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Regional
“Actual sistema penitenciario conserva rezagos de la crueldad de Juan V Gómez”
7 de agosto de 2018
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“Entre las prisiones más tenebrosas que han existió en la historia carcelaria de Venezuela, sobresale la ´La Rotunda´ como un símbolo de terror y oprobio propio de la tiranía de Juan Vicente Gómez. Crueldad, sevicia, tortura, suplicio permanente y aplicación de métodos brutales y primitivos, son muestras de la peor degradación humana en el tratamiento dado a los privados de libertad. Carceleros dirigidos por el verdugo Nereo Pacheco, cumplía a cabalidad sus órdenes sanguinarias”, comenta el abogado Jorge Valenzuela al hacer una comparación 82 años atrás con la actualidad.
—La Rotunda, fue demolida en 1936 durante el periodo de Eleazar López Contreras, hoy transcurrido 82 años de esa Ergástula vergonzosa, nuestro actual sistema penitenciario, ideal en postulados de rehabilitación, en la práctica aún conserva muchos rezagos de esa vieja práctica que creíamos superadas-acotó.
En el caso de la frontera, dijo que ante el aumento de los delitos cometidos y el auge de personas involucradas en lo mismo, “se ha producido un hacinamiento de seres humanos que ha colapsado los retenes policiales tradicionales existentes en la frontera; por lo que cada cuerpo policías acantonado en la zona se ha visto obligado a improvisar sitios de retención provisional en espacio reducidos que carecen de las mínimas condiciones exigibles que garanticen la dignidad y respeto de los Derechos Humanos y constitucionales de quienes deben someterse a un proceso judicial”.
Recuerda que la administración penitenciaria debe velar por la vida, salud, integridad y dignidad de todos los privados de libertad así como preservar su intimidad y todo evento garantizar el respeto de sus Derechos Humano.
Asegura que en la práctica, esto no se cumple, “pues estos centros de retención no cumplen con los estándares nacionales e internacionales de organismos acreditados en esta área. Los espacios son tan reducidos que no hay sitio para una cama menos para colchonetas, mientras unos duermen en el piso otros deben permanecer de pie, no tiene ventilación, agua potable para el consumo y solo un baño para cincuenta o más personas, carecen de asistencia médica, solo tiene visita cuando el carcelero lo autorice a capricho, sus familiares deben someterse a requisa degradante, no existe un sitio apropiado para comunicarse con su abogado y todo ello se suma a la desesperación por el retardo procesado de sus causas”.
—En realidad nuestras cárceles se han convertido en destierro para olvidados; mientras los cuerpos policiales actúan con total desconocimiento de la normativa y principios relativos al respecto y garantía de los Derechos que asisten a los privados de libertad; ni el Ministerio Público, Defensoría del Pueblo ni Fiscalías con competencia en Régimen Penitenciario están cumpliendo con sus funciones vigilantes y garantes del respeto y reconocimiento de los Derechos que asisten a los recursos, así como ejercer las acciones que corresponda al comprobar que estos han sido menos cavados-, afirmó.
Para Valenzuela, en vez de retención social más bien parece una venganza social, “castigos infamantes aplicados como medidas disciplinarias y de escarmiento, hablan mal de nuestro sistema de justicia en materia penitenciaria, mientras que los responsables de estos centros de reclusión se rasgan las vestiduras hablando de trato Humano, rehabilitación social, vida digna y hombre nuevo”.
“Hacinadas con pendejos”
Destaca que la verdad sea dicha; “nuestra cárceles esta hacinadas con pendejos, chivos expiatorios, gente de los estratos más humildes condenados por un estado autoritario que mediante el secuestro del poder judicial, ejerce control sobre jueces provisorios, sin estabilidad en el cargo y por tanto vulnerables aperciones e interferencia extra jurídicas que conllevan a decisiones judiciales que obedecen más al capricho y órdenes del patrón que a la verdad procesal que los obliga a decidir en conciencia, en estricto apego a lo demostrado y aprobado en juicio; contribuyendo con su falta de probidad y cobardía con el hacinamiento y sufrimiento de seres humanos víctimas de un sistema oprobioso”.(AM)
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