Raúl Márquez
El sector 19 de Abril, fundado hace 15 años, está situado en las adyacencias del cementerio Municipal de San Rafael de El Piñal, en el municipio Fernández Feo, zona sur del estado Táchira. Actualmente, según el cálculo de los propios vecinos, alberga a unas 200 familias. Como en la mayoría de estas poblaciones, la falta de gas doméstico, los constantes apagonazos y la escasez de agua, se cuentan entre las problemáticas que a diario deben afrontar.
«La última vez que nos trajeron gas fue como en noviembre del año pasado. Por lo que, obviamente, para el día de hoy ya muchas familias no cuentan con este servicio y se ven obligadas a cocinar con leña. Aquí nos sentimos abandonados y a la buena de Dios», precisó José Andelco Mendoza, vecino del sector.
En cuanto al servicio de agua potable, indicó Mendoza, cada cuatro días tienen la oportunidad de llenar sus tanques; no obstante, señaló que, a menudo, esto no es posible. «Cuando tenemos la oportunidad de llenar nuestros tanques, le rogamos a Dios para que no quiten la electricidad, pero ahora, como la empresa Corpoelec ni siquiera cumple con los horarios de racionamientos, muchos vecinos, al no contar con motobombas, nos hemos quedado sin el vital líquido», subrayó.
Proyecto inconcluso
En este mismo orden de ideas, comentó que hace unos cuatro años se consignó un proyecto a un organismo del Estado, relacionado con la construcción de una planta de tratamiento, la cual habría sido aprobada, pero luego no se supo más de esta obra. «Recuerdo que en esa oportunidad, incluso, conversamos con la señora Emma Laporta, para que nos donase los terrenos para este proyecto y ella accedió a nuestra solicitud. Así pues, al cabo de las semanas, fueron traídos los tubos correspondientes; no obstante, la obra nunca se inició como tal. De hecho, algunos de esos tubos los tengo resguardados, pero otros se encuentran en algunos patios, al sol y al agua», apuntó la fuente.
Compran cisternas
Ante la sequía provocada por el intenso verano y la falta de acueductos suficientes para la demanda de la población, los vecinos del sector, encuestados por el equipo de Diario La Nación, coincidieron en que, en muchas ocasiones, deben adquirir el agua a camiones cisternas, los cuales ofrecen sus servicios en estas comunidades en moneda colombiana, lo que implica un nuevo golpe al bolsillo de las familias.
«A cada rato suben por esta cuesta camiones cisternas que son pagados por varias familias, porque no tienen más alternativa, y muchas de ellas poseen niños pequeños o personas enfermas. De repente, si tuviéramos nuestro propio acueducto, no tendríamos este problema, pero, por ahora, dependemos del mismo del sector La Morita y, según se rumora, ese presenta unos tubos rotos y hay muchas personas conectadas allí, de manera ilegal», explicó Keila Vivas.
La calle principal es una boca de lobo
Vale destacar que la población tiene una sola calle asfaltada; sin embargo, luce con desniveles y algunos baches, producto de las lluvias, de la erosión del tiempo y de que, probablemente, se trataba de material asfáltico de baja calidad.
En este particular, Rosa Moreno, quien conversaba con otras vecinas de la comunidad frente al patio de su casa, explicó que desconoce que se hayan planteado proyectos de asfaltado, e hizo hincapié en que se debe mejorar el sistema de alumbrado público, asegurando que ya se han registrado varios atracos en la entrada a la comunidad.
«Según comentó una señora, hace unos días, tres hombres la emboscaron cuando estaba atravesando la pasarela que nos une con El Piñal y, al parecer, la despojaron de sus efectos personales. Y es que esa parte, de noche, parece una ´boca de lobo´ y más cuando se va la luz», puntualizó.