Graciela Contrera: empresaria argentina que trabaja por la música latinoamericana

Por las venas de Graciela Contrera solo corre música, desde muy pequeña entró en el mundo artístico impulsada por sus padres. Creció debatiéndose entre las tareas escolares y su formación artística; saltó de ciudad en ciudad, ingresando en nuevos colegios, de tanto en tanto, y usando como única estrategia de aprendizaje su determinación y disciplina.
Precisamente esa disciplina es la que la ha llevado a ser referente de Latinoamérica en la industria musical a nivel mundial, pues en su trabajo ha sabido aplicar las estrategias que aprendió siendo una pequeña estrella sudamericana, para ser en la actualidad una de las empresarias más importantes de esta área.
Admite que sus éxitos se los debe a la música, no solamente por todo lo que logró frente a los escenarios, sino por todo lo que ha logrado consolidar detrás de él, como productora musical y como impulsadora de nuevos talentos en las principales plataformas digitales.
Además de ello, Graciela se ha dedicado a enaltecer no solo con su ejemplo, sino con su esencia la figura de la mujer en un mundo que ha sido ampliamente dominado por los hombres. Gracias a su figura y olfato para el éxito, la empresaria a marcado un antes y un después  en la incursión femenina en la industria musical. Es por esto que hoy, ella es mucho más que una empresaria musical que representa a la mujer, sino también una pionera en cualquier área que se proponga.
Los primeros pasos de Graciela Contrera

A los 6 años, Graciela Contrera grabó por primera vez los temas que su progenitor, Aníbal Contrera, escribió para ella y ese mismo año los cantó en el programa “Sonrisas Once”, del canal conocido ahora como Telefé.
A los 7 años ya se movía como pez en el agua sobre los escenarios y empezó a usar el baile como medio para darse a conocer. Junto con la academia «El Show más Chico del Mundo», Graciela conoció lo que era hacer gira por todo su país, Argentina, y otras naciones como Paraguay y Bolivia. En esta etapa se dio a conocer como “Gracielita”, una niña prodigio de la música y la danza clásica y un ejemplo para todas las niñas de la época.
Son estos primeros pasos que Graciela recuerda con mucho amor, los que marcaron el inicio de una fructífera carrera que formó a la experimentada mujer que hoy descubre e impulsa nuevos artistas a través de las principales plataformas digitales.
Una General Manager & COO muy aplicada

Las aspiraciones de Graciela Contrera en la actualidad van más allá de lo artístico. Sabiendo el poder y la responsabilidad que tiene en sus manos de impulsar la industria musical digital, siendo la única mujer con éxito en el rubro; su mayor aspiración es llegar tan lejos como lo ha soñado.
Al mismo tiempo, desea labrar el camino para que surjan nuevas figuras femeninas exitosas en la representación y distribución musical, que se amplíe el mercado para la mujer y que como género puedan revolucionar la industria. Sabe que aunque ha cosechado mucho éxito aún no ha llegado a la meta, por eso para ella cada día es un aprendizaje.
Las redes sociales y las plataformas de distribución musical digital son sus nuevas herramientas de trabajo, las conoce como la palma de su mano y aun así no para de estudiarlas, analizarlas y crear nuevos hitos para impulsar el negocio. Con su experiencia en la industria, Graciela Contrera no da nada por sentado, por el contrario, asume que el medio es cambiante y ella, la revolucionaria de la industria, la que está dejando precedente, es prueba de ello.
El talento siempre proviene de algo sobrenatural, sublime, la esencia, la energía que inspira a cambiar el mundo.
Tres preguntas

-¿Cómo fue tu infancia, y la relación que tuviste con lo que haces en la actualidad?

-Nací en 1975 en Argentina, mis padres son Ester Esquivel y Aníbal Contrera. Sobre mi infancia, fue una niñez distinta al común de los chicos que me rodeaban. A los 6 años (1981) grabé por primera vez en un estudio de grabación, canciones compuestas por mi padre, el mismo año las canté en un programa de Tv «Sonrisas Once» (ahora ese canal se llama Telefé).
A los 7 años comencé a salir de gira, con una academia para chicos menores de 14 años «el show más chico de mundo». Hacíamos ballet, canto, actuación, hasta fui parterner de una maga! Jaja Roxana Giménez (hija del director). Recorrí todas las provincias de Argentina (por tierra) y viajamos a países limítrofes (Bolivia, Paraguay). Pertenecí a la compañía desde los 7 a los 14 años. Llegando a realizar 5 temporadas en Bolivia, realizando 3 funciones diarias en el Teatro (debería buscar el nombre).
Por todos estos detalles digo que mi infancia fue «atípica». Ensayos, viajes, pruebas de vestuario, pruebas de ensayo general, entrevistas en radio y televisión, conferencias de prensa. Y mucha preparación artística, tengo formación de bailarina clásica (bailaba en puntas), folclore, jazz, tap, tango, flamenco, actuación, canto. ¿Nota de color? Era la cabeza de la compañía jaja hacia el prólogo, abría el espectáculo y cerraba agradeciendo las flores, a los personajes públicos que habían asistido. Cabe destacar que por eso iba a todas las entrevistas y en ocasiones me hacían pararme en una silla para cantar (risas). En Bolivia, llegaron a dedicarme un fragmento de un programa en canal 6 «quién se parece a Gracielita» y las niñas debían ir vestidas como yo y cantar una de las canciones que hacía en el show.
-¿Dónde estudiaste?

-La primaria la hice a los saltos, por los viajes que realizaba, nunca pude hacer lazos muy fuertes con mis compañeros, me veían como «rara» distinta y eso era por mi condición de artista, porque nunca pude moverme como una nena «normal”. En la secundaria estudié en el conservatorio de música de San Martin, a la par de mis estudios de bachillerato, realicé clases particulares de canto y actuación. Pero en sí nunca he dejado de estudiar, todos los años renuevo mis certificaciones de YouTube y hago capacitaciones de las plataformas con las cuales trabajamos ejemplo: Spotify, Tik Tok, Facebook etc…
-¿Qué influencias ideológicas has tenido?

-Las influencias más importantes son las que te brindan tus padres y como tal, siempre fui muy creyente a que hay algo supremo, y de que no somos nosotros los que movemos la rueda, que debemos ser agradecidos y saber andar en consecuencia, no llevarse a nadie por delante, ser humilde y generoso.
Soy una persona que no tiene rencor.

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