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24 de abril de 2024
- El párroco Nepo Hernández consideró la situación como grave y preocupante, y asegura que, según lo estiman los expertos, los trabajos de restauración y reparación tendrían un costo cercano a los 300 mil dólares, que en moneda venezolana se convierten en una cantidad muy difícil de conseguir
- Las puertas de madera y las bancas están siendo destruidas por el comején; los hermosos vitrales se encuentran en peligro por la humedad, y también hay problemas en la casa parroquial, que no escapa a la situación de crisis
El presbítero Nepo Hernández, párroco de San Juan Bautista, no puede disimular su preocupación por el lamentable estado en que se encuentra la iglesia de La Ermita, afectada por una serie de problemas de estructura que la comprometen, entre ellas filtraciones que amenazan a una de las iglesias más hermosas del estado Táchira.
Es la segunda en ser construida y la más grande de la región, según lo reseñan los historiadores, que maravillados hacen un recuento de las características del sagrado lugar.
El padre Nepo está al frente de este recinto desde hace poco más de un año. No es nuevo en esta parroquia. Hace 24 años, el entonces joven sacerdote se desempeñó como vicario de monseñor Raúl Méndez Moncada, de quien -dice- aprendió muchas cosas, entre ellas el cuidado y amor hacia las cosas de Dios, especialmente de los templos y casas parroquiales.
Estado lamentable
El párroco considera como lamentable la situación, consecuencia de un deterioro bastante grave y delicado. Apenas asumió, se abocó a levantar un informe sobre el estado en que se encuentran el templo y la casa parroquial, pues esta tampoco escapa a los problemas.
Explica que según los expertos, ingenieros y arquitectos, el daño y las fisuras que presenta la iglesia, por filtraciones, son bastante delicados y esto debe ser atacado a la mayor brevedad posible, con una empresa responsable y expertos en la materia.
—La gente pregunta por qué no actuamos y es menester aclarar, en primer lugar, que se trata de un patrimonio declarado por el Estado y amerita de permisos especiales, que vengan expertos a analizar y hacer recomendaciones. Lo que se debe hacer es restaurar y no modificar, porque no puede perder el estilo arquitectónico, y ese es un cuidado que hay que tener presente.
Nepo Hernández recuerda que la iglesia, inaugurada el 14 de septiembre de 1854, está conformada por tres naves, con bóvedas de crucería. La cúpula del frontis es una réplica de la cúpula de la iglesia de los Inválidos en París, mientras que la cúpula que está encima del altar mayor es réplica en menor tamaño de la de San Pedro, en Roma. De estilo gótico renacentista, según se reseña ampliamente a través de Internet. “Esto hay que preservarlo”, aclara.
La restauración es muy costosa
El religioso asegura que, a pesar de la insistencia y ofrecimientos de la feligresía, no se ha realizado ninguna actividad porque los costos, según los presupuestos, son altos. “Se estiman en al menos 300 mil dólares y, al hablar en moneda venezolana, es cualquier cantidad de dinero. Podríamos hacer rifas, vendimias, operación pote y cualquier cantidad de cosas, pero nunca se podrá reunir esa cantidad tan grande”.
Explicó que el daño más grave está en los techos y es necesario hacer un trabajo de drenaje y parar las filtraciones, según lo dicho por expertos. “Allí está el principal problema y lo debemos atacar con prioridad”.
Luego dice que ha realizado gestiones, incluso a nivel internacional, para conseguir recursos. Envió un informe a Nueva Evangelización, en Madrid, España, a la Conferencia Episcopal Española, a organismos de Alemania y gubernamentales de Venezuela. Recuerda que en una alocución el presidente, Nicolás Maduro, dijo que existía un presupuesto para la reparación de varias iglesias del país que estaban muy deterioradas y cree que entre ellas está la de La Ermita.
—Hemos entregado informe y proyecto de restauración al señor Freddy Bernal, representante en el Táchira del Gobierno nacional, y permanecemos en espera de una respuesta, que ojalá, Dios mediante, sea positiva, acotó el padre Nepo.
Considera que la más afectada es la nave lateral derecha, sobre todo la cúpula, donde las filtraciones han causado un gran daño. “El deterioro allí es fuerte y los ingenieros consideran que tiene una data de ocho o nueve años. Los vitrales están en peligro, fueron adquiridos en Colombia. La humedad tiende a deteriorarlos, especialmente en la nave derecha, y estamos mirando cómo protegerlos, pues son vitrales de extraordinaria belleza y calidad, que hoy no se podrían comprar, argumentó Nepo Hernández.
—La feligresía está preocupada, los ermitaños no se resignan y desde fuera del país me preguntan qué hacemos; me dicen que empecemos a pedir plata, pero no es fácil conseguir esa cantidad. Estoy rezando y pidiendo a Dios que ojalá nos aprueben el dinero, al menos lo del techo, que es lo más delicado, porque eso no admite demora. Es un trabajo que se debe emprender con urgencia. Yo sé que atacando el problema del techo, con la ayuda de toda la gente, lograremos solucionar lo demás.
Otros problemas
El presbítero de San Juan Bautista cuenta que el problema no es solo el techo. También hay otras partes afectadas, como el deterioro de las puertas de madera, ventanales y otras cosas, tanto en la iglesia como en la casa parroquial, pero son recuperables. “El tiempo no ha perdonado a nuestra iglesia y le ha dado duro. Las bancas se las come el comején y hemos retirado algunos escaños para que no agarre a los otros”, cuenta.
—A esta iglesia hay que meterle una manita fuerte y rápida. Espero que algún ente gubernamental nos ayude, dijo finalmente el padre Nepo Hernández.
Armando Hernandez
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