En el capítulo Venezuela, la “bella” CRBV (que hoy quieren desaparecer), obliga al presidente a que haya calidad educacional en nuestras instituciones. Sea usted el juez. Esperemos que este año no sea como en el reciente pasado. Se abre el debate, pues.
(Alfredo Monsalve López)
@monsalvel
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