Regional

Escuela de Reciclaje: proyecto pionero en Venezuela

9 de enero de 2021

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A través de la educación, la Escuela de Reciclaje aspira a que en colectivo se entienda que detrás del problema de la basura hay soluciones, incluso con capacidad de redundar favorablemente en la economía

Este proyecto educativo quiere ser referente regional y también regional, en cuanto a desarrollo sustentable.


Por Freddy Omar Durán

En la convergencia de lo ambiental, con lo formativo y lo productivo, en el Táchira, en tiempos en que la creatividad y la solidaridad van de la mano, nace la Escuela de Reciclaje, proyecto impulsado por la empresa Andes Plast Recicla C.A., pues no se puede llevar a la población a una conciencia del problema ambiental si no media la capacitación.

El reciclaje es un proceso que, más allá de recoger los desechos reutilizables, implica la conciencia general de su impacto social favorable.

En su sede, casi al final de la avenida Libertador de San Cristóbal, el que fuera edificio de un antiguo concesionario de automóviles, en vivos colores alusivos a la ecología, se representa no solo una identidad corporativa, sino la razón de ser de una iniciativa que, como tantas en el Táchira, ha tenido que replantearse en un contexto de pandemia para su lanzamiento, pero del que se puede esperar muchas cosas, por su interesante planteamiento.

Como nos ilustra Rony Chacón, director Ambiental del equipo de jóvenes profesionales, que incluye ingenieros ambientales, industriales y comunicadores sociales, de nada vale captar la materia prima para los procesos productivos de esa empresa, si no hay la conciencia pública de la importancia de la separación de los desechos, una conciencia que vagamente maneja la población, y que necesita de trascender a otro nivel, la educación, para una mayor efectividad.

De otro lado, la credibilidad y motivación de la actitud cívica dependerán de que se retribuya la misma y al tiempo sea efectiva la recolección, otro de los puntos claves de una gran estrategia holística, de un sistema integrado.

Un sistema del cual por supuesto harán parte la municipalidad, los entes educativos, la comunidad e incluso las personas que, tradicionalmente de la recolección, ven su modo de subsistencia.

—Es necesario -afirmó Chacón- contar con una participación protagónica de las comunidades, de las empresas, de los municipios, pues de manera aislada es muy difícil resolver, pero de manera en conjunto, bajo un esquema de innovación de sistema, va a ser muy provechoso para todos. Nuestro modelo empresarial va orientado a vincular lo ambiental, lo social y lo económico, tres elementos en equilibrio para lograr una gestión integral que espera generar impactos ecológicos, sociales, educativos, económicos, sanitarios e incluso estratégicos, en tanto representamos el otro modo en que una empresa puede ser productiva a través de alianzas.

De esta manera, lo que es visto como problema, es decir la basura, se puede constituir en solución, a través de una idea pionera en el ámbito nacional, e incluso el ámbito latinoamericano, donde apenas germinan algunas experiencias similares. Esta innovación podría colocar al Táchira nuevamente a la palestra en lo que a formación humana se refiere.

La solución, desde el problema

Este proyecto surge en medio del gran dilema que representa para los municipios la recolección de la basura.

Andes Plast Recicla, por ahora, plantea una solución, específicamente dirigida a los plásticos del tipo 1 al 5, margen de material reciclable que la investigación futura puede expandir.

—Queremos –agregó Chacón– establecer rutas de recolección selectiva, que no debe ser confundido con un servicio de aseo, a través de las cuales los residuos, previamente separados, se puedan extraer de los centros de acopio, y jornadas especiales en las redes de puntos verdes, en las cuales un equipo especializado ofrece capacitación a las comunidades. De esta manera, se trata de que, entre otras cosas, se obtengan envases plásticos, con un mínimo de limpieza, o al menos vacíos.

Hasta los momentos, con respecto a las basuras, su proceso va en sentido lineal, que va de la casa directamente al vertedero. Sin embargo, en muchos hogares tachirenses hoy en día existe la conciencia de separar los plásticos, pero quienes así proceden pueden terminar acumulándolos, sin saber a ciencia cierta qué hacer con ellos. De hecho, desde el mismo momento en que solo por la fachada de la sede de la Escuela de Reciclaje, y sin haberse presentado en sociedad, cuando supieron de su existencia, muchos han acudido a entregar material reciclable.

—Cuando hay un cierre del vertedero, hay una acumulación que rompe el sistema lineal, que es comprar, usar y botar al aseo. Ni la gente ni el municipio saben muchas veces cómo librarse de ese excedente que causa problemas de salud pública, pues también se opta por la quema, de las que emanan gases tóxicos, producto de la combustión del plástico. El dato de 2014 nos dice que al día se depositan en el vertedero de San Josecito 750 toneladas de basura al día, cifra que por razones socioeconómicas ha bajado un 40 %, lo que no significa que deje de persistir el problema. La innovación de la empresa es separar los residuos desde su origen, pues aquí no se va a trabajar con el vertedero, pues por tópicos legales y técnicos no está permitido. Con nuestra capacidad operativa, las líneas de operación que tenemos pueden  procesar al día 37 toneladas de plástico, suficiente para el estado Táchira, teniendo en cuenta  que en una población tan grande como San Cristóbal se generan 8 toneladas al día.

Más allá de la educación

Aunque cuenta con su propia sede, la Escuela de Reciclaje proyecta insertarse en los programas del sistema educativo, en todas sus instancias, aunque en un principio se tocará a entidades adscritas a la Zona Educativa y al municipio San Cristóbal, en el nivel primario.

—Vamos a llevar un proceso de educación continuo enfocado en criterios teórico-prácticos y  legales, insistiendo en la conceptualización del reciclaje y sus características, en el cómo y qué reciclar; pero sobre todo en el impacto positivo que esta acción trae a las comunidades.

Como una exigencia especial de nuestros días, y de cumplimiento casi urgente, la aceptación de la Escuela de Reciclaje pasa por una contribución a la rehabilitación económica del país, que da sentido a la capacitación en la materia y la toma de conciencia a partir de la misma.

—Entramos –concluyó Chacón– al tema de la economía circular, producción, consumo y generación, donde el residuo es un recurso que es procesado y vuelve a la cadena productiva. Se evita el impacto ambiental de seguir extrayendo productos naturales derivados del petróleo para la producción de nuevos plásticos. De otra parte, se acuerdan alianzas con las comunidades para que ellas mismas sean capaces de generar recursos a través de la separación de los residuos, pues pueden ser retribuidas doblemente: con un mejoramiento de su infraestructura de uso común, y al tiempo ganan con una mayor limpieza en hogares, calles, aceras y sitios públicos.

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