Por Omaira Labrador
Hubo pólvora. Aplausos. Abrazos y tal cual brindis. Parecía una fiesta de fin de año.
Sucedió en la comunidad Los Ceibos, en el municipio Ayacucho. No podían creer tanta dicha. Se sentían privilegiados. Afortunados.
— ¿Y qué celebran en ‘Los Bloques’? — preguntó Juan Martínez desde la distancia, en el centro de Colón, donde se veía y escuchaba la pólvora. A esta zona también la conocen con ese nombre porque son apartamentos.
— Dicen que les pusieron la electricidad —. Respondió con risa Catarnica Zambrano.
Efectivamente la fiesta era porque las 500 familias, luego de siete días continuos, volvieron a tener electricidad. Estuvieron en un apagón severo por un daño con el cableado. Agradecieron a los funcionarios de Corpoelec que trabajaron en solucionar el problema, con pólvora incluida.
Muchos no justifican la celebración, pero los que allí residen dicen: hay que vivir siete días sin electricidad para saber la alegría cuando llega. Algunos no podían cocinar, tener alimentos en la nevera, tener agua fría, prender lavadora, televisores, radios etc.
La alegría no fue permanente. La madrugada del lunes quedaron otra vez sin electricidad varios bloques no todos, cinco. Pero esta vez se lo reestablecieron el mismo día.
Estas son algunas de las celebraciones que ahora hacen los tachirenses.
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