El cronista Luis Hernández Contreras habla sobre la ciudad cumpleañera: “Eso es lo que somos: Valientes, aguerridos, una ciudad rebelde, indómita, que no la pueden controlar fácilmente, que no se ha dejado conquistar. Tenemos ese pasado multivariado, único, singular”
La ciudad de San Cristóbal cumple 462 años de fundada. Todo ocurrió el 31 de marzo de 1561. La historia tiene como protagonista al capitán español Juan Maldonado.
El cronista de la ciudad, Luis Hernández Contreras, relató la historia, evolución y desarrollo, desde que era una villeta desolada, hasta convertirse en la Ciudad de la Cordialidad.
Este territorio se registra por primera vez en la historia en el año 1547, cuando se llevaba a cabo una expedición desde El Tocuyo hasta Santa Fe, donde trasladaban ganados. Aquel pequeño territorio llevaba por nombre El Valle de Las Ahuyamas, nombre que le dio su primer colonizador, español, Alonso Pérez de Toloza.
“Esta región de San Cristóbal fue descubierta 14 años antes de la fundación. Desde El Tocuyo parte una expedición para llevar ganados hasta Santa Fe. Llegan desde El Tocuyo a lo que hoy más o menos es La Pedrera y van subiendo, se consiguen con el río, con las piedras, vadeando todo el río Quinimarí y van descubriendo esto”.
Indicó que los primeros habitantes de esta villeta fueron tribus indígenas, específicamente los Tororos, a los cuales describió como “bravos y aguerridos”. Inicialmente fue fundada por órdenes del Ayuntamiento de Pamplona, así como una villeta de paso entre Pamplona y Mérida.
“Es la orden del Ayuntamiento de Pamplona, el cual determina a través de su procurador crear ese sitio de aliviadero, de descanso. Por eso San Cristóbal no fue nunca concebida como una ciudad, menos como una villa, sino una villeta, algo así como para pernoctar y seguir, esa es la idea fundamental”.
Informó que el encargado de realizar esta misión fue un capitán español, nacido en Salamanca, en el Barco de Ávila, llamado Juan Maldonado y Ordoñez de Villaquirán, quien luego llegaría a tierras colombianas en su adolescencia y se establecería allí para desarrollar su vida.
“Él llegó a los 15 años, a lo que hoy es Santa Fe de Bogotá, y pasó a Pamplona. Se formó con el grupo de fundadores de esta ciudad. Se casó con la hija del fundador, fue alcalde de Pamplona y cumplió esa misión de fundar San Cristóbal”.
Manifestó que el nombre designado para la localidad por Maldonado, proviene del mismo pueblo donde él creció en España y del templo eucarístico al cual asistía con frecuencia. De igual manera, el nombre elegido para uno de los principales ríos de la entidad, es traído originalmente de aquellos pueblos españoles.
“Maldonado nació y creció en una localidad llamada San Cristóbal, y asistía a un templo llamado San Cristóbal. Obviamente cuando cumple la misión de fundar la villeta de paso, le coloca San Cristóbal. Y el río que ve por el oeste lo designa como Tormes, como el mismo de Salamanca, después en 1850 dicen los papeles municipales que fue cambiándose la m por la b. Él hizo eso con unos 35 vecinos aproximadamente”.
Destacó que han transcurrido 462 años y no se conoce ningún acta oficial de la fundación de San Cristóbal, solo un acta de fundación escrita por el Dr. Aurelio Ferrero Tamayo, quien tomó esa iniciativa de escribir las historias y los hechos logrados por Juan Maldonado.
“Debe aclararse que hasta el día de hoy no ha sido posible conseguir el acta de fundación de San Cristóbal. Eso no existe, lo que existe como una supuesta acta de fundación es apócrifa, fue una autoría del Dr. Aurelio Ferrero Tamayo. Que en una travesura literaria quiso ser el escribano de Juan Maldonado y redactó una posible acta de fundación, pero original y oficial, no existe”.
Posición geoestratégica
Hernández explicó la importancia geoestratégica que tiene San Cristóbal; dicha posición fue descubierta por el Libertador Simón Bolívar, a su paso por ella, en el año 1813, cuando se trasladó desde San Antonio y llegó a la villa, ya denominada de esta manera y no villeta.
“San Cristóbal lo que tiene es una excelente posición geoestratégica: Tiene salida directa al lago de Maracaibo por el norte; usted vence las montañas de Capacho y cae a lo que hoy es Cúcuta; y por el sur vence las montañas de San Camilo y llega a los llanos”.
Esta posición geoestratégica le permitió a San Cristóbal convertirse en la capital de la provincia del Táchira; esta decisión estaba entre La Grita, que era una ciudad más colonial que la misma San Cristóbal, que para aquel momento era una villa, pero con excelente posición territorial.
Producción de café
La historia muestra a la villeta de San Cristóbal, durante los primeros 200 años, como un lugar totalmente abandonado, conocido más como un “lugarejo”, el cual no tuvo más de 100 habitantes, y que además también fue víctima de pestes, terremotos, calamidades y otras series de elementos.
“San Cristóbal, para un informe del 1 de noviembre de 1840, era una ciudad abandonada, insalubre, con animales muertos en las calles. No había calles, eran barriales, epidemias de viruela. Era una ciudad completamente inhóspita y abandonada, sin escuelas de primeras letras, nada de eso, entonces era imposible vivir acá”, expresó Luis Hernández.
Pero dice el Cronista que en esa misma década, un grupo de europeos ya se encontraban establecidos en el territorio, quienes eran “futuristas, visionarios, comerciantes”, y hacen el hallazgo de un fruto que consideraban extraño y que le dio un giro a la economía venezolana. Se trataría del café.
“El café se hace cerca de San Cristóbal, eso posibilitó la venida de otros europeos, que esta vez hicieron un trípode económico entre Maracaibo, San Cristóbal y Cúcuta. Ese trípode económico es el de las casas exportadoras del café, que llevan el café tachirense a los puertos de Hamburgo y a New York. Algunos le dicen café de Maracaibo, porque en Maracaibo era donde lo montaban en los barcos, pero el café se producía en el Táchira. Entonces ese café cambió la situación de San Cristóbal”.
Puntualizó que gracias a este hallazgo, sus pocos habitantes, los europeos que se establecieron, los extranjeros que fueron llegando, unieron fuerzas para transformar aquella villeta con sus primeras calles, en un sitio con más organización.
“Fueron dinamizando la sociedad, fueron cambiando las circunstancias propias y abrieron calles por el centro, y la pequeña villeta se extendió a lo que es hoy el Salón de Lectura de la calle 9, y se extendió hasta el este a lo que es el parque Sucre, y más o menos fue teniendo cierto ordenamiento urbanístico”.
La capital del estado Táchira
Hernández expuso que, al darse la separación entre el territorio tachirense y la gran provincia de Mérida, en el año 1856, de forma jurídica, se escoge la provincia de Táchira con cuatro cantones que serían San Cristóbal, Lobatera, San Antonio, y La Grita. Donde se establece a San Cristóbal como capital de dicha provincia.
“Entonces San Cristóbal tiene ya la fortaleza geoestratégica, es la capital de la provincia del Táchira, en 1864 es la capital del estado Táchira y forma parte luego de otras regiones geográficas por los cambios políticos de la época”.
Enfatizó que este ascenso le permitió a San Cristóbal tener una estructura organizativa, y es después del siglo XX, cuando Ramón Buenahora ordena la construcción de calles, pues en esa época no existían, solo se veían “casas atravesadas”. Estas nuevas calles buscaban conectar a la ciudad con La Ermita y Pueblo Nuevo, que eran aldeas.
“Poco a poco va teniendo un orden, hasta que en 1936 se establece una junta de urbanismo, gente que fue avizorando y dando con la conexión de San Cristóbal. Para extenderla hacia el norte, entonces donde hoy está frente a Traki, que es un terreno municipal, allí fue el primer hospital, el San Juan de Dios, pero se construyó un segundo hospital más al norte que es el Vargas, donde está la plaza Ríos Reina (Los Enanitos)”.
Relató cómo se fueron extendiendo las calles después del año 1942: Hacia el este donde se encuentra el Parque Sucre, en la calle 12; hacia el sur lo que es en la actualidad La Concordia, una zona con construcciones importantes como el club de Tenis, el Estadio Táchira, el gimnasio Juan Maldonado y la iglesia El Carmen.
“La ciudad crece; llegamos a los años 50, la era de los grandes desarrollos dentro del perezjimenismo. Entonces Pérez Jiménez construye la ciudad que le interesa, la avenida Libertador que conecta con Táriba, también la avenida 19 de Abril. En 1960, se construyó el hotel El Tamá, el Círculo Militar, el Liceo Simón Bolívar, el grupo escolar Carlos Rangel Lamus, todos aquellos íconos de la ciudad”.
Ciudad Cordial de Venezuela
Luis Hernández narró cómo la transformación completa de San Cristóbal le permitió mostrarse al mundo, y lo hace con la primera Feria Internacional de San Sebastián, feria que recuerda “las marcas en 1835 en honor a San Sebastián”. Los primeros eventos fueron taurinos, en una plaza de manera construida en lo que hoy es Plaza Venezuela, allí se da el inicio de una tradición que posiciona a esta ciudad.
“Pero esa transformación lanza un lema, que lo crea Omar Meza Ramírez, que es San Cristóbal ciudad cordial de Venezuela, San Cristóbal la Ciudad de la Cordialidad. Entonces la feria trae a los turistas, que vienen acá, que se hospedan en El Tamá, que se hospedan en los pequeños hoteles del centro”.
Dio a conocer también que se da el inicio no solo de la Gigante de América, sino del desarrollo de la ciudad, con nuevas construcciones: Plaza de Toros en 1967 por el presidente Leoni, Polideportivo de Pueblo Nuevo, que lo inicia el presidente Caldera en 1972; Pabellones Colombia y Venezuela, en 1974 por el presidente Carlos Andrés Pérez.
“La ciudad se llenó de casas de estudios; está el Liceo Simón Bolívar, luego el Pedro María Morantes. El tercer obispo de San Cristóbal, Alejandro Fernández Feo, trae la Universidad Católica del Táchira, en el año 62. Luego vendría la Escuela de Educación de la Universidad de Los Andes y la creación del IUT en el 1972, y de la UNET en 1974”.
Finalmente, el Cronista de la ciudad recalcó que San Cristóbal es la única capital en Venezuela que tiene diversidad de influencias: conservadores como los merideños, visionarios como los zulianos, el arrojo de los llaneros, comerciantes como los alemanes, italianos y los franceses que se establecieron con sus casas de comercios, y la presencia colombiana en la generación de las familias tachirenses.
“Eso es lo que somos: Valientes, aguerridos, una ciudad rebelde, indómita, que no la pueden controlar fácilmente, que no se ha dejado conquistar. Tenemos ese pasado multivariado, único, singular”. (Janny Dávila/Pasante UBA)