Política
Eduardo Flores Alvarado a veinte años de su viaje eterno
viernes 26 septiembre, 2025
Leomagno Flores Alvarado
Era el año 2005. El viaje de la vida llegaba a su final. Se acabaron los avatares de su tiempo. Aquel 26 de septiembre, para nosotros, compañeros de sus luchas, sueños y anhelos fue llegar de súbito al punto donde relumbra lo intemporal para siempre. Ese día, el licenciado Eduardo Flores Alvarado, como lo llamaba todo el mundo en san Cristóbal, se marchó de este plano, dejándonos el legado de su hermosa existencia, signada por la brillantez de sus ideas, la virtud de su humildad y por sobre todo la honestidad a toda prueba de sus actos.
Fue en 1966, cuando en la entrada de Barrio Sucre, nos sorprendió a todos, al pronunciar un improvisado pero encendido discurso a favor de la causa estudiantil. Desde entonces, su voz cargada de entusiasmo retumbó por los caminos de la geografía regional, llevando el mensaje de la redención social. Militó en Acción Democrática, llegando a ser el más emblemático y célebre de los secretarios juveniles seccionales del partido en el Táchira de todos los tiempos.

Su liderazgo lo construyó cada día, visitando a pie, casa por casa en los barrios más necesitados. A pesar de los altos cargos públicos ocupados, nunca perdió su sencillez y modestia. Fue un implacable enemigo de la corrupción. la honradez fue su mejor signo distintivo. Todo el mundo lo recuerda por su trato amable y su dedicación a la solución de los problemas de los más vulnerables.
Fue un estratega parlamentario. Su paso por la Presidencia de la entonces Asamblea Legislativa dejó honda huella parlamentaria. Su verbo encendido pero cargado de inteligencia llenaba el salón de sesiones de un publico entusiasta que no escatimaba aplausos para corresponder su oratoria.
Fue siempre un gran conciliador en la política regional. Hasta los más radicales enemigos políticos reconocían su talante democrático y su carácter equilibrado para pactar acuerdos en beneficio del interés superior del Táchira.

En fin, en una época como la actual de rechazo generalizado del liderazgo partidista, la forma digna y sincera de Eduardo de hacer política de altura siempre cercano al hombre de a pie, hace que su recuerdo y su liderazgo se mantenga vigente en el corazón de los tachirenses.