Freddy Omar Durán
Desde la madrugada y hasta la mañana del viernes, las lluvias seguían alimentando el caudaloso río que tomó posesión de la vida principal de Las Lomas, por el desbordamiento de la quebrada La Blanca.
Mientras tanto en la avenida Libertador, donde viene a caer la mencionada vía con su caudal, los vehículos se arriesgaban por “navegar” en una laguna, algo aplacada al filo del mediodía pero no por ello menos crítico su paso.
Cintas de seguridad adornaban la carretera, aunque atrevido el ruido y la impetuosidad del caudal anunciaba su peligrosidad, que se hacía más notable a la altura del Centro Comercial Boulevard Las Lomas, al pie del cual las aguas descendían cual recia cascada.
Todo era soledad en el sector y solo se veía a un hombre hundido en el caudal, en lucha para que la que las aguas no inundaran la iglesia Cristo Rey.
Si bien San Cristóbal amaneció con vertientes por todos lados y muchas personas con escoba en mano liberaban las entradas de sus casas del ingreso de las aguas, comenzando la mañana el desbordamiento de quebradas obligó a los vehículos a una precavida circulación.
Pero la lluvia también sorprendió a las colas en las estaciones de servicio, ya que de manera preventiva se redujo el número de las mismas debido precisamente a la misma emergencia vial provocada por la temporada invernal. (FOD)