Cierta mejoría ha experimentado el servicio de transporte urbano en las vías capitalinas, en los últimos días; sin embargo, tal recuperación dista mucho de llegar a una situación en la que se pueda decir que el mismo se ha normalizado.
Aún el ciudadano sigue en la incertidumbre de saber si su agenda laboral del día y su pronta llegada al hogar pueden contar con rutas regulares, o es mejor afrontarlas con una buena caminata, una cola amigable o gastar una tercera parte del salario mínimo en un taxi, si no es más, dependiendo de la hora y la zona.
Sea como sea, se veían unidades en el recorrido de las rutas que van de norte a sur de San Cristóbal, en horas de la mañana y de la tarde, cuando se percibían más buses y busetas, operando muchas de ellas incluso hasta las siete de la noche.
Igual en la mañana, en el centro de San Cristóbal, es menor el número de personas aglomeradas en las paradas; no obstante, a ciencia cierta, no se ha podido determinar si eso es debido a que el servicio se ha levantado de su letargo o que sencillamente muchos prefieren otra opción de movilización; o cada día menos se desplazan por tal sector, donde muchas santamarías niegan a abrirse.
Algunos atribuyen esta reactivación del transporte urbano y suburbano precisamente al importante desplazamiento hacia la frontera, ya que muchos viajeros salen muy temprano o llegan muy tarde a la ciudad; sin embargo, el vínculo entre los dos fenómenos no resulta fácil determinarlo.
No obstante, ciudadanos que necesitaban dirigirse hacia ciertos sectores de Táriba y Palmira se quejaron de que más de una hora tuvieron que esperar para tomar la respectiva buseta, y adicionaban a esta queja la tarifa cuasi aleatoria que cobraban los choferes, pues a pesar de haberse estipulado ciertos precios, lo que se cobra está muy encima.
Pasaje urbano a mil bolívares
Para nadie es un secreto que si bien la orden municipal fija una cancelación de 700 bolívares por viaje en rutas urbanas, en realidad los conductores cobran mil bolívares.
Al atardecer, y rumbo a puntos más alejados, se puede estar cobrando entre 1.500 y 2 mil bolívares.
Los que se quedan con la única alternativa de ser “espantados” por una ciudad totalmente sola al caer la noche, en vez de protestar, solo agradecen que se haya aparecido una unidad a rescatarlos.
Sin embargo, los usuarios, más que ser golpeados por el monto mismo, se resienten por la falta de efectivo y a veces terminan recurriendo a la piedad del chofer y su “escudero”, por la diferencia que resta por pagar. Los usuarios se siguen quejando de que lo poco que pueden sacar de efectivo en los bancos a duras penas les alcanza para pagar el pasaje, y por eso temen a próximos aumentos, que son rumor en la calles y en los vehículos.
Transtáchira es una alternativa
Las rutas Transtáchira siguen siendo la alternativa económica y, en algunos casos, la única para desplazarse dentro o fuera de San Cristóbal; no obstante, los usuarios también observan que en algunas rutas, “algunos días sí y otros no”, o a determinadas horas del día, se activan; así como también no entienden por qué muchas de las unidades que pudieran estar prestando un servicio público se dedican a un uso oficial.
(FD)