Regional
Ni a diez mil bolívares el pasaje el transporte mejora en la ciudad

Un nuevo precio del pasaje a 10 mil bolívares no redundó en favor de una mejor prestación del servicio de transporte público este lunes, y por el contrario los usuarios del mismo ya no saben si ir no o no a sus destinos rutinarios, a menos de que sean de suma obligatoriedad.

Muchos transeúntes que contaban con la cola de familiares, vecinos, amigos o almas generosas, se han visto limitados, ya que estos madrugaron para echar gasolina, y más cuesta arriba les queda ser generosos.

Los que viven más alejados de San Cristóbal, se han vuelto más atrevidos y en plena calle piden el aventón a quienes vayan por la vía y los dejen lo más cerca posible de sus destinos: su suerte depende de la confianza que les inspire al chofer, o si este se quiere ganar unos “cobritos” llevando a varias personas, pues la crisis también ha obligado a algunos a hacer las veces de taxistas; pero esto no se da con la frecuencia que los sancristobalenses necesitarían.

Cuando a la gente que lleva horas en las paradas aguardando por el “milagro de una buseta”, al preguntarles al respecto solo responden con un movimiento negativo y desconsolado de la cabeza, intentando decir que “esto sigue así y seguirá así ad aeternum”. En la actualidad en lo único en que puede confiar un peatón es en sus pies y en su salud para arribar a su destino.

Sonia Contreras ya se sabe la rutina cada vez que tiene que desplazarse de Palo Gordo al centro de San Cristóbal y viceversa. Esperar casi dos horas que pase la buseta, o de lo contrario hacer de tripas corazón, y junto a sus dos hijos, y agarrar una agotadora cuesta, lo que le tomará dos horas. Hace rato optó por quedarse en la casa, porque ya no tiene sentido trabajar para ni ganar lo suficiente para el pasaje.

La ausencia de las rutas es más que evidente. Ni siquiera las unidades que decidieron por el circuito más expedito desde el Terminal de La Concordia hasta más allá de Las Lomas se les veía con mucha frecuencia, y las pocas estaban repletas incluso en las horas de baja afluencia en la mañana.

Tampoco las líneas suburbanas hacen mucho acto de presencia, y eso representa que venir de Cordero, Palmira, Táriba o San Josecito, o en camino hacia Chorro El Indio sea prácticamente imposible; los que se dirigen hacia Capacho aunque soportando la cola llegan, o en tal caso optan por la buena voluntad, pues nadie las obliga,  de las busetas que cubren las zonas fronterizas, las cuales, ya hoy en día bajo las denominaciones de nuevas empresas, alguna vez presumían de estar dedicadas a una actividad rentable dentro del casco urbano, y sus cupos los valorizaban en onerosas cantidades.

Hasta los momentos el Sindicato del Transporte no se ha pronunciado sobre la normalización del servicio del transporte y si el aumento reciente podría contribuir al mismo.

Freddy Omar Durán