Víctor Matos
El pasado 5 de octubre se celebró el Día Mundial de James Bond, el espía creado por el periodista británico Ian Fleming a través de una serie de novelas, e inmortalizado por el cine a través de 25 películas, realizadas desde 1962 hasta el 2021.
Este personaje ha sido interpretado en su larga saga por figuras como Sean Connery, quien inició la popularidad del Agente, “al servicio de Su majestad y con licencia para matar”, con la película “007 contra el Dr. No” en 1962, seguida por Desde Rusia con amor, Gold Finger, Operación Trueno, Solo se vive dos veces y Los Diamantes son eternos.
Al recio actor escocés, considerado el mejor de los intérpretes que encumbraron mundialmente a James Bond, le siguió George Lazenv por Solo al Servicio de Su Majestad, hasta que tomó la posta Roger Moore con Vive y deja morir, El hombre de la pistola de oro, La espía que me amó, Solo para sus ojos, Octopussy y Panorama para matar.
Al retiro de Moore, asumió el rol Timothy Dalton, con Alta Tensión y Licencia para matar, que no tuvieron mayor brillo, hasta que asumió el papel Pierce Brosnan, con Golden Eye, El mañana nunca muere y Muere otro día.
Finalmente el Agente 007, que era conocido en los grandes hoteles por solicitar en sus barras su coctel preferido: “agitado pero no revuelto”, fue estelarizado por Daniel Craig, con Casino Royale, Sky fall, Quantum, Espectre hasta Sin tiempo para morir filmado en el 2021.
El suspenso por conocerse quién será la nueva estrella que asuma tal responsabilidad, lleva ya tres años, especulándose, incluso que hasta pudiera ser una mujer o un actor afrodescendiente, pero hasta la fecha continúa esperándose la decisión de sus productores.
Sin duda alguna, James Bond ha sido el personaje de ficción del mundo del espionaje de mayor éxito en la segunda mitad del siglo pasado, y en lo que va del presente XXI, destacándose por su personalidad, apego a las mujeres más bellas del planeta, su desparpajo para acabar con sus enemigos, el uso de la más amplia tecnología para el cumplimiento de sus actividades, y por terminar siempre ileso, rodeado de una buena botella de champaña, en el hotel más lujoso del momento, y abrazado con la mujer más bella, así haya sido enemiga del sistema o defensora de la libertad.
Como nunca, un espía creado por la fértil inteligencia de un exmiembro del MI6 servicio secreto inglés, quien además de periodista se dedicó a la buena vida en una isla de Las Bahamas, había alcanzado tal grado de popularidad universal como este singular agente, quien se presentaba: “Mi nombre es Bond… James Bond”, irreverente y descarado, convertido en el mito inimitable de todos los tiempos.
Ian Fleming, periodista y escritor,
creó al héroe del espionaje
Ian Fleming tenía fama de playboy y era un periodista británico, oficial de inteligencia de los servicios secretos de las fuerzas navales del Reino Unido, quien se refugiaba en su residencia en las islas de Las Bahamas, en donde creó al súper héroe del mundo del espionaje, James Bond, realizando una serie de novelas sobre este personaje que se inmortalizó en el mundo del cine, explotando valor, cinismo, pasión e intriga en sus actividades.
Creó pues al investigador que siempre soñó ser, y que lo encumbró con la serie de películas que hasta la fecha se recuerdan y son reclamadas.
Puso en órbita mundial al Agente 007 surgido de su imaginación literaria para convertirlo en el ser de ficción más popular del siglo XX, formado a semejanza de lo que siempre quiso ser cuando trabajaba con el rango de teniente en la Dirección de Inteligencia Naval de su país durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Falleció relativamente en plena madurez de su existencia, a los 56 años de edad, dejando un legado extraordinario de su inventiva que atrae a todas las generaciones desde que James Bond surgiera como paladín en defensa de la paz mundial luchando contra los enemigos del sistema democrático en el mundo occidental.
Víctor Matos