En plena entrada de Zorca San Isidro un problema subsanable el resto del año complica su acceso cuando las lluvias arrecian: una inmensa laguna pone a prueba a vehículos y transeúntes que pasan por ahí.
–Pasar se vuelve imposible- afirma Ligia Sierra, habitante del sector- para los motociclistas que deben levantar sus piernas para no mojarse, aunque otros intentan atravesarla lo más rápido posible. Otros vehículos se ahogan, y les cuesta volver arrancar.
Es una laguna de más de 50 metros de longitud sobre un hundimiento que periodo seco muestra las visible señales de deterioro vial. Es decir, aun en periodo seco resulta un camino a riesgo pero prácticamente por ahí se va hacia San Cristóbal.
Para los peatones el paso apenas se limita a un reducido caminito de tierra, resbalosa en invierno, a la vera del camino, con un bache formado precisamente por la canal en el que bajan las aguas del cerro, que precisamente alimentan el pozo de agua.
Superarlo implica saltar hacia una piedra lisa y tambaleante que de no se pisada con firmeza puede acarrear peligrosas caídas, o meter los pies en la corriente. Los transeúntes también ruegan que los vehículos no los bañen con agua sucia al pasar cerca de ellos
Esa solución salió de la iniciativa de los vecinos que continuamente deben movilizarse a pie, y hoy más obligados por las fallas en el servicio de transporte y el suministro de gasolina. No son pocas las personas de la tercera edad que deben sobreponerse a sus limitaciones motoras para superar la depresión; aunque otros prefieren ir acompañados.
Freddy Omar Durán