Regional
El monte alto desplaza a la gente en las avenidas de San Cristóbal
15 de septiembre de 2017
En estado de abandono se encuentran algunas avenidas de San Cristóbal. Al parecer, desde hace un tiempo considerable, no ven el accionar de los ayuntamientos en algunas, como es el caso de la Libertador y Antonio José de Sucre, donde supuestamente hay un tramo que le corresponde atenderlo a la alcaldía de Cárdenas; la muestra está en el estado en que se encuentran por falta de mantenimiento.
El monte alto, tanto en las islas como en las aceras de ambas, a lado y lado de las conocidas arterias viales, que incluso tapa la visibilidad, es una de las características, por lo que no solamente, como sucede al comienzo de la autopista, en las adyacencias del Faro de la Marina, afecta a los peatones, quienes en algunos tramos no tienen por dónde caminar y ven amenazada su seguridad personal.
Pocos denuncian la situación, pues pareciera que el ciudadano se ha acostumbrado a vivir en esas condiciones y no se inmuta cuando tiene que tomar la calzada para continuar su recorrido en esas avenidas que son de rápida circulación vehicular; se ha vuelto rutina caminar por áreas donde está bloqueado el libre tránsito, aun cuando es un derecho establecido en la Constitución Nacional.
No obstante, algunos sí comentan y critican que el monte los desplazó de las vías peatonales, pues hay espacios en donde la maleza no solamente sobrepasó la acera, sino que también tomó la calzada, una circunstancia que representa peligro para la integridad física y la vida de quienes tienen que caminar por esas zonas, pues pueden ser atropellados.
Durante un recorrido, que empezó en la avenida Libertador, se observó, además de huecos en algunas partes, el monte alto en unos tramos. “Hace pocos días, como la semana pasada, estuvieron cortando la maleza” -comentó Erasmo Colmenares-, quien dijo que a esa arteria vial no la ven “limpia y con mantenimiento desde hace unos dos años, aproximadamente”, pues no solamente tienen el problema del monte, también el problema de la basura, según dijo María Roa, del barrio Pinares del Torbes, quien denunció que “los carros recolectores, que deben llevarse la basura, la dejan”.
También hay terrenos que están abandonados, por lo menos no están cercados, y están llenos de maleza e incluso tienen basura, pues sus dueños, particulares o el Estado, al parecer nos les hacen mantenimiento.
Según explicó, a los señores que recogen la basura al parecer se les rompen las bolsas y la mitad se queda allí, para “molestia de la ciudadanía, porque hay momentos en que no se aguanta el mal olor”.
De cualquier manera, hay basura tanto en la isla de esa avenida como en las aceras; incluso se ven cauchos y hasta piedras grandes; la redoma de la Machirí o el retorno por el Faro de la Marina, por donde recuerda que vivía, tiene las mismas características de siempre, el monte alto, poca visibilidad hacia cualquier lado, que no sea la carretera, y un basurero público del que este jueves emanaba un olor insoportable.
Desde el comienzo, el aspecto de la autopista se ve más descuidado que en la Libertador, pues con la maleza tan alta, y probablemente con las lluvias y el clima, se han creado las condiciones para el crecimiento de otra vegetación que tapa la visibilidad a los conductores. Más adelante, en las proximidades del Sambil y también en la Redoma de los Estudiantes, se vieron unas cuadrillas de Corpointa, cortando la maleza.
A lo largo de la Sucre también se observaron cauchos y basura regada por la calzada y las aceras, residuos de todo tipo, lo cual muestra la indiferencia de algunos por la ciudad, probablemente también porque optan por lo más fácil, debido a que botar basura o no botarla a la calle, no tiene costo alguno o sanción, que debe ser impuesta por el ayuntamiento o la Alcaldía que, mediante la ley y las ordenanzas, tiene los mecanismos para imponerse y lograr de esta manera una ciudad limpia.
Marina Sandoval Villamizar