Regional
En riesgo 42 viviendas en El Diamante de Táriba
lunes 1 diciembre, 2025


En la zona habitan 52 niños, dos con condiciones especiales; también viven adultos mayores. Todos están en peligro inminente. Sus casas se están cayendo. La comunidad clama ayuda de las autoridades del Táchira
Bleima Márquez
Habitantes del sector Cuatro Vientos, en El Diamante de Táriba, municipio Cárdenas, claman por auxilio ante el grave peligro que representan los constantes deslizamientos de tierra.
Hay preocupación por un caño que se desborda, el colapso del sistema de aguas servidas y potables, y diversos hundimientos que han provocado grietas y derrumbes de algunas viviendas.
De acuerdo con los vecinos, hay 42 casas afectadas. En el sector residen 52 niños, dos de ellos con discapacidad, y varias personas de la tercera edad que viven solas. Todos viven bajo mucho riesgo.
La jefa de calle, Marilyn Castro, indició que han solicitado apoyo a los distintos entes gubernamentales, pero no han obtenido respuesta de ningún tipo. “Desde hace bastante tiempo pedimos ayuda a la Alcaldía de Cárdenas y al gobernador Freddy Bernal. Ninguno se acerca a supervisar”, afirmó Castro.
El caño, un peligro creciente
Según relatan los afectados, el problema central es la acción erosiva del caño. Los residentes explican que, con cada lluvia, el caño crece, se desborda y amplía su cauce, lo que provoca el deslizamiento de los terrenos.
Castro detalla, en un video, varios de los problemas que angustian a los pobladores, entre los que destacó el daño en las vías, las cuales, asevera, están inutilizadas. “Nos estamos quedando sin vía, sin camino. Miren cómo se está llevando el camino,” explicó Castro, señalando las calles levantadas y partidas.
Los vecinos subrayan que la infraestructura de sus casas presenta fisuras e incluso algunas se han partido. “Ya van tres casas que se han caído”, apuntó Castro con inquietud.
Norma Hernández, una adulta mayor afectada, describió los daños en su vivienda y manifestó angustia por la proximidad con el caño, asegurando que anteriormente la distancia era muy superior. “El ranchito está en el aire. Ya estoy casi en el caño”, se lamentó, y pidió a las autoridades locales y regionales atender la situación.
Julio Enrique Vega, otro vecino, dijo que se hogar se está hundiendo. “El piso se me cuarteó. Baño ya ni tengo, se destruyó”, contó con tristeza y resaltó el caso de una familia de cinco integrantes con tres menores de edad, cuyo hogar ya se hundió todo.
Colapso de aguas servidas
Otra situación que preocupa a la comunidad es la contaminación y su efecto negativo en la salud, especialmente de los niños en edad escolar. “El terreno cedido rompe las tuberías, liberando aguas negras y limpias. Los niños, al ir a la escuela, caminan a diario sobre barro contaminado”, señaló un vecino y expresó gran temor ante la probabilidad de que el sector se convierta en un foco de enfermedades.
Explican que el movimiento del suelo ha provocado el colapso del sistema de drenaje. Los tubos de las aguas servidas y aguas limpias se han soltado e incluso están rotos, generando un foco de contaminación en la comunidad.
“A raíz de los deslizamientos, los tubos se volvieron a soltar otra vez. Las aguas servidas se han visto afectadas”, indicó un residente y reiteró que esa situación expone a los niños al peligro: “Nuestros hijos transitan todos los días para ir a la escuela. Salen limpios y llegan con sus zapaticos todos llenos de barro, todo sucio y lleno de gérmenes, porque esto es pura contaminación,” lamentó la jefa de calle.
La comunidad exige la intervención inmediata de las autoridades regionales y nacionales para mitigar el riesgo inminente de una tragedia, especialmente en las zonas donde las viviendas ya se partieron por la mitad o se hundieron.
Se sienten ignorados
Los habitantes del sector Cuatro Vientos de El Diamante de Táriba, aseguran sentirse ignorados. “Nadie nos toma en cuenta. Estamos corriendo un grave peligro”, se escucha en uno de los testimonios.
Norma Hernández insistió en el llamado a las autoridades: “De verdad necesitamos ayuda. Somos gente pobre. Si fuéramos ricos no viviéramos en este estado. Por favor, que nos ayuden. No nos regalen, pero sí que nos ayuden”, imploró muy afligida.
La situación del sector se agrava con el paso del tiempo. El terreno cede continuamente, y las estructuras se debilitan cada día más. La comunidad solicita la intervención urgente de las autoridades competentes antes de que ocurra un hecho lamentable.
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