La escalada constante de precios de la cesta básica y de los principales alimentos, no parece tocar techo, pues en negocios y ventas ambulantes de la capital tachirense, este viernes un kilo de arroz superó el millón de bolívares, al igual que el kilo de café molido, cuyo costo es de 4 millones 500 mil bolívares.
Tanto en los mercados de La Ermita como en Los Pequeños Comerciantes, el valor de estos productos escandalizó a los compradores, que prefirieron no adquirirlos, ya que argumentaron un alza desmedida.
En algunos negocios de La Concordia el kilo del cereal se cotizaba en un millón de bolívares en dinero efectivo, cifra que se incrementaba hasta un millón 500 mil bolívares si era cancelado por transferencia electrónica, realidad a la que nadie le pone control y los vendedores hacen lo que quieren.
Oscar Pallares denunció que en comercios del mercado de Los Pequeños Comerciantes “existe una mafia que exige lo que le da la gana. Además de eso, no reciben billetes de 50 y 100 bolívares lo cual es un grave problema”.
Pallares agregó que se suma el hecho de que cuando no hay dinero efectivo y se quiere pagar por transferencia, cobran una comisión de más de 50% del valor del producto. “Es algo absurdo que debe ser controlado por las autoridades”, expuso.
En los diversos tarantines móviles de La Concordia y La Ermita, los vendedores informales exigen el millón de bolívares por cada kilo de arroz, pero si el pago se hace en billetes de la nueva denominación, preferiblemente a partir de billetes de cinco mil bolívares.
“Café incomprable”
En cuanto al costo del kilo de café, este en casi todos los puntos ambulantes y comercios de la ciudad, su valor es de 4 millones 500 mil bolívares, lo cual es prácticamente incomprable, por lo que el apetecido grano, es ahora un producto de lujo.
Quienes desean comprar solamente 220 gramos de café molido, tiene que estar dispuestos a cancelar 800 mil bolívares, siempre y cuando éste sea artesanal y no procesado por empresas torrefactoras.
El precio del grano, varía de acuerdo con la marca y presentación del mismo, lo cual es inalcanzable para quienes devengan un salario mínimo mensual.
Pablo Eduardo Rodríguez