Suspendida Cumbre de Gobernadores de Frontera
25 de abril de 2024
Comenzó este lunes 28 de septiembre la semana de cuarentena radical, número 29 de la cuarentena comunitaria en toda Venezuela. En San Cristóbal sus calles lucen solas y muy pocos locales abren sus puertas.
El pasado sábado la mayoría de comerciantes percibió con preocupación la soledad de un centro, apenas alterada por compradores más preocupados por adquirir alimentos, que por otros gastos, aunque no dejan de preguntar por muchas cosas, como ropa y calzado, preparados para una temporada navideña que arranca en octubre.
A sabiendas ya de que se inicia la semana de régimen estricto, se suponía que muchos compradores aprovecharían el día para las compras de última hora y no fue así.
Tampoco el transporte urbano estuvo muy operativo, incluso muchas líneas trabajaron al mínimo. Las líneas suburbanas que progresivamente iban llenando sus unidades, en cumplimiento de las medidas biosanitarias, trataban de partir con el cupo de los pasajeros sentados completo, y muy pocos de pie, pero para zonas como Cordero, Táriba, Palmira, Borotá es otra historia porque las unidades se exceden en la cantidad de viajeros.
Recorrer los alrededores de tiendas de ropa y calzados, era exponerse a suplicantes “a la orden”, y ser capturado en el acto por el vendedor, pues ya ese potencial cliente en teoría volvería dentro de 8 días… eso si la capacidad económica le permite si quiera acercarse por esos lares.
Ese sábado tradicionalmente de “mercado de alimentos” tampoco en ese sentido fue animado, ni para los establecimientos en la calle, ni para los que han sido organizados en La Villa de los Buhoneros, ni en cercanías del Matadero Municipal. A los carretilleros, como informó Miguel Morales, apenas sí se les permitió apostarse en algunos puntos de la ciudad, pero ya los funcionarios policiales, les recordaron que desde este lunes no tendrán tanta libertad.
–Parece que a los que hacen mal les va mejor que a los que hacen bien—sentenció con cierto desconsuelo.
Sin luz
La ida de luz también desinfló más de una intención de compra, pues los puntos electrónicos permanecieron inactivos durante varias horas, por lo que solo se transaba en pesos y dólares en efectivo.
Para Luz Negrete, con un puesto en el Long Center, por ejemplo esto de una semana sí y una semana no, lejos está de funcionar, agota cualquier ingreso que se obtenga.
–Esta semana ha estado fatal –opinó Negrete—y los proveedores y los arrendatarios que no esperan. Ha estado muy dura. Lo único que ha abundado es pura familia miranda apellido peladez. Mire, nos quedamos sin energía, y eso pone las cosas peor.
Admitió que el informalismo la semana flexible se ha incrementado, pero le parece normal cuando ya se acerca la Navidad.
Oscar Zambrano piensa que ha estado muy regular la semana, y siente que ya a la gente se le han agotado los ahorros, y menos tienen manera de financiarse.
–Trabaja uno una semana, y la otra es parar comerse lo poco que se hizo, esa es la rutina. Si por lo menos nos dejaran trabajar de 8 a 12 sería maravillosos, o tres horas, así fuese. La economía se tranca para nosotros, por lo menos los que venden alimentos ya tienen cierto ritmo y pueden planificarse — dijo.
Explicó que fue una semana flexible más libre de puntos de control, aunque las autoridades permanecieron vigilantes, especialmente de que ya alrededor de las tres de la tarde cerraran los negocios, y que tranquilamente se devolvieran a sus casas, con la esperanza de que entre 10 días la cosa pinte mejor.
Freddy Omar Durán
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