Regional

Colas por la gasolina in crescendo…

6 de septiembre de 2019

1.814 vistas

Lenta, pero inexorablemente, las colas van ganando longitud, lo que representa la espantosa perspectiva del regreso a los días de espera.

Para prevenir que esto no suceda, el Gobierno nacional vuelve al ensayo y error, y prueba de esto es la reubicación de los motociclistas en una de las estaciones de La Concordia.

A punta de ensayo y error se está intentando en lo posible no volver a condiciones críticas de anteriores días, y aunque la organización con mucho esfuerzo se mantiene para agilizar la atención, preocupantes síntomas parecieran anunciar un mal casi endémico.

Las gandolas siguen llegando con la frecuencia diaria requerida; pero las quejas de los usuarios señalan que, en vez de eso significar la atención de un mayor número de vehículos, se limita por día a una cuota los que sí serán despachados.

La mayoría de motorizados mostró su beneplácito al ser reubicados en otra estación de servicio.
(Foto/ Marlyn Pernia)

Y, aun así, ya las colas están de regreso, como se vio a lo largo de la avenida Simón Bolívar o Marginal del Torbes, donde muchos ya estaban desde el día anterior, y donde la congestión vial en paralelo le ponía su cuota de calor a un día, ya de por sí ardiente.

En redes sociales se afirma que con lo que llega a diario en cada estación de servicio se podrían abastecer alrededor de 900 vehículos –aproximadamente 37 mil litros-; pero se reserva a 400 vehículos, sin saberse -y de paso causando mucha suspicacia- lo que sucederá con el resto.

Sin embargo, otros usuarios defienden la idea de que se guarde combustible para lo largo de la semana –de estar esto sucediendo-, por supuesto, para que se cumpla y alcance todos los días, teniendo en cuenta que el “pico y placa” sigue en vigencia, y no se trata de que haya un día de suerte y otros días de carencias.

Sea como sea, las nuevas disposiciones sobre la venta de combustible, provenientes del Ejecutivo nacional, prácticamente se conocen cuando el usuario llega a la estación de servicio y se encuentra con una sorpresa, se encuentra con que le “cambiaron las luces”.

Los señalamientos en redes sociales indican que alrededor de 400 vehículos se estarían atendiendo por día; pero a ese número se le tendrían que restar los alrededor de 100 que toman la “vía rápida”, ya sea por trato preferencial acordado por las autoridades del combustible a, por ejemplo, autos oficiales o pertenecientes a personas que desempeñan funciones oficiales, o ya sea por otras “extrañas razones”.

Los recientes cambios ocurren en el marco de hechos que en estos días han marcado fuertemente el tema del combustible. En primer lugar, el golpe a las mafias del contrabando descrito en recientes días por el defensor del Táchira, Freddy Bernal; y, en segundo lugar, por el malhadado fallecimiento de un motorizado en un accidente, mientras esperaba ser surtido.

Precisamente, este último hecho se relaciona con la habilitación en exclusividad para los motorizados de la estación de servicio Continental, frente a Diario La Nación.

Allí, el día jueves se observó un despacho eficiente y el beneplácito de los motorizados por el cambio. Incluso, ya al mediodía, la aglomeración de motos había descendido al mínimo. Esto no fue muy bien visto por los conductores de automóviles, quienes piensan que allí muy bien hubiesen sido atendidos en la tarde del jueves.

Los mismos motorizados manifestaron que el fatal accidente en el que perdió la vida el joven Richie Larry Vivas García, en la estación Venetubos, en la avenida Marginal del Torbes, fue la gota que derramó el vaso, ya que no fue el único incidente similar que allí ocurrió, amén de los diversos atracos que se habían perpetrado en su contra.

Sin embargo, muchos manifestaron su deseo de ser trasladados a La Guadalupe, ya que allá se opera con planta eléctrica y hay mayor eficiencia en el despacho. La estación ubicada en frente del Cementerio Municipal vendría a ser el otro punto de atención para las motocicletas.

La cosa se pone dura…

Y con el susto por el regreso de las interminables colas, vuelven las denuncias por el negocio de los puestos. Hay quienes señalan a los vendedores ambulantes que operan en las cercanías de las estaciones de servicio; aprovechan su estadía para acotar puestos que luego revenden.

Como se dijo anteriormente, en la Marginal del Torbes las manifestaciones de un mal endémico reaparecían, por costado y costado. De norte a sur estaban los vehículos particulares, que casi llegaban más allá del Terminal de Pasajeros de La Concordia –a pesar de que en la mañana solo se habían repartido 100 números-; y de sur a norte, en sentido contrario, la de los autobuses, mucho más corta. Una tercera descendía por Madre Juana, compuesta por taxis, que no se quedaba atrás del resto en extensión. Alrededor de todas ellas, la congestión vehicular dificultaba el paso por esos lados, y el estruendo le daba un toque de “caoticidad” al espacio público.

Preguntados los choferes, lo único que atinaban a decir es que “la cosa está dura, intensa”, y solo rogaban que alcanzase hoy para ellos, porque si no tendrían que esperar hasta el fin de semana o en ocho días.

Freddy Omar Durán