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Para el presidente de la Cámara Inmobiliaria del Táchira, ratificado por elecciones para un nuevo periodo, la semana pasada, Regal Enrique Labrador, la crisis económica y el cierre de fronteras han sido circunstancias que el sector que representa ha tenido que saber enfrentar, sin que ello signifique una paralización absoluta del mismo.
En su concepto, la formación del factor humano de los agentes inmobiliarios será fundamental para afrontar los días venideros, en tanto la calidad del servicio constituirá una exigencia de primer orden por parte del cliente.
—El mensaje a los agremiados –afirmó Labrador- es a que nos enfoquemos en prestar un servicio de calidad, que enaltezca al gremio inmobiliario regional. Para ello, debe existir mucha preparación, mucha formación y capacitación, algo que no es exclusivo al momento de cursas estudios universitarios, sino que debe ser permanente durante el ejercicio laboral.
En ese sentido, recuerda que sigue en vigencia, a partir de un convenio de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, válido como postgrado, aunque también los TSU y bachilleres optan a la acreditación como diplomado.
Actividad en medio de la crisis
Respecto al comportamiento del sector tachirense, comparado con el nacional, se mantiene en un nivel parejo, aunque, por supuesto, imperen ciertas particularidades
—Aquí hay una particularidad, como es que la cercanía a la frontera influye en que las operaciones inmobiliarias no se frenen de un todo; sin embargo, a pesar de que la frontera ha permanecido cerrada, “oficialmente” vemos que las inversiones regionales siguen enfocadas hacia el mundo inmobiliario. Independientemente de que esté o no la frontera cerrada, hay un dinamismo que no se puede negar.
Recientemente, la Cámara realizó una consulta a buena parte del gremio inmobiliario de la región, en la que se determinó que las operaciones en el primer trimestre del 2021 llegaban a un máximo de 5 y un mínimo de una, por cada agente inmobiliario.
Construcción deprimida
Mientras la actividad relacionada con la construcción de nuevos inmuebles está deprimida, para Labrador algo distinto sucede con la administración de inmuebles ya edificados, en el denominado mercado secundario. También se refirió al impacto de la circulación de divisas para las transacciones, el cual considera secundario, en comparación con la influencia de la oferta y la demanda, que depende más de la situación económica general.
—El mercado inmobiliario fluctúa mucho, dependiendo de la oferta y la demanda, independientemente del tipo de moneda con que
operes. Al haber exceso de oferta y existir poca
demanda, los precios tenderán hacia la baja.
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