Regional

Colas inmensas para comprar gas en la planta de llenado Las Lomas

31 de julio de 2018

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Desde la madrugada esperan a recibir su despacho de gas. (Foto/ Gustavo Delgado)

Muy de madrugada las colas de usuarios con sus respectivas bombonas se fueron formando en las afueras de la planta Emegas de Las Lomas, en la avenida Libertador, quienes resignados aceptaban perder medio día en la consecución de tan básico insumo.

El día lunes dependiendo del tamaño del cilindro se iba organizando la distribución: mientras los dueños de pequeñas y medianas iban ingresando al estacionamiento de la empresa; los de las más grandes dimensiones abrigaban una esperanza, pero nadie se las confirmaban si valía la pena su espera.

Así como se tiene que hacer cola para que los vehículos sean despachados con su combustible para continuar rodando; así se tiene que hacer cola para que en las casas no falte el combustible que enciende los fogones de la cocina.

Colas por el gas

Por la avenida Libertador la congestión de vehículos la formaban los vehículos parados en las cuales se iban cargando las bombonas llenas recién adquiridas, que no tenían otro lugar para estacionarse.

Muy cerca cada quien en la cola con su correspondiente bombona vacío, y se escuchaban las quejas de quienes a las 10 de la mañana, luego de cinco horas o más, no habían podido pasar al estacionamiento de la planta Emegas en la cual el acceso era restringido, y por supuesto más para los medios de comunicación, por lo que no se pudo obtener una información oficial de, entre otras cosas, si en la semana el suministro, que ya no se hace casa a casa, allí se desarrollaría de manera “normal” o no.

Presencia militar

Para mantener el orden, y desde tempranas horas, efectivos de la Guardia Nacional se apostaron en el lugar. Adentro un funcionario de la empresa exhortaba a que una sola persona por bombona entrase como manera de prevenir los robos de las mismas que muchos aprovechando el bululú realizan.

La gente intentaba colaborar en la organización del expendio, algo de por sí complicado ante el gran número de personas que entraban y salían, muchos –sin importar sexo, edad o condición de salud- llevando la venta coronada sobre sus hombros, a rastras o en carretillas. Alguien se quejó de que la bombona que le entregaron su base ya se encontraba muy deteriorada, complicándose su movilización.

Para quienes tiene que calarse las colas no les queda otra que la resignación, pues prefieren esto a una sequía de gas en su hogar, a veces incluso no hay producto en la planta principal, y eso complica más el panorama de por sí sin solución en lo inmediato.

Si tienen que usar sus propios vehículos, pedir ayuda a un familiar o un amigo, o sencillamente venir a pie con el cilindro a cuestas, no importa, lo que vale es llegar al centro de despacho como sea. Otra opción sería tratar de adquirir el gas en la calle, y eso implicaría pagar hasta 20 veces más del costo en planta.

Aguantar lluvia, frío, o calor o hambre también es un detalle menor si lo comparamos con la inseguridad que los puede acechar. Olga Zambrano tuvo la mala experiencia de, a punta de pistola, ser despojada de su celular de alta gama; pero eso no la cohibió de volver por su gas, aunque ahora con mayores prevenciones, una de ellas no estarse solo en la cola sino en compañía de familiares, amigos, o los conocidos que se hacen con otras personas con las cuales se ha compartido horas y horas de plantón.

Freddy Omar Durán