Regional

Conductores reportan una baja sensible en la afluencia de pasajeros

30 de enero de 2020

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Una baja considerable de pasajeros que se movilizan desde el terminal a otros destinos, fuera y dentro del estado, así como en las rutas suburbanas que transitan las afueras, se evidenció este miércoles, una señal de que el bolsillo de los usuarios no alcanza para tantos viajes

Freddy Omar Durán

De interés…

Afirman los conductores, de las rutas hacia Ureña y San Antonio, que apenas unas 10 unidades salen diariamente, lo que representa una baja considerable del número de pasajeros que desde el puerto terrestre se dirigen a la zona de frontera.

El aumento de los pasajes en las rutas suburbanas y extraurbanas ha afectado de manera sensible la cantidad de pasajeros que salen del terminal de pasajeros de La Concordia, una situación que en las afueras no parecía ser distinta, pues en horas de la mañana del miércoles una larga cola de unidades, de rutas suburbanas y urbanas, esperaba por pasajeros, que tardaban en hacer el abordaje.

Esta situación se percibe días después de que el Gobierno nacional anunciara una serie de aumentos para actualizar los pasajes a ciertos destinos dentro del estado, en un radio de 20 kilómetros. Y pese a que se estipuló que el máximo a cobrar, como está asentado en Gaceta Oficial, sería de 5 mil bolívares, para El Abejal de Palmira, por ejemplo, a una distancia de aproximadamente 13 kilómetros de San Cristóbal, se seguían cobrando 15 mil bolívares; mientras que para Táriba, a 7 kilómetros de San Cristóbal, la tarifa se mantenía en 10 mil bolívares.

Dentro del terminal de pasajeros, los choferes aseguraron que ellos se atienen a las supervisiones de los funcionarios del Innti y del puerto terrestre, haciendo todo el esfuerzo para cumplir, aunque para ellos eso signifique perder la rentabilidad de su actividad.

Y estos dos no serían los únicos casos que sencillamente demostrarían que lo ordenado por el Gobierno no se está cumpliendo. Pero si bien hasta los momentos se desconocía la aplicación de sanciones por parte de las alcaldías y del Innti a los supuestos infractores, y tampoco los usuarios habían manifestado en la calle su inconformismo, muchos aseguraban que se estaba gestando una forma silenciosa de protesta: la ausencia de pasajeros.

En horas de la mañana del miércoles, una larga cola de unidades de transporte que iban a Táriba, Palmira y otras poblaciones más lejanas, esperaban por pasajeros, que no llegaban, pues no pocos, ganando un mínimo, han evitado agotar su salario en puro pasaje. Había quienes consideraban esa escasez de pasajeros como parte del efecto ferial; algo extraño en comparación con otras épocas, cuando San Cristóbal no daba abasto para el gran caudal de visitantes tachirenses o incluso provenientes de Colombia. Muchos prefieren, nuevamente caminar, y ahorrar dinero, en el caso del área urbana.

Costos no aptos para el bolsillo

En efectivo o su equivalente en pesos, un pasaje para La Grita estaba en el orden de los 90 mil bolívares –lo que contrasta con los 15 mil bolívares ordenados en Gaceta-; mientras que para El Piñal se acercaba a ese precio, o su equivalente en 4 mil pesos, moneda en la que muchos prefieren pagar, en tanto el efectivo en bolívares siga escaso, y difícil es disponer del mismo en gruesas cantidades. Para La Pedrera, el pasaje estaba en el orden de los 70 mil bolívares, sosteniéndose en un margen propio de las rutas más largas dentro del Táchira.

Jesús Méndez, conductor que cubre la ruta hacia La Grita, aceptó que apenas se hace un viaje al día en vista de la gran merma de pasajeros y, con cierto desconsuelo, afirmó que “la inflación nos está arropando a todos; lo que hacemos diariamente ni siquiera nos alcanza para la comida”.

Nadie se ha salvado este mes de la “huída de pasajeros” y es así como, en la mañana del miércoles, muchas unidades que normalmente se dirigen a San Antonio y Ureña estaban “paradas”, aun cuando ha sido un destino muy frecuentado por quienes por uno u otro motivo necesitan ir a Cúcuta. El pasaje estaba a un costo de 80 mil bolívares, por lo que ya más de uno piensa en un ir y venir constante hacia la ciudad colombiana, y procuran, en un solo viaje al mes, hacer todas las “vueltas” posibles.

Rubén Chávez, conductor que trabaja en esta ruta, acepta que no hay tanta plata para viajar, y que apenas 10 viajes se hacen diariamente, lo que contrasta con un año atrás, cuando prácticamente un porcentaje importante del parque automotor del terminal de pasajeros se había volcado a prestar el servicio hacia la frontera.

En defensa de las líneas que operan en el terminal han salido incluso personas que hacen vida económica en sus instalaciones, vendiendo comida u otros productos, y comprando pesos. Uno de ellos fue Jesús Armando, un lustrabotas que aseguró que “hay mucho pirata y la gente de Caracas pasa derecho para la frontera, en vez de dejar a los pasajeros aquí”. En su concepto, la situación ya ha cobrados visos preocupantes, y teme que reviente en forma de protesta.

Sin embargo, incluso los “piratas” no la han visto tan fácil, y de los 8 mil pesos que normalmente requieren para el traslado a San Antonio, han reducido su tarifa a 6 mil pesos.

Taxistas afectados

Los taxistas también se unen al coro de lamentos y uno de ellos, que prefirió el anonimato, aseveró que “el transporte está duro, duro”; madrugó a las seis de la mañana, con el mejor de los ánimos para hacer carreras, cobrando por la mínima 80 mil bolívares, y a las 10 de la mañana no había hecho ni una, no teniendo disponibilidad para pagarse un almuerzo, a un precio promedio de 120 mil bolívares.