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Regional
“Cada día importa más a las empresas el impacto y la responsabilidad social”
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Freddy Omar Durán
La vocación tachirense de alcanzar la excelencia educativa, llegó a una empinada cumbre al alcanzar Thania Rosales las más altas calificaciones del Máster en Responsabilidad Social Corporativa y Sostenibilidad de la CMI Business School impartido tanto en modalidad online como presencial.
Luego de su regreso de Madrid, donde le correspondió leer durante el acto de grado el discurso de orden, en nombre de sus 32 compañeros, pertenecientes a 9 países, que vivieron una intensa jornada de 9 meses, con todo el sacrificio que eso implicaba restándole tiempo a sus actividades cotidianas tanto laborales como familiares.
Fueron palabras de agradecimiento a Dios, a la familia y al instituto de educación superior en España, cuya oferta académica se extiende por todo el mundo, y que cuenta con la certificación de la Universidad Católica de Ávila. Thania Rosales también se ha convertido en embajadora de la CMI Business Shool en Latinoamérica, así como dará a conocer por qué es tan importante un criterio empresarial donde los valores, la ética y los derechos humanos sean tomados en cuenta, en concordancia con la Agenda 20/30 de Naciones Unidas.
Disciplina, constancia y mucha dedicación a largas horas de análisis y estudio, adicionales a las casi cinco horas que cada viernes dedicaba a las clases, identificó Rosales como las claves de su logro académico.
“Deje de compartir muchísimo pero valieron los frutos alcanzados: mi papá, mi mamá, mi única hermana, y mi actual pareja, siempre me comprendieron y respaldaron moralmente. Me ayudaban de repente a cambiar un poco el ambiente, y siempre dándome el chance, el tiempo para consagrarme a las actividades propias del estudio”.
Su interés por la sostenibilidad, un tema en boga, le llevó a explorar todas las opciones educativas posibles, con una idea clara del tipo de postgrado al que aspiraba, más en concordancia con lo administrativo y gerencial, propios de su perfil profesional como Contador Público graduada en la Universidad Católica del Táchira, y con especialización en Derecho Tributario en la Universidad Santa María.
Actualmente se desempeña como la directora de Administración y Finanzas de Agropica, empresa a la cual agradece por haberle flexibilizado su jornada para cursar sus estudios en tanto el horario de España, coincidía con su periodo laboral.
Estudio y más estudio
El máster ha estado dirigido a profesionales y directivos con deseos de generar triple impacto en la sociedad diseñando e implementando estrategias de Responsabilidad Social Corporativa y Sostenibilidad, para llevar a cabo un negocio consciente con un efecto positivo en la sociedad y la naturaleza.
Destacó Rosales no solo el alto nivel de los docentes, doctores en sus respectivas asignaturas, sino el énfasis puesto en un desarrollo práctico de las clases en casos muy específicos.
“En sus enseñanzas nos llevaron a la realidad con casos muy concretos, que nos permitían hacer proyecciones, innovar, calcular impactos de todo tipo. Un profesor más exigente que el otro, y eso me gustó, porque en la exigencia está la calidad del estudiante”.
Si bien el enfoque en sostenibilidad tímidamente se está dando en Venezuela, Rosales confía que tarde o temprano se adoptará con mayores alcances asumiendo toda la cadena de valor, y en pos de lograr el éxito como aquellas empresas internacionales que la han asumido.
Fueron 9 meses y vio 16 materias, con cada trimestre de 7 materias, y al final un proyecto de master en el que hizo Rosales una memoria de sostenibilidad, una especie de un informe no financiero, enfocado a una empresa de República Dominicana, en tanto formó equipo con compañeros de estudios que residían en el país centroamericano.
Dentro de un contexto de apagones energéticos e informáticos, las previsiones nunca estuvieron de más, y con estas conjuró toda posibilidad de perder sus clases y no entregar a tiempo sus asignaciones.
“Me preparé precisamente para cuando se fuese la luz, y no perderme de realizar mis actividades. Contaba con un servicio de internet satelital, y un power band para mantener encendida la conexión y no perder la clase, y lograr mi objetivo en el tiempo estipulado. Incluso la empresa me facilitó realizar muchas cosas allá, algo que agradezco mucho”.
Responsabilidad y beneficios juntos
Aunque por mucho tiempo la sostenibilidad era para las grandes corporaciones, un aspecto más implícito en la filosofía y valores de las mismas, ejecutada de manera más discrecional, en la actualidad ha cobrado dentro de las legislaciones nacionales un rango obligatorio.
“La sostenibilidad primero era algo voluntario; pero ya ha pasado a convertirse en norma. Está asociado a la cuestión ética y valores. Si yo tengo un lucro o rentabilidad, ¿por qué voy a dañar el ambiente o causar un perjuicio a la sociedad? Y si lo hago debo compensarlo, así como beneficiar la sociedad donde opero. Es aplicable en Venezuela y en cualquier actividad, más allá de lo empresarial, porque el fundamento de la responsabilidad social corporativa son los derechos humanos y eso aplica para todo”.
Se trata de que el eslabón final de la cadena de consumo, no solo se conforma con un producto o servicio de calidad, pues también importa que ese largo camino no conlleve daños colaterales, ni en el durante, el antes o el después. En Europa se ha avanzado mucho al respecto, y países latinoamericanos como México, Colombia y Argentina se ponen al día, mientras que en Venezuela tarde que temprano el tema terminará calando en toda su profundidad inevitablemente.
“Sostenibilidad implica que las actividades que realice una empresa tengan un triple impacto no solo el económico sino igualmente ambiental y social. Si mis actividades tienen un impacto negativo debo buscar mitigar, y eso va desde la estrategia de gestión de residuos, pasando por la disminución de la huella ambiental, la creación de cultura de consumo y de producción, el cuidado los derechos humanos, hasta el ser filantrópicos en la sociedad donde se opera. Se trata de generar valor compartido”.
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