Regional

El grupo coral “Ángeles de la Música”, donde la voz no tiene discapacidad

29 de mayo de 2023

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La frase “las limitaciones nos las imponemos nosotros mismos” se adapta divinamente a ellos, porque ser ciegos no ha sido una barrera para poder desarrollar lo que más les apasiona hacer, que es cantar. El grupo coral es el abrigo, el desahogo, la fortaleza y, a su vez la forma de manifestar arte. Así lo describen quienes integran el E.V. Ángeles de la Música del Programa de Educación Especial (PEE) de El Sistema en Táchira, que recibe a personas invidentes de cualquier edad y sexo.

Emocionada y agradecida, así se siente Melva Osorio, directora general del ensamble Ángeles de la Música, quien aseguró que “cada día es un reto, ya que son muchas las barreras que hay que vencer y los tropiezos que hay que superar, pero llevar las riendas de la agrupación es la mayor satisfacción que he podido tener porque nosotros aprendemos cada día de ellos y ellos aprenden cada día de nosotros, y de esta manera todos crecemos en la música”.

Un poco de historia

El programa inició el 25 de mayo del año 2008 de la mano de la profesora Ingrid Sánchez, quien tenía la responsabilidad de llevar la orquesta típica de El Sistema a los distintos planteles de educación especial para brindar presentaciones y dinámicas con la finalidad de motivar a los representantes para que potenciaran el talento de los jóvenes con capacidades auditivas, cognitivas, de discapacidad motora, entre otras y así fue como se dio inicio al Programa de Educación Especial (PEE) en Táchira, así lo contó Osorio.

Asimismo, reveló que lo más difícil que les tocó enfrentar durante sus inicios fue el tener tantas discapacidades juntas, pero eso dio paso al nacimiento de “Ángeles de la Música”, ya que anteriormente era un solo grupo el que integraba todas las discapacidades y no había una orientación o un manual que les dijera cómo se debía hacer la formación. Fue en equipo que se logró conocer cada una de las discapacidades y de esta manera fue que lograron salir adelante con el proyecto, explicó Melba.

A su vez expresó que su mayor logro fue haber creado el grupo coral de personas con discapacidad visual, mejor conocida como baja visión o ceguera total que resaltó que es una condición mas no una enfermedad, ya que cuando se tiene ausencia de uno de los sentidos el resto de ellos se agudiza, lo cual permite el desarrollo de un oído musical fantástico, lo que permite que los ciegos se puedan adaptar tanto en el ensamble vocal como en la ejecución instrumental en el estudio del lenguaje musical a través de la museografía denominada Braille.

“Perdí la vista en la adultez”

Mientras recordaba la historia de la fundación de los “Ángeles de la Música” Melva Osorio reveló que ella no nació ciega, sino que perdió la visión en su etapa adulta: “Yo no soy ciega de nacimiento, yo perdí la vista en mi adultez. Desde ese momento busqué ayuda. Yo sabía que el ciego podía leer y escribir, pero no sabía cómo. Fue ahí cuando llegué a la Unidad educativa Torbes, ahí me alfabeticé nuevamente, aprendí a leer, escribir y a representar los signos y notas musicales en el sistema Braille, de la mano del profesor Octavio Méndez, quien también forma parte del coro”.

La directora musical fue la primera invidente en egresar de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) como Licenciada en Música y de ahí volvió a trabajar en la Escuela Torbes, donde dio sus primeros pasos y posteriormente saltó a El Sistema de orquestas y de ahí inició su labor como instructora.

Osorio destacó que el mayor logro que ha conseguido a lo largo de estos 15 años con el grupo coral es el poder seguir adelante con la formación a pesar de la crisis que ha vivido el país en los últimos años y a su vez resaltó que su misión será seguir demostrando que la discapacidad visual no es una limitante para poder pertenecer y participar en el ámbito artístico.

La también profesora expresó su agradecimiento a las personas que han apostado por el proyecto; entre ellos mencionó al director de Cultura, Johnny Cadenas, quien les abrió las puertas de la Biblioteca Pública Dr. Leonardo Ruiz Pineda para que los “ángeles” pudieran ensayar y ver sus clases. Finalmente invitó a la colectividad a que cuando vean a una persona con discapacidad no le teman. En ese sentido indicó: “Nosotros no somos lo que nos ven. Vean por lo que podemos hacer, por eso les pido que nos apoyen, nos muestren, nos visibilicen, ya que las personas con discapacidad estamos dispuestas a mostrarle al mundo lo que podemos y sabemos hacer de corazón con la música”.

Un legado que trasciende fronteras

Por su parte Wilmer Bohórquez, docente de música y miembro fundador del Programa de Discapacidad Visual en Táchira se mostró agradecido por los 15 años del grupo coral y compartió que lo que lo llevó a estar en esta área de la enseñanza musical de las personas con discapacidad y a vivirla como si fuera uno de ellos fue el hecho de que su esposa, la profesora Melba Osorio, sea invidente.

“La ceguera de Melba fue una de las cosas que me ha motivado a ayudar a las personas con discapacidad a hacer música. Por eso les enseño lo que humildemente conozco para que ellos puedan participar en el ámbito artístico y a su vez puedan potenciar esas habilidades y talentos”, resaltó.

Asimismo, explicó que el oído de las personas con discapacidad es absoluto, esto quiere decir que los invidentes no necesitan cantar o reconocer una nota musical con la ayuda de un instrumento, sino que ya ellos poseen esa habilidad de poder detectar las notas fácilmente.

El también cantante expresó su orgullo porque a lo largo de estos quince años muchos han sido los miembros que han pasado por el grupo coral. Algunos de ellos han egresado de la UPEL en Rubio y otros ya se encuentran fuera del país, pero siguen dejando a los Ángeles de la Música en alto. Entre ellos mencionó a una pedagoga musical que está dando clases en conservatorios y dos que han emigrado a Colombia y están impartiendo clases de música.

Actualmente el grupo coral está integrado por el profesor Octavio Méndez, Néstor Alba, Luis Suárez, María Fernanda Malpica, Yorgelis Carrascal y María Isabel Montoya, quienes rondan entre los 14 y 55 años.

Bohórquez manifestó que las personas que quieran formar parte del coro y tengan o no algún tipo de discapacidad, pero posean el talento y el oído musical para integrarse al ensamble pueden acudir a la Biblioteca Pública los días lunes y miércoles de 1:30 a 3 de la tarde para conversar y así se puedan integrar al grupo para hacer música.

“Somos una gran familia”

Sonia Montoya, quien es la madre de María Montoya expresó su agradecimiento a cada uno de los profesores del grupo coral, a quienes considera junto con los demás representantes como parte de su familia. “Aquí en los Ángeles de la Música todos somos una gran familia, ya que al tener un problema con respecto al comportamiento de alguno de nuestros hijos, podemos llamar a otro representante y él o ella me va a brindar su apoyo porque entiende la situación que en algunas ocasiones no es fácil”, aseveró.

En lo que respecta a su hija María, Sonia indicó que “es una bendición de Dios, ya que además de la música también cocina y cose pero no está acostumbrada a salir sola, siempre va conmigo a todas partes”.

Montoya manifestó que en algunas ocasiones su hija ha sido discriminada por la sociedad, pero resaltó que el apoyo familiar ha sido clave para que ella no se deprima y siga adelante con sus sueños. A su vez les dice a las personas que rechazan a las personas con algún tipo de discapacidad que eso ocurre porque ellos no han tenido un hermano o un familiar bajo estas condiciones, pero no saben lo que es tener un “ser especial” en casa y en cambio “nosotros que los tenemos, los queremos, los adoramos, ya que son ángeles que Dios envió a la tierra y por eso me siento orgullosa de que sea mi hija”, indicó.

Falta apoyo gubernamental

Manuela Bohórquez, instructora de los “Ángeles de la Música” e hija de Melva y Wilmer dijo que se siente orgullosa de los miembros del coro, ya que ha sido testigo del crecimiento, la disciplina y el corazón que los integrantes de la agrupación le han colocado a lo largo de estos 15 años a cada ensayo y presentación.

La joven también agradeció a los padres y representantes que han confiado en el proyecto y a su vez envió un mensaje al gobierno regional para que los incluya en las actividades culturales que se están realizando en el estado Táchira, ya que la mayoría de presentaciones se desarrollan dentro de la propia comunidad y por eso hace un llamado a las autoridades para que le brinden más “publicidad” para que los “Ángeles” se puedan dar a conocer más porque su talento es único e inigualable, resaltó la docente.

Daniel Bueno