Regional

En Fernández Feo la necesidad rompe el confinamiento 

18 de mayo de 2020

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El primer caso positivo de Covid-19 en el estado Táchira se registró en el municipio Fernández Feo, lo que encendió las alarmas de esta jurisdicción del piedemonte andino, constituida por una población estimada en 60 mil habitantes. Zona agrícola y ganadera, que conecta a la entidad tachirense con los llanos y el centro del país. Cuna de eximios exponentes de la canta criolla y de una geografía surcada por caudalosos ríos y verdes paisajes.


Raúl Márquez 

Entonces, la incertidumbre se instaló en estas poblaciones, junto con el hecho de tener que cambiar, bruscamente, de hábitos de vida, para cumplir con las restricciones de cuarentena y aislamiento social, y afrontar, desde una perspectiva nada alentadora, una dura crisis económica y de los servicios públicos, que ya los venía golpeando.

Han pasado dos meses desde aquellos primeros días en que la pandemia tocó tierra fernandense. Las calles comienzan a llenarse de gente en los horarios permitidos. Y es que los pocos ahorros se agotaron y los pobladores tienen que salir a buscar el sustento para los suyos. Entre tanto, los prolongados cortes eléctricos y la falta de gas doméstico agudizan el malestar en estos días inéditos, para la joven población, que el pasado 11 de febrero arribó a sus 58 años.

“Si no trabajo no como”

En estos últimos días algunos vecinos han indicado que, aunque aún palpita algo de miedo por el nuevo coronavirus, y el alcance de su onda letal es un enigma, deben romper el confinamiento para salir a trabajar, asegurando que muchos de los que viven del día a día no tienen más opciones, sino arriesgarse.

«Si uno no sale a trabajar no come. Claro que me da miedo el virus, pero más miedo y tristeza me daría no tener para darles de comer a mis hijos», apunta Rosa Méndez, habitante de Naranjales.

Así como la Sra. Rosa, el comercio en general y profesionales de diversas áreas han venido subiendo sus santamarías y recibiendo a sus clientes, de manera desgranada, intentando cumplir con las medidas previstas en el decreto de emergencia, para frenar la expansión de la citada pandemia.

En este ámbito, sectores como el de los vendedores ambulantes de comida, las personas que se dedican a dar clases dirigidas o quienes venden víveres y productos en las aceras de sus casas, serían los más golpeados.

Por otra parte, comentan vecinos que muchos de ellos esperaban una acción más contundente por parte del Ejecutivo, puesto que el mismo presidente de la República, Nicolás Maduro, al inicio de la emergencia, a principios de marzo, habría prometido que los kits de alimentación o bolsas Clap serían distribuidos con mayor regularidad, algo que, aseguran, no se ha cumplido.

Lo que se viene cumpliendo es un plan de contingencia que opera desde siete comedores escolares de la jurisdicción, atendiendo a unas 1.200 personas de familias vulnerables, así como a mujeres embarazas y ancianos. Incluso, algunos de estos beneficiarios caminan varios kilómetros para recibir los almuerzos y luego llevarlos a sus hogares.

«Un kilo de amor»

Por otra parte, la solidaridad no se ha hecho esperar. En este sentido, el programa “Un kilo de amor” que lleva adelante el presbítero Jhonny Arias, de la parroquia San Rafael Arcángel de El Piñal, es un ejemplo, al recabar alimentos y víveres para luego distribuirlos entre las familias vulnerables de la jurisdicción.

«Aunque no podemos llegar a todas las familias necesitadas, intentamos menguar un poco el hambre y la desesperación que los golpea. En ese sentido, aprovecho para agradecer a los medios de comunicación y a los fernandenses en general, por apoyar esta idea, que no es otra cosa que concretar el mensaje de nuestro Padre Celestial entre nosotros», subraya el padre Jhonny Arias, con su característica afabilidad.

Transporte público intenta activarse

Desde que las autoridades de la sala situacional del municipio Fernández Feo acordaron con la Cámara de Comercio abrir los negocios priorizados (expendedores de alimentos, víveres, carnicerías, panaderías, farmacias) en un horario de 8:00 de la mañana hasta las 12:00 del mediodía, vecinos que habitan en sectores rurales se vieron en la necesidad de caminar largos trayectos, con el fin de adquirir comida, comprar medicinas o asistir a consultas médicas.

Así pues, suele observarse cómo personas de diferentes edades, incluyendo ancianos y niños, atraviesan la Troncal Cinco, provenientes de localidades como Doradas o Chururú, con destino a la capital fernandense.

Ante esta circunstancia, el alcalde Haylly Chacón anunció que sostendría reuniones con representantes de las líneas del transporte público que operan en el sur del Táchira, para concertar la activación de rutas especiales, por supuesto atendiendo a las normas de bioseguridad estipuladas frente a la Covid-19.

Pero, mientras se concretan estos acuerdos, algunos transportistas han comenzado a cumplir rutas como la de San Lorenzo y Puerto Vivas, empleando para ello combustible que tenían almacenado. En este caso, además de cumplir con sus clientes, alegan que ya se agotaron sus ahorros y no les queda otra que salir a trabajar.

Asimismo, líneas de mototaxis han venido funcionando, para lo cual compran el combustible. Uno de ellos explicó que en el mercado negro la gasolina venezolana puede costar unos cinco mil pesos, mientras que la colombiana, es un poco más barata, porque a su juicio y según quienes la han tenido que usar, «se evapora muy rápido y genera fallas en los vehículos».

Clases virtuales: todo un reto 

Con la llegada del nuevo coronavirus al país, las clases presenciales fueron suspendidas, dándose paso a las clases virtuales. Docentes, padres y representantes, y los estudiantes han tenido que adaptarse, rápidamente, a un sistema, que con los prolongados cortes eléctricos que se registran a diario en el municipio Fernández Feo, no cumple con su función educativa sino que, al contrario, llega a convertirse en un dolor de cabeza.

«Para poder cumplir con las actividades hay que aprovechar cuando se cuenta con fluido eléctrico. Es decir, a menudo los muchachos y nosotros, los representantes, debemos pararnos en la madrugada y rogar a Dios que la luz no se vaya, y no se presenten fluctuaciones, para cumplir con las actividades» comentó un ama de casa.

Con el fin de contrarrestar esta situación, en algunas instituciones, como el Liceo Nacional Francisco Tamayo de El Piñal, los estudiantes que no pueden enviar los videos o fotografías de sus trabajos, van a poder presentarlos, en físico, más adelante.

En términos generales, este escenario educativo generado por la Covis-19 plantea todo un reto a quienes, a pesar de todo, quieren desarrollar sus competencias pedagógicas, en las distintas áreas de aprendizaje.

Sala situacional

A propósito de la llegada de la pandemia a Venezuela, se instaló en la sede de la alcaldía del municipio Fernández Feo una sala situacional con el propósito de coordinar las acciones necesarias para frenar la expansión de la misma en el sur del Táchira. Representantes del ayuntamiento, de Protección Civil, Cuerpo de Bomberos, Ejército, GNB, Policía del Táchira, PNB y personal médico, forman parte de este órgano.

El alcalde Haylly Chacón, con su equipo de trabajo, y en sintonía con esta estructura, viene trabajando en las salas de aislamiento de la jurisdicción.

En este particular, vale aclarar que estas fueron instaladas, en gran parte, con los tributos recabados durante este 2020, según lo ha precisado, en varias oportunidades, el burgomaestre. Unas de ellas, consta de 7 camas, en la cual el joven de Chururú, quien había dado positivo por el nuevo coronavirus fue atendido y cumplió su cuarentena, por más de 35 días, hasta ser dado de alta el pasado viernes 08 de mayo.

La otra sala, con una capacidad para unas 30 personas, ubicada en el Hospital viejo, donde funciona Malariología, está destinada a recibir a los connacionales oriundos de Fernández Feo, que son trasladados de los Puntos de Asistencia Social Integral (PASI) de la frontera o San Cristóbal. Al menos, 30 personas han cumplido allí con los protocolos de bioseguridad y controles sanitarios de rigor, para luego ser reintegrados a sus familias.

En los últimos días, con el recrudecimiento de los cortes eléctricos, jóvenes y algunas personas adultas, suelen reunirse para compartir, jugar dominó, practicar deportes como fútbol o voleibol, a pesar de las restricciones estipuladas en medio de esta cuarentena social.

«Con estos cortes de más de doce horas, sin televisión, ni internet, con estos calores y los zancudos, no nos queda más que salir un rato a compartir con nuestros vecinos. Por supuesto siempre usando tapabocas, por si acaso», comentó Luis Pernía.

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