Para culminar el acondicionamiento de la unidad, está pendiente la instalación de las luces, aire acondicionado y pintarla.
Raúl Márquez
Desde hace dos años, pese a las vicisitudes económicas que atraviesa el país, un grupo de comerciantes, líderes comunitarios de la parroquia Alberto Adriani y el equipo de Protección Civil, en el municipio Fernández Feo, con el apoyo de la población en general, vienen aunando esfuerzos para poner operativa una ambulancia que será otorgada bajo la figura de comodato, por parte de la alcaldía de la citada jurisdicción.
En este particular, Walter Sandia, uno de los comerciantes de Naranjales que ha estado al frente de este proyecto, anunció que, según se tiene previsto, en unos quince días la unidad ambulancia estaría en funcionamiento.
«Gracias a Dios, en quince días, esperamos tener la ambulancia completamente operativa y a disposición de los vecinos de la parroquia Alberto Adriani. Al inicio fuimos cinco comerciantes que decidimos asumir esta tarea, pero luego se nos fueron uniendo más, al igual que los líderes de los consejos comunales. La rescatamos, pues estaba abandonada: le compramos la batería, el alternador, las bujías, y con el apoyo de los CLAP de cada sector, logramos rehacerle el cajón. Vale comentar que la unidad será utilizada por Protección Civil de Fernández Feo, cuya sede se encuentra en nuestra comunidad», precisó Sandia.
Por su parte, la concejala Edilia Cadenas reiteró la importancia del trabajo de las comunidades, a través de los CLAP, en la consecución de esta meta. «Gracias al trabajo de los CLAP de siete sectores de la parroquia Alberto Adriani, se organizó una rifa y con el dinero recaudado se adquirieron algunos de los materiales para la reconstrucción del cajón de la ambulancia y la compra de seis cauchos. En los próximos días, otros siete CLAP se activarán con el fin de adquirir otros insumos para que la unidad quede totalmente acondicionada».
Se creará una fundación
Con la puesta en funcionamiento de la citada ambulancia, se erigirá una fundación que la administre y supervise su uso, de modo que reciba los ciclos de mantenimiento que requiera y la vida útil del motor, la caja y los demás sistemas funcionen de acuerdo con los estándares específicos.
En este orden de ideas, Sandra Rodríguez, quien conforma uno de los CLAP del casco de Naranjales, subrayó que se debe contar con un stock de repuestos y lubricantes para que, cuando la unidad los requiere, no haya que salir a buscarlos, sin tener la certeza de que se puedan encontrar. «De esta manera, evitamos que la unidad ambulancia se quede accidentada y deje de cumplir con su función. Hay que evitar que su servicio sea intermitente; la idea es que siempre esté activa, ante cualquier eventualidad».
Juana Vargas de Ramírez, lideresa de la comunidad, respaldó el planteamiento, aduciendo que una fundación es necesaria para administrar los recursos que se vayan recaudando y vigilar el uso de la ambulancia, pues, a su juicio, «esta debe estar al servicio de la colectividad, para realizar los traslados que los pacientes ameriten. No será utilizada como taxi, ni para otra cosa, que no sea esa», subrayó.
José Luis Cárdenas y Simón López agradecen el aporte de la comunidad en el arduo trabajo que ha conllevado la reparación de la ambulancia y comentan que seguirán apoyando todo aquello que beneficie a la población de la parroquia Alberto Adriani. «Como representantes de la empresa privada, nos comprometimos a lograr esta meta, para que todos contemos con este vital servicio y haremos lo posible por mantenerlo de pie», enfatizó López.