Pasado mediodía y aún se observaban largas colas en los municipios Cárdenas y Andrés Bello para ejercer el voto en estas elecciones presidenciales 2024.
En el Nazaret de Táriba, cuyo centro de votación registra 4.308 electores (15 mesas), quienes decidieron sufragar aguardaban con paciencia su turno de ingreso al lugar. Incluso votantes jóvenes llegaron con sus hijos, y pasaron sin problemas con la atención de los funcionarios del Plan República.
«Con mucha alegría y aunque tengamos que esperar», dijo un ciudadano en la fila, quien se hacía acompañar de su esposa e hija. “Tenemos muchas energías”, aunque el calor comenzaba a pegar.
En el Colegio Monseñor Acacio Chacón, según el coordinador de la Mesa de la Unidad, José Medina Criollo, el padrón electoral es más de 1.500 votantes, el cual disminuyó debido a la migración de muchos habitantes de Cordero.
Tardaron en abrir la mesa esperando a los testigos del PSUV, que no se apersonaron, pero se pudo solventar esta ausencia, y lograron iniciar al proceso a las 7:30 de la mañana, con una importante cantidad de personas. No obstante, la cola corría, aseguró.
De las tres mesas instaladas, una corrió sin ningún tipo de dificultad, y las dos restantes estaban un poco lentas, quizá en parte por el voto asistido, pues se tiene que llenar una planilla y eso quita mucho tiempo.
En la unidad educativa Doctor Villalobos, el centro de votación más grande de Andrés Bello, cerca de 4.000 electores, de acuerdo con Javier Peñaloza, dirigente de Acción Democrática, el proceso se cumplía de manera espontánea con una participación masiva de los electores.
El problema que se ha visto, dijo una electora, es porque apenas habían tres meses habilitadas, “anteriormente eran nueve”, y esto hace más lento el proceso. No obstante, otra persona precisó que el número de mesas se ha reducido porque el proceso ahora se ejecutaba más rápido, pero, «no esperaban que llegara tanta gente a votar”.
Nancy Porras/GD