El director del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS) en el estado Táchira, Milton Bracamonte, fue ratificado en su cargo.

El mismo director precisó que en días previos se informó que él dejaba la dirección de la Contraloría Sanitaria; no obstante, presume que hay un grupo de extrabajadores denunciados ante el Ministerio Público por hechos de corrupción y quizá han venido haciendo presión, tanto a nivel local como nacional.

Recordó que hace dos meses vio una solicitud para su destitución y reunió a los trabajadores para decirles que, independientemente de la decisión que se tomara en Caracas, debían apoyar si llegaba uno nuevo.

“He visto en oportunidades que los cambios no gustan y generan malestar, pero de lo que se trata es de darle el apoyo al nuevo jefe, a fin de que no se le haga difícil el trabajo”, dijo.

El ministro de Salud y el director general tomaron la decisión de ratificarme en el cargo, precisamente por el trabajo que se viene haciendo, aclaró.

Igualmente precisó Bracamonte, quien en el mes de junio cumple 6 años como director de Contraloría Sanitaria, que el trabajo se cumple con 40 funcionarios en el estado Táchira, dependientes del nivel central.

Argumentó que el supuesto cambio tomó más fuerza porque vino una orden de Caracas, donde se exigía inspeccionar establecimientos, casas de representación y droguerías.

Siguen las inspecciones

En tal sentido, aseveró que la semana antepasada se hizo una inspección en un establecimiento donde verificaron hechos irregulares.

“Se trata de una empresa con un solo RIF, donde hace la figura de droguería y casa de representación; la misma empresa trae productos de uso institucional de Colombia, a pesar de que al momento de darle la autorización, se le dice que eso está prohibido; sin embargo, los trae a granel”, expresó.

“El Estado venezolano no da permiso para la importación de psicotrópicos, pero los pasan fuera de las regulaciones establecidas, no llevan los productos al Instituto Nacional de Higiene, sino que entran de contrabando”, agregó.

—Como la Contraloría ha venido presionando en cuanto al cumplimiento de las normas establecidas, entonces hay empresas o personas que no les gusta, concluyó.

Nancy Porras