Regional

A la vuelta de la esquina la suerte espera…

23 de octubre de 2021

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Freddy Omar Durán

En una situación tan incierta como la que actualmente se vive en el país, los tachirenses se han puesto en manos del azar. Desde la pequeña rifa familiar, hasta el “renacer” del ya establecido mercado de los terminales y loterías, pasando por las ahora llamadas “promotoras” que con megáfonos en mano van ofreciendo sorteos diarios, la proliferación de las apuestas se consolida como un negocio en auge, posterior a la flexibilización de la cuarentena.

De ser uno de los países con una de las poblaciones más ludópatas del continente, Venezuela pasó a convertirse en uno en el que las loterías estuvieron al borde de la extinción, extremo del que tal vez se irán alejando desde este 2021.

Pero ya no pertenece a ellas en exclusiva el negocio de la suerte, pues el mismo se ha constituido en el rebusque de muchos tachirenses, ya sea pensando en un ingreso extra o por causas de fuerza mayor relacionadas con la salud o, incluso, con el empuje comercial a ciertos bienes, como vehículos y propiedades inmobiliarias, hoy en día muy complicados de ofrecer en el mercado.

Así ha sido durante este año en el que se ha visto cómo, poco a poco, se ha producido no solo un resurgimiento del negocio de la suerte en general, lo que incluye a bingos y casinos, otrora satanizados; así como nuevas empresas, denominadas “promotoras”, en permanente captación de personal que, con megáfono en mano, se moviliza a pie o en vehículo ofreciendo atractivas rifas diarias.

También por la publicidad radial llaman continuamente a todo aquel que quiera unírseles como aliado comercial, y tener una fuerte presencia, especialmente en el centro de San Cristóbal, Barrio Obrero y los alrededores del terminal de pasajeros de la ciudad.

Poco a poco

Es un escenario que en el Táchira ha cambiado radicalmente, incluso para las tradicionales “bancas”, como nos comentó Bertha Carreño, quien por más de un cuarto de siglo ha trabajado en su propio local, que alguna vez don José Rafael Cortés bautizó como “La Catira de la Suerte”.

Hace aproximadamente un año reabrió la taquilla y volvió a atender a una vieja clientela que comenzó a espantarse ya hace unos cuantos años, cuando el bolívar entró en su más dura caída libre y no valía la pena ganar premios en esa moneda.

—Cuando llegó la pandemia suspendí el negocio, pero hace como tres años, cuando comenzó la devaluación fuerte del bolívar, comenzó el duro golpe para nosotros. Hace 11 meses fui una de las primeras que comenzaron poco a poco, y al decirles a los clientes que íbamos a cobrar y pagar en pesos, se animaron; pero eso, repito, ha sido poco a poco —sostuvo Carreño.

Pero no solo el uso de moneda extranjera ha incentivado el negocio de la suerte, también se ha tenido que recurrir a la lotería extranjera, como el referente principal para determinar los números ganadores, con predilección por la lotería cucuteña El Motilón, aunque quien quiera lo puede hacer por otras loterías colombianas e incluso estadounidenses. No obstante, esta tendencia, como se constató en muchas agencias y rifas, se está revirtiendo y los resultados de Táchira y Zulia van tomando la relevancia de antaño.

—Viendo la receptividad que han tenido las loterías de afuera, deberían convivir en este mundo de las apuestas al lado de las venezolanas, pero serán los clientes los que decidan con cuál vincular su suerte— agregó Carreño.

Por supuesto, el mercado de las apuestas no depende solo del resultado de una lotería, pues actualmente la opción es amplia y mediante el sistema Parley, el marcador final de cualquier partido, en casi cualquier disciplina deportiva, sirve para jugar. Incluso ya hay la alternativa de arriesgarse en las carreras de caballos, desde cualquier agencia.

Aunque no hay una cifra oficial, calculó Carreño que apenas un 40 % de la cantidad de agencias de loterías existentes en la época de oro podrían estar operando en la actualidad, afiliadas a dos importantes bancas, Los Amigos y Grupo Andino, responsables del pago a los ganadores. De otra parte, las rifas de todo tipo están en más auge que los triples online, lo que no significa para Carreño una competencia, en tanto desde las agencias también se están ofreciendo muchas de ellas.

Época dorada

—Con este negocio eduqué a mis hijos. Es lo que yo he hecho toda la vida; pero ahora, como usted ve, he metido otras cositas en el local para ayudarme; pues esto ya no está dando como antes. Hace tiempo, digamos 20 años, la clientela era buenísima, trabajabas con Táchira, Zulia, Caracas y Chance, al mediodía, en la tarde y en la noche. Es más, la situación del país y el no querer irnos de él es lo que nos hace mantenernos, y además trabajamos con una clientela fiel y que sabe que hemos sido puntuales en nuestros pagos— contó Carreño.

Esa “vieja clientela” ya no se comporta como antes, cuando algunos le apostaban a todas las loterías, en todos sus sorteos de ese día: apenas si en la actualidad escogen un juego diario y por mínimos montos.

Mientras que en el triple y el parley, por ejemplo, tú decides la cantidad a apostar, en las rifas el valor del boleto varía y puede ir de los dos mil pesos al medio millón, dependiendo del plan de premios y el tiempo que se deje para cancelar.

Una apuesta en un triple parte de los 100 pesos y si pega el número ganador, ya se está llevando 50 mil, y si solo pega el terminal, 5 mil pesos.

—Esos fueron tiempos muy buenos: Cuando se vendían el Kino y los “raspaditos”, se llenaba todo el vidrio de la taquilla con ellos; pero eso hace como cuatro años que desaparecieron. Cualquiera podía montar un negocio de lotería, solo se necesitaba un local, porque las computadoras las ponían las mismas bancas, y desde entonces, como hoy, hemos trabajado bajo la modalidad de porcentaje. Tengo fe en que vuelvan esos tiempos, porque yo quiero seguir luchando por mi país— recordó Carreño.

Lotería con sentido social

La pérdida de su presidente a causa del covid-19, Ignacio Andrade, en el mes de mayo, ha sido uno de los tantos golpes que la pandemia ha infligido a la Lotería del Táchira, amén de verse obligada a suspender sus actividades comerciales y benéficas por un buen tiempo, por los rigores de la cuarentena.

A su actual presidente, Pedro Vivas, le tocó un reto nada fácil; no obstante, no descarta que esta institución, adscrita a la Gobernación del estado Táchira, contemple oportunidades en este boom de las apuestas.

—Cada vez que la gente compra El Triple, El Andinito o el Supergana, se está contribuyendo con la labor social que hace la Lotería del Táchira: por ejemplo, el miércoles realizamos una jornada en La Cruz de la Misión, parte alta del barrio 23 de Enero, con la entrega de útiles escolares, servicios odontológicos y de corte de pelo. La lucha ha sido mantener el nombre de una institución que lleva 95 años de historia y con la cual se ha beneficiado a tantas personas —afirmó Vivas.

Admitió Vivas que a la Lotería del Táchira le ha tocado ajustarse a la restrictiva situación económica del país, mas no por ello las esperanzas deben apagarse, y tampoco puede descartase que en un futuro vuelva a alcanzar el domino nacional del que alguna vez gozó.

—El momento en que está la Lotería del Táchira es el mismo que vive toda Venezuela, de bajos ingresos económicos, pero con la ilusión de que el país cambie y el ente regional pueda volver a brindar no solo atención social al estado, sino a los sectores más necesitados de todo el país— agregó.

Recordó que por las limitaciones de la actual Ley de Loterías, los planes de expandir los productos se han limitado un poco, en tanto las gobernaciones ya no tienen la administración directa de los mismos, y todo se viene manejando a través de empresas privadas que los desarrollan y promocionan.

El llamado de Vivas no solo lo dirigió a los fieles seguidores de la marca, sino a todos los que realizan rifas y chances, para que tomen en consideración sus resultados para establecer los números afortunados.

—También queremos hacer un llamado a todas aquellas personas que hacen rifas y triples, para que usen a la Lotería del Táchira como garante de la transparencia de sus premios y no se siga utilizando como referente las cosas de otros países; utilicemos lo nuestro, que es una lotería que ha gozado de gran credibilidad en todos estos años— acotó Vivas.

Legalidad ante todo

Entre el sinnúmero de rifas que actualmente se realizan en el estado, muchas, además de presumir del monto de sus premios, lo hacen de su legalidad.

—Hay muchas rifas, pero lo hacen sin el permiso que otorga la alcaldía. Sin esto, el comprador del boleto no tendrá la garantía de que se pagará lo prometido— afirmó el vendedor de una rifa en Zorca-Providencia.

En diciembre de 2020, el boom de las rifas se hizo sentir, muchas de ellas ofreciendo las famosas canastas navideñas. Pero ya José Gregorio Ramírez, en Zorca-Providencia, desde antes, desde el momento en que el peso comenzó a imponerse como valor de cambio, se involucró en ese mercado.

—Ya llevamos dos años en rifas, unas tras otras, y cada una va dejando una experiencia diferente: la primera fue un éxito total y consistió en un equipo de sonido, con todos los números vendidos. Pero igual ha habido altibajos— explicó Chacón.

Alguna vez ejerció Chacón la enfermería en el Hospital Militar; no obstante, la baja remuneración lo obligó a otras alternativas, pero entre todas ellas, irse del país es la que ha descartado.

—Sí pensé en irme de mi país; pero dije no. Yo soy muy nacionalista, quiero mucho a mi patria, quiero mucho a mi tierra. Con esto de las rifas me hago de una manera de obtener el día a día para la casa— subrayó Chacón

En su caso. el monto del premio, que incide en el valor del número, determina la duración de la rifa.

—¿Por qué se hacen las rifas? Porque es una forma, mediante la suerte, en que la gente puede optar a obtener algo aportando la fracción del monto total de lo que se rifa, y que no van a poder obtener, ni ahorrando por mucho tiempo, ya sea un carro, una moto. Si yo te digo que estoy vendiendo esta moto en 3 mil dólares, tal vez tú no tengas toda la plata; pero si te digo que la estoy rifando en 20 mil pesos, es más fácil. Y este resurgir de las rifas se ha dado desde un encuentro entre la necesidad de algunos de hallar un modo de subsistencia y la necesidad del hombre de la calle de que un golpe de suerte lo saque de una difícil situación o, al menos, le proporcione un reconfortante para su vida —sostuvo Chacón.

Si bien comenzó jugando con Motilón, ha regresado al Triple Táchira, pues le parece absurdo depender de las loterías extranjeras.

Sorteos por los parlantes

Con un pendón colgado al cuello, y el pregón por los altavoces, Alfredo Ramírez recorre los mercados populares los fines de semana ofreciendo una rifa, a 40 mil pesos el ticket, cuyo primer premio es su casa de Santa Ana, además de un segundo premio de 500 mil pesos. En el aviso se especifica que la alcaldía de Córdoba ha dado su aval al sorteo.

—Tomamos esta decisión porque necesitamos trasladarnos de Santa Ana hasta Rubio, donde tenemos a nuestras madres y necesitamos estar cerquita de ellas. Con esto de la pandemia, uno no puede estar en un correcorre, de un lado para otro. Ellas son personas mayores de edad y debemos darles nuestra ayuda. Ahí vamos, poco a poco, en nombre del Señor. Hay mucha gente que ahora, por necesidad, recurre a las rifas para agarrar algún ingreso— afirmó Ramírez.