70 % de las mujeres que habitan este sector fueron o son víctimas de violencia, aun cuando hay un importante índice de casos donde no existe denuncia
Ante el incremento de casos de violencia de género en el municipio Junín, un grupo de profesionales organizados desarrolla un proyecto de atención y prevención para quienes han sido víctimas de este tipo de maltrato.
Después de una visita a diversas comunidades, se constató que un 70 % de las mujeres que habitan este sector fueron o son víctimas de violencia, aun cuando hay un importante índice de casos donde no existe denuncia.
El proyecto fue diseñado por Ana Hernández, docente de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, y su puesta en marcha está a cargo de la organización no gubernamental AMI Junín, que cuenta entre sus programas con el área de derechos humanos.
El coordinador general de AMI Junín, acompañado por la coordinadora del proyecto, Clemi Niño, y los colaboradores Morela Useche y Jimmy Acevedo, dio a conocer que en estos momentos, con la situación país que se vive, aumentaron considerablemente los niveles de conflictividad, así como la incapacidad de los organismos del Estado de dar respuesta a estos problemas.
Al respecto, Clemi Niño explicó que el proyecto se inició en octubre del año pasado, y su propósito es prestar apoyo psicosocial y jurídico a las víctimas; se realiza en dos fases: la primera consiste en la recolección de información en los organismos públicos encargados de recibir las denuncias, para determinar cuánta población del municipio Junín acude a presentar su queja y en qué etapa se encuentran los procesos.
Esta primera fase ya se cumplió por medio de las visitas a los organismos involucrados; se diseñó un instrumento para recabar la data. Lamentablemente, no pudieron recoger ninguna información, pues la respuesta fue que está prohibido proporcionar cifras.
Ante esta negativa, acudieron a los consejos comunales para, a través de estos, efectuar talleres con bases en la ley y en el “violentómetro” diseñado por el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas, el cual trabaja con violencia de género en el estado Táchira.
A la fecha, se han dictado talleres en el barrio La Palmita, El Pinar, El Diamante, y se atendió la población estudiantil de la unidad educativa colegio “Los Andes”, a través de charlas.
En las comunidades se cumple el siguiente proceso: se realiza la visita, contactan a los líderes de la comunidad, se convoca a las mujeres para aplicar las encuestas y el “violentómetro”, el cual establece los pasos de violencia en el hogar. Así se captan las respuestas, aunque persisten casos donde no se formula denuncia.
Las causas para esta conducta son diversas; puede ser desconocimiento, no reciben atención de los organismos públicos, miedo a su agresor o vergüenza. Resaltó la coordinadora del proyecto que en dos comunidades brindaron asistencia jurídica a mujeres víctimas de violencia severa, y que también se conocieron casos de feminicidio.
Otro aspecto a considerar es que las personas con discapacidad son extremadamente vulnerables, para ser víctimas de esta clase de agresiones.
“Este contexto ha generado las alarmas en el municipio Junín, ya que no está exento de estos conflictos que afectan a todo el territorio nacional y por lo tanto se debe atender con urgencia”, dijo.
Una vez culminada la fase diagnóstica, se procederá a implementar el programa de atención psicológica personalizada, psicopedagógica y asistencia jurídica. Esta última se otorga desde ya a quien la solicita.
Tres ejes
El proyecto cuenta con tres ejes: Educar, no solo a la mujer para que no permita el maltrato; también al hombre, para que no cometa esta clase de atropellos. Ir al origen del problema, para que los hijos no repliquen estas conductas negativas.
El segundo eje se orienta hacia el apoyo psicológico y para ello se cuenta con la cooperación de profesionales del municipio Junín, que prestarán su asistencia de manera gratuita.
La asistencia jurídica, con abogados expertos en esta área, prestos a asistir a las víctimas, pues para ellos lo más importante es colaborar con todas las personas que así lo requieran para mejorar su situación.
Jimmy Acevedo se refirió a un aspecto fundamental, como es trabajar en los liceos y colegios, con estudiantes de segunda etapa, pues los adolescentes son vulnerables ante factores que inciden directamente sobre ellos, como son las conductas de sus padres.
Durante las jornadas se refuerzan valores como la igualdad y el respeto; para que así, si observan en el hogar algún tipo de violencia, sepan actuar y, en casos que lo ameriten, denunciar y no quedarse callados.
Por su parte, Morela Useche manifestó que al ir a los talleres y charlas se encuentran con la situación por la que atraviesan los venezolanos, “la miseria en todos sus sentidos, por eso es prioritario llevar un granito de arena, que sembremos para mañana. Eso es educar, para que el mañana sea mejor. Que los muchachos sepan qué es la violencia, por qué y cómo la deben evitar, que no está bien, aun cuando la vean y crezcan en ese ambiente”.
Aclaratoria
Los integrantes de AMI Junín resaltaron que una limitante para llevar a cabo el proyecto es el hecho político, pues en ocasiones les impiden dictar las charlas en los centros educativos.
De allí que quisieron aclarar que el trabajo que realizan es de carácter social, orientado a ayudar a la gente, sin ningún tinte político. “Esta es una organización muy seria, cuyo objetivo es la realización de proyectos sociales para ayudar a la gente y al desarrollo de las comunidades”.
La intención, en este caso, es mitigar los índices de violencia y atender con las herramientas adecuadas a los adultos, para que este bienestar se refleje en los niños, que van a ser la sociedad del futuro. (Norma Pérez)