Regional

Comisión UNET e ingenieros revisala estructura del Viaducto Viejo

18 de mayo de 2024

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Freddy Duran

Las visibles muestras de deterioro del Viaducto La Bermeja entre el centro de San Cristóbal y La Concordia, y la petición de la comunidad sancristobalense tanto la que hace uso de ese paso vehicular, como los que vive en su cercanía, ameritó que una comisión de profesionales del Colegio de Ingenieros y la Universidad Nacional Experimental del Táchira se hiciera presente en el lugar para una inspección de la estructura.
Como informó tanto la presidenta del Colegio de Ingenieros, Jacqueline Jaimes, como el rector de la Unet, Raúl Casanova, una evaluación final con las respectivas sugerencias para las autoridades competentes será entregada en los próximos días.
Los pobladores de los barrios 8 de diciembre y Táchira, que habitan bajo la estructura que sobrepasa los 60 años de existencia, están angustiados.
— La visita de inspección obedece a una convocatoria del Colegio de Ingenieros donde se involucra a la Universidad del Táchira a fin de hacer una visita preliminar para ver qué está sucediendo con las anomalías que presenta el puente. Evaluamos las grietas, las filtraciones, estado de las casas, los ruidos que escuchan los vecinos. Se quiere una buena evaluación para las alertas a tiempo. Hemos observado algunos detalles pero eso solo lo daremos a conocer en el informe final — dijo Alerio Soto, jefe del departamento de ingeniería civil de la Unet.
Jacqueline Jaimes, también se refirió a la posibilidad de que otras infraestructuras de la ciudad puedan ser sujetas a observaciones técnicas; no obstante recalcó que las mismas se hacen bajo petición de la comunidad y para ello la sede gremial está con sus puertas abiertas para atender tales solicitudes.
Esta inspección se da luego de las denuncias que incluso a través de las redes sociales de Diario La Nación se han venido haciendo a través de imágenes en las que se muestra preocupantes separaciones en la plataforma, con un asentamiento de la base de alrededor de los 7 centímetros y precisamente el ojo técnico se hacía necesario para determinar las dimensiones de los males de la infraestructura y qué se puede hacer para subsanar cualquier problema.
Por varias puntos del viaducto sobresalen las roturas especialmente en estribos norte y sur, puntos donde se conecta el puente con la carretera, y más o menos en el área central, donde incluso se ha formado un desnivel por donde la maleza ha brotado, y que al extenderse al asfaltado, pone en alerta a carros y motos que por allí pasan.
Cuando se rediseñó la vialidad capitalina, señaló uno de los expertos que formaron parte de la comisión, en obediencia al plan denominado “Par vial”, ejecutado en los años 90, se procuró un refuerzo del viaducto para soportar 40 toneladas.
Superar eso ha implicado el deterioro de los apoyos del puente, y esto equivale al peso de una sola gandola full de carga, y para nadie es un secreto que, ya sea obligados al desvío, por desconocimiento al ser foráneos, o por la facilidad de la vía expedita, varias han sido los camiones con todo y su embalaje, incluso en seguidilla, que han pasado por allí, incluso a altas horas de la noche, para la alteración del sueño, de los habitantes en sus bases. La carga pesada ha tenido por ruta obligatoria por la avenida Marginal del Torbes, no obstante los trabajos allí realizados en el tramo cerca de la Redoma de la ULA desde hace dos años, limita la circulación de ese tipo de vehículos.
Con el peso de automóvil en alrededor de los mil kilos, o un camión en los tres mil kilos, el mismo puede ser más soportable, excepto si el flujo vehicular en un momento dado sea muy grande o incluso quede estático producto de las colas que se forman por el suministro de combustible.

Esperan atención inmediata
Un problema que como comentó Carmen Cecilia Pérez, residente del barrio Táchira, involucra las tuberías de recolección de aguas pluviales, cuyos derrames es motivo de dolores de cabeza tanto para ese sector y principalmente para el contiguo 8 de Diciembre.
La mencionada residente, en lo que coincidirían muchos de sus vecinos que agradecieron la visita de la comisión técnica, y que amablemente abrieron las puertas de sus casas, y brindaron su testimonio, de lo que sus sentidos han percibido, y que sin duda alguna manifiesta, los “padeceres” del puente.
— Aquí si llega a temblar no nos damos de cuenta; porque para nosotros vibra el viaducto cuando pasa la carga pesada, y cuando están en cola todos esos carros esperando para abastecerse de gasolina también se siente—declaró la vecina.
También es motivo de preocupación lo constituye el hundimiento del terreno bajo el viaducto, y en paredes y pisos agrietados este hecho se hace evidente, en incluso la señora Carmen tuvo que recurrir al relleno en partes de su vivienda.
Antonio Dueñez, como muchos en el barrio Táchira, llevan alrededor de 4 décadas subsistiendo bajo el puente, tiempo en el cual humildemente han hecho grandes esfuerzos para consolidar sus viviendas. Desafortunadamente ha sufrido las consecuencias del hundimiento de su propiedad, y sus temores se extienden a las bases del viaducto, y de eso habló sin rodeos con la comisión ingenieril.
Pese al deterioro de su casa no ha pensado en mudarse; pues sus mermados recursos apenas si alcanzan para aportar a una familia de 2 adultos y 3 menores; pero si alguien de manera solidaria le planteara otra posibilidad de otro sitio donde habitar la aceptaría.
— Desde hace siete años se ha agravado el problema del hundimiento de mi vivienda. Si a uno le dan el chance de tener una casa, uno la acepta—afirmó Dueñez.
Como agregó otra residente del barrio Táchira, no es la primera vez que han venido comisiones a evaluar la situación del viaducto, siempre como promesa de un milagro que no acaba de llegar, y dijo que los arreglos al Viaducto de la Bermeja pueden ser posibles; pero que de nada servirán si no hay seriedad en cuanto al control de la circulación de vehículos pesados por la vía.