Aunque la cuarentena ha limitado al máximo las posibilidades de que reciba un cariñito, los que hacen vida en los alrededores de la plaza Bolívar no justifican por ello el descuido en que ha caído, especialmente ante la estatua ecuestre del Libertador Simón Bolívar.
Adrián Rodríguez, comerciante del Centro Cívico, hizo el llamado, tanto a la Gobernación como a la Alcaldía, para que presten más atención a este emblemático espacio público de la capital tachirense, escenario otrora de multitudinarios actos políticos y culturales.
El estado de deterioro se generaliza por la estructura de la plaza en general y especialmente en nada le hace honor al Padre de la Patria, que más que un jardín, le adorna un yerbal desaliñado y una hojarasca circundando. El pedestal mismo luce gastado por las filtraciones, y por doquier se abren brechas en el cemento de graderías y calzadas.
—Miren cómo está la plaza Bolívar –afirmó Rodríguez-, con todo ese pasto; los ladrones haciendo de las suyas a diestra y siniestra, sin luz en la noche. Pido a los organismos competentes, en especial a la Gobernación, para que la pongan bonita, pues da tristeza cómo está.
Si bien en horas de la mañana, cuando los puestos de control de los organismos de vigilancia actúan, no se siente tanto la acción de la inseguridad, todo cambia en la tarde, cuando los atracadores buscan a sus víctimas, por no hablar de la noche, cuando quien pasa por allí lo hace a su propia cuenta y riesgo.
—Desde hace un buen tiempo –agrega el denunciante- no tiene buen alumbrado, y eso nos afecta a los que tenemos que madrugar y transitar por aquí, ya que estamos expuestos a muchos peligros. (FOD)