Cumpliendo con todas las normas de seguridad, los feligreses del municipio Guásimos acudieron al templo San Agatón, entre las 8:00 y 11:00 de la mañana.
Con sus respectivos tapabocas y manteniendo el distanciamiento social, la comunidad católica entró y en silencio se ubicó en las bancas, lo más distanciados posible, y oraron como lo hacían todos los jueves en la “hora santa”, que se cumplía a partir de las cuatro de la tarde.
El altar donde estaba expuesto el Santísimo, junto a dos sirios, fue preparado por el párroco Nerio Ramírez y las hermanas Agustinas Recoletas, espacio que estaba acompañado por una música católica suave al fondo.
Acudió a este llamado la población de la tercera edad, que con un libro en mano buscó el lugar más apartado, rezó sus oraciones y con tranquilidad, tomando las debidas precauciones, dejó el templo, no sin antes muchos de ellos exclamar: “Hacía falta venir a la iglesia a rezar por todo un ratico”.
El padre Nerio Ramírez invitó a todo el pueblo de Palmira a sumarse los jueves a una oración personal delante del Santísimo Sacramento, que es una iniciativa que está llevando monseñor Mario Moronta, en todas las parroquias, para acercar nuevamente a la gente a los templos parroquiales y, sobre todo, tener una oración con el Santísimo.
“Se ha notado una participación muy grande, las normas de distanciamiento se han cumplido, estar alejado uno del otro, uno o dos metros; el uso de tapabocas, y la oración personal”, dijo.
“Estamos en ese deseo de que la gente tenga, por lo menos una vez a la semana, un encuentro, aunque por las disposiciones que hay de la Conferencia Episcopal Venezolana y el obispo diocesano, no se puede celebrar todavía la eucaristía”, dijo, no sin antes precisar que las puertas de la iglesia se abrirán todos los jueves, hasta que se mitigue la pandemia. (NP)