Apenas comienzan a sonar las campanas anunciando que son las doce del mediodía, se escucha la quemada del primer mortero de la recámara cuyos tiros son trescientos distribuidos entre tres manzanas de la plaza Bolívar.

Este tipo de pólvora se utilizado, solo en Navidad. La recámara es la quema en seguilla de morteros y el reto es lograr que no se apague y de lograrlo el público presente aplaude.

Normalmente son de 300 metros y cada tiro, ubicado cada metro, tiene un costo de 8 mil pesos o dos dólares, es decir, el costo de esta quema es de 600 dólares.

Nancy Porras

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