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El Ojo Iluso explora la transformación creativa en el cine de animación

5 de julio de 2024

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Por José Capacho

Cada año, multitudes de espectadores se reúnen en salas de cine de todo el mundo para ver las últimas películas de los gigantes de la animación como Disney, Pixar, Sony y Studio Ghibli. Lo que antes se consideraba un género destinado principalmente al público infantil ha experimentado una notable evolución, mostrando una capacidad única para explorar temas maduros y complejos.

El potencial narrativo de la animación se evidencia en el compromiso creciente de los profesionales en este campo, quienes continúan innovando y expandiendo su alcance más allá del entretenimiento tradicional. Esto se vió reflejado en la quinta edición de El Ojo Iluso: Festival Internacional de Cine de Animación que se realiza en la ciudad de San Cristóbal desde el año 2020.

Durante tres días, los espacios de Bordes Galería-Café en Barrio Obrero albergaron a cinéfilos, académicos y estudiantes para disfrutar de una cuidada selección de piezas animadas procedentes de 30 países. En contraste con ediciones anteriores, esta quinta edición del festival no solo presentó el trabajo de profesionales de la industria cinematográfica, sino que también abarcó las propuestas de otro tipo de creadores.

“Estamos logrando integrar el trabajo de diseñadores, ilustradores, comunicadores, ingenieros, publicistas y educadores. Por ejemplo, este año tuvimos desde un cuestionario animado sobre la danza hasta una pieza que promociona una red de verificación de información”, dijo Fania Castillo, directora del centro cultural Bordes, a Diario La Nación.

Talento venezolano

Más allá de la oportunidad de descubrir nuevas propuestas, el Ojo Iluso sirve de plataforma para fomentar el diálogo y la apreciación del cine animado. En esta oportunidad, se realizaron tres talleres creativos sobre edición, ilustración y doblaje con profesionales venezolanos que han contribuido a la creación de trabajos animados.

Los asistentes al festival tuvieron el privilegio de apreciar algunas de las técnicas utilizadas por el experto en animación y efectos visuales Osmel Carrizo, reconocido por su trabajo en la exitosa película Avatar: la forma del agua y en la aclamada serie de HBO La casa del dragón.

En una videollamada desde Canadá, Carrizo destacó la importancia de la formación continua para los artistas de animación, dado que las técnicas evolucionan rápidamente: «Siempre hay algo nuevo por aprender. Llevo 16 años en esto y aún sigo aprendiendo».

Problemas universales

La selección de la quinta edición de El Ojo Iluso mostró un aumento de trabajos animados dirigidos al público adulto, sobresaliendo temáticas apocalípticas, ecologistas y de ciencia ficción. “El tema de la destrucción del planeta se siente como una urgencia, así como la violencia, el poder, la contaminación; la sensación de que nos estamos acabando”, contó Fania Castillo a Diario La Nación.

Entre los trabajos proyectados, uno destacó notablemente por su impacto entre los asistentes: el cortometraje documental animado Somos pajaritos. Esta propuesta de la mexicana Gabriela Badillo muestra el drama de la migración en la frontera entre México y Estados Unidos, narrado desde un albergue en Reynosa por niños y niñas que huyen de la violencia y falta de oportunidades en sus países.

Mientras la animación evoca la sensación de haber sido pintada con crayones, una niña observa a varias aves coloridas volando y dice: «Nosotros somos como esos pajaritos, nunca estamos solos. Siempre estamos con un familiar, un amigo o acompañados. Por eso somos como pajaritos, porque somos fuertes y valientes».

Identidad sobre realismo

Fania Castillo comentó a Diario La Nación que las propuestas presentadas este año en El Ojo Iluso muestran un cambio significativo: ya no hay tantos creadores interesados en el realismo, sino que los animadores están enfocados en imprimir personalidad y estilo propio a sus trabajos. Esto se logra mediante diversos estilos de trazos, juegos de color y formas. «Lo hacen para contar historias de una manera única», añadió.

Esta libertad creativa no solo enriquece las historias que se cuentan, sino que también abre nuevas puertas para la experimentación y la innovación en el campo de la animación, atrayendo así a una audiencia cada vez más diversa y exigente en busca de experiencias visuales vanguardistas.

El Ojo Iluso ha experimentado un crecimiento notable, ampliando su alcance tanto en la convocatoria como en términos de trascendencia. Gracias a la colaboración del festival con la plataforma española Click for Sale, se entregó un premio especial de distribución a la producción chilena-venezolana Dos menos, que aborda historias de violencia política enfrentadas por dos mujeres migrantes en Chile.

La Fundación Cultural Bordes, encargada de la organización de este festival, acoge con entusiasmo las propuestas de todos los creadores de animación, subrayando que no se requiere un título universitario para ser considerado artista o animador en este campo, sino más bien una profunda pasión por la animación.

«Si aún no has completado trabajos o si tus obras son todavía ejercicios que no te sientes listo para mostrar, acércate y mira lo que están haciendo los demás”, recalcó Castillo, indicando que próximamente abrirán la convocatoria para la edición del próximo año.

Los interesados pueden visitar la página web www.bordes.com.ve para más novedades sobre este festival y otras actividades que allí se realizan.